Vocabulario Idioma Español

Vocabulario

Francisco Núñez Da Costa

Clase 2°2

Investigación libre

Idioma Español

Profesora Romina Serrano

9 de octubre del 2017

Colegio y liceo Fatima

-Resumen del tema-

Es bien sabido que el vocabulario es un recurso indispensable para todo individuo aspirante a ser profesional en el rubro que haya elegido, siendo este una característica que puede dar más que una buena impresión ya que denota entre otras cosas: la buena educación, el respeto e incluso los valores inculcados por familiares, dicho de otra manera, muestra de que tipo de familia o juntas proviene el sujeto.

Por otro lado, en el propio ambiente rutinario, o sea, en la escuela, el hogar o directamente en lugares públicos, el buen vocabulario no solo es bien visto, sino que, en tiempos actuales donde los jóvenes casi en su totalidad han perdido el respeto a la figura autoritaria de un adulto, las expresiones respetuosas o gentiles como el referirse a una autoridad mayor por “Usted” o tratar a los extraños desde la lejanía en el sentido de no ejercer un trato coloquial o amistoso para en lugar expresar un conducta neutral y distante, dice mucho de que tan buen lugar provienen dichos gestos. Mientras que como ya he mencionado, la juventud de hoy en día pierde paulatinamente esos pequeños gestos que dicen mucho. Cosas como los apodos, dichos, expresiones y tristemente los más utilizados insultos han sido alterados de maneras ridículas en muchos casos, acabando por recluir el pensamiento amplio y la enorme gama de expresiones en una o dos palabras (literalmente).

Ahora entraré más en contexto a como esto afecta tanto directa como indirectamente a toda una comunidad llegando a aislar permanentemente a individuos con dialecto diferente y excluir a quienes por costumbre o educación mantienen un vocabulario elegante e desarrollado.

Sin olvidar los demás contextos en los que este tema destaca como;

-Trabajo

-Comunidad/Sociedad

-Explicación del tema en cuestión-

Unos casos excepcionales podrían ser los actuales adolescentes a los cuales les es difícil asimilar las actitudes de los adultos ya que sus valores y juicios ya están fuera de época, o bien, porque ellos conciben que los mayores no tenemos nada que aportarles. Sin embargo, hay un elemento frecuentemente olvidado el cual es determinante para que la comunicación dichos adolescente sea eficiente: la riqueza, claridad y precisión del vocabulario que usamos. Cuando el vocabulario es pobre e impreciso se hace muy difícil la comunicación, pues será pobre el análisis y entendimiento de las situaciones, así como la posibilidad de compartir sentimientos e ideas. Así pues, un vocabulario inadecuado puede ser un factor del distanciamiento que el joven puede sentir respecto del adulto y viceversa; por lo cual, si deseamos mantenernos en comunicación permanente con ellos, debemos proporcionarles desde pequeños un amplio vocabulario.

Los términos en la comunicación son como los tabiques en una casa. Si contamos con pocos tabiques, la habitación que construyamos será muy reducida. Es pues a través de las palabras como nos explicamos a nosotros mismos y a los demás. Los términos son las alas que nos permiten elevar nuestro espíritu y el medio por el cual podemos analizar y explicarnos el mundo que nos rodea.

Sólo podemos identificar los elementos que conforman un objeto material cualquiera, o bien un aspecto de nuestra existencia, a través de los términos que los describen. Por esta razón, a mayor riqueza de vocabulario corresponderán mayores posibilidades de lograr una vida humana más plena. Por otro lado, desde un punto de vista práctico, entrar a la vida escolar siendo poseedor de un vocabulario variado, rico y preciso, incrementa las posibilidades de éxito académico. Una de las causas que hacen que algunos niños y jóvenes tengan grandes problemas para comprender la lectura y que sientan poco interés por ella, radica precisamente en la pobreza de su vocabulario.

La etapa propicia para que se forme el vocabulario en el ser humano, es desde que nace hasta los catorce años. Después de los catorce años, disminuye sensiblemente el interés por aumentar el vocabulario y, a partir de entonces, se incorporarán solamente palabras derivadas de los aspectos técnicos que el sujeto vaya aprendiendo.

Por lo cual, los adultos que están en contacto con los niños son los responsables directos de forjar en ellos un vocabulario amplio y preciso. Un error muy común en contra de la riqueza del lenguaje es tratar de adivinar lo que el niño quiere expresar sin darle la oportunidad de esforzarse en encontrar los términos correctos, ni estructurar su idea. Otro error es el uso de “eso” o “esto” al hablar: “páseme eso”, “me pegué con esto”. Pero quizá el más dañino es el descuido en el valor de las palabras, esto es, usarlas sin que se correspondan con la realidad. Por ejemplo, usar frases no precisas como “espérame un segundo” o “ensuciaste toda la casa”; hacer amenazas falsas: “si te sigues portando así te voy a dejar con el señor policía”; o no cumplir el castigo o premio acordados.

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