ANALISIS DEL PROBLEMA: ¿DE QUIEN ES LA CIUDADANIA?.
Enviado por cateuran • 20 de Mayo de 2016 • Informe • 1.062 Palabras (5 Páginas) • 313 Visitas
MOMENTO INTERMEDIO I
ANALISIS DEL PROBLEMA: ¿DE QUIEN ES LA CIUDADANIA?
CATERINE CAÑOLA URAN
CC 1017215813
CINDY SUSANA BERRIO
CC 1017184126
JHON LUIS CASTAÑO RENDON
ETICA Y CIUDADANIA
40002_784
ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES, ARTES Y HUMANIDADES
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA
UNAD
2016-01
¿De quién es la ciudadanía?
La ciudadanía es la condición de ciudadano; entendiéndose ciudadano como el que pertenece a una comunidad política, bajo derechos y deberes teniendo como base sus creencias y sus diversas características políticas e ideologías con oportunidad de participar de la comunidad.
Ciudadanía cosmopolita
La ciudadanía cosmopolita es el uso público de la razón, bajo los principios del derecho y de la moralidad, dando la posibilidad a los individuos de lograr una constitución civil justa y el progreso hacia lo mejor; Es una ideal claramente universalista. Rodriguez (2015).
Una ciudadanía cosmopolita es una ciudadanía del mundo con un nivel moral superior y no el mezquino deseo individualista de ser superior al que solo le importa dominar al más débil cuartando la igualdad. La libertad de creernos libres porque tenemos unas instituciones y profesamos una democracia “participativa", pero somos presa fácil del capitalismo, de la corrupción y de la concentración de poder. Si se quiere hacer posible una ciudadanía cosmopolita, se deben pactar, algunos compromisos contrarios a decidir en solitario, más bien, que todos en corresponsabilidad conjunta asuman una ética fundamental que aglutine los principios individuales de responsabilidad. No es posible hablar de una ciudadanía cosmopolita, cuando aún no se define en lo moral las normas jurídico-políticas. Cumplimos pactos, pero no asumimos una responsabilidad ética que nos permita la igualdad, el respeto del “sujeto-sujeto” y la inclusión. Un dialogo que de sentido a unos derechos concertados en los que todos puedan participar, argumentar y el concepto de cada interlocutor sea válido, respetado y tenido en cuenta para llegar a una conclusión en beneficio de todos.
Ciudadanía nacional, postnacional y transnacional
El modelo de ciudadanía nacional se basa en la existencia de una nación. Aunque aparezca como algo natural en nuestra vida cotidiana, la nación es el resultado de un cuidadoso proceso de invención y construcción. La nacionalidad conlleva la puesta en marcha de un procesos continuo de elaboración de una identidad que, por una parte, permite adscribir un sentimiento de pertenencia a las personas frente a un pasado, un territorio y un sistema de gobierno y, por otra, distinguir a sus miembros de aquellos que viven más allá de sus fronteras o que, viviendo dentro de las mismas, como en el caso de los pueblos indígenas, suponen un obstáculo para las pretensiones de homogeneizar culturalmente a la población con base en una misma lengua o religión. El reclamo del Estado sobre la presencia de una "nación" se apoya, pues, en la afirmación de que existe una base étnica cuyos atributos serían compartidos por las personas que se encuentran dentro de las fronteras territoriales. No obstante, es posible constatar históricamente que, en casi todos los casos, la estatalidad ha precedido a la nacionalidad y no al contrario, por tanto, la nación sería un artefacto "inventado". No deseamos la desmembración postnacional sino la construcción de la transnacionalidad, esto es: el mantenimiento de los Estados nacionales y su interconexión supranacional. Reivindicar lo transnacional en la Unión Europea implica la constatación de la libre circulación de los ciudadanos comunitarios, el fenómeno transcultural que conlleva los flujos migratorios, pero también, y esto es lo relevante, la perduración y defensa de valores transnacionales por encima de la identidad des endogámicas.
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