Vivencias
Enviado por rovich • 12 de Diciembre de 2011 • 1.603 Palabras (7 Páginas) • 598 Visitas
LAS VIVENCIAS DE ALFONSO VÁSQUEZ TIRADO
La obra artística del poeta Alfonso Vásquez Tirado es el resultado del cúmulo de vivencias en relación a la reflexión, sentimientos, pasiones y emociones.
Cada ser humano es único por antonomasia; sin embargo lo subjetivo (sentimientos, emociones y pasiones) es común para todos. Es por eso que mediante sus textos poéticos comprendemos sus vivencias en todo ámbito; tales experiencias como la familia, el grupo de colegas y amigos del arte y de la Policía Nacional del Perú.
El título del poemario “Vivencias” de Alfonso Vásquez Tirado es muy acertado. Imagínense este vate recorriendo su tierra natal de Cajamarca, Lambayeque, la Libertad, Huánuco, Lima … y en cada lugar tiene vivencias hermosas con la familia (abuela Sra. Tomasa, padres Sr. Alfonso Vásquez Herrera y Sra. Luz Elena Tirado Díaz, hermanos Wilmer y Beto, su amada esposa María Angélica Campos Samamé, hijos, nietos Kristell…, tío Delfín salinas Guevara, primo Rubéns Llacsa Vásquez…), con sus amigos (María, Diana, Irene, Silva, Mery, Majony, Marco, Jhonatan y Briancito…), con sus colegas y amigos de su Institución muy apreciada Policía nacional del Perú (Luis Rojas Bazán, Pedro Morales Ayala, Miguel Reinoso Córdova, Víctor… ), con sus colegas del arte literario (Mario Gastelo Mundaca, Víctor Parraguez, Iván Santa María, Martín Lozada Vásquez, Hildebrando Briones Vela, Javier Villegas Fernández, Tolomeo Aliaga Quispe…), con la Institución Literaria Conglomerado Cultural. También, mediante el arte escrito, resalta la labor del maestro pedagogo, pescador, fotógrafo, diseñador de libros, antólogo, pintor…
El poeta ha experimentado múltiples y enriquecedoras experiencias significativas durante sus 66 años. Por citar algunos versos:
Desde su niñez se deleita jugando con sus amigos y siente la ternura de la abuela que lo consuela de las llamadas de atención de sus padres. Puedes leer esta octava con arte mayor:
Quisiera ser niño, para comenzar,
asistiendo de nuevo a la escuela:
correr con amigos, con gozo jugar;
recordando también a mi abuela,
que con amor maternal me llegó a tratar,
Tomasa, nombre de quién me consuela:
“no llores…, porque todo ya pasará”,
las reprendas dadas por mamá, papá.
En Chiclayo, la ciudad de la Amistad, lleva vivencias adorables con su recordado primo Rubéns Llacza Vásquez cuando eran niños. En estos versos de esta décima, se puede descubrir la importancia de la palabra “vivencias” que sirven para la vejez al abrir el baúl de los gratos recuerdos:
Estuvimos en la niñez
en la ciudad de Chiclayo
hermosos años de mayo
con vivencias cada vez,
que sirven para la vejez
los gratos recuerdos amén;
inquietudes que ya se ven
realizadas, con futuro,
amor, sacrificio duro,
dicen familias que lo ven.
Él no ha guardado las vivencias en el baúl de los recuerdos sino las ha seleccionado para “dejar un pequeñísimo legado literario” para la familia y amigos.
A través de su décima, el poeta le hace recordar a su hermano Wilmer la época de juventud:
Recordar nuestra juventud
nos llena de gran emoción
escuchar aquella pasión
tan lozana la aptitud,
así alentamos la salud;
nos orgullece de plano
añorando lo humano,
trayendo a nuestra memoria
la dicha de sentir gloria,
quiero decirte hermano.
Mediante el acróstico, el poeta nos da a conocer una vivencia muy romántica en sus años mozos. Él aprecia aquella vivencia romántica de Glayden Ángeles Ruiz cual gota de miel :
G ran amor de mi vida
L a suerte me guió a ti
A marte
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