Antropología pedagógica Reflexión personal

Antropología pedagógica

Reflexión personal

Presentado por: Sor Deysi Liliana Monsalve

Fecha: 7 de octubre de 2017

¿Cómo me veo después y en contra de Auschwitz?

En la sociedad actual aunque el terror de Auschwitz se ha terminado y solo se recuerda como un suceso de la historia, el cual no se mira con  gratitud o admiración, sino,  por el contrario se rememoran estos momentos difíciles del crecimiento humano no con el fin de reprochar, señalar o buscar un responsable del problema que en esa época determinada ocasiono tal aberración contra la dignidad propia del ser humano, sino para evitar repetir la historia, dice un viejo adagio “Quien no conoce la historia, está condenado a repetirla”.

Pero aun así, siendo conscientes de la maldad que esto acarrea, aun hoy tenemos campos de concentración que afectan nuestro quehacer cotidiano, al cual nosotros tratamos de escapar, de huir cuando son dirigidos hacia nosotros, cuando el sistema nos oprime, cuando las leyes se imponen por encima de nuestra dignidad; pero es más triste aun que hoy después de saber y experimentar lo que es sentirse atado, hacemos réplicas de lo que allí en Alemania sucedió, en el contexto de nuestra sociedad y de aquí lo trasladamos en ocasiones como docentes tiranos en nuestras aulas de clase, escudándonos quizás en la excusa de que así nos lo exige el sistema, de que es la única manera de dar una clase favoreciendo la disciplina.

Considero como docente que es necesario pararnos, valorar nuestras prácticas, ¿Cómo me dirijo a mi estudiante? ¿Me intereso por su persona o por el contenido que le ofrezco? ¿tomo en cuenta su ser persona?¿conozco todos sus nombres o solo son números que llamo a lista cada mañana? Estas y más preguntas podríamos respondernos, les permito expresarse con libertad, este sería el ideal dejar a cada niño ser niño, ser lo que se es, sin atarlo a condiciones externas que no favorecen su crecimiento, sino que estancan su crecimiento integral, las normas y las leyes si deben estar presentes pero dejándolos actuar en libertad.

Yo vivo mi propio Auschwitz cuando los prejuicios, los bloqueos y resistencias internas no me permiten ser lo que soy, solo por defender una imagen, un lugar un puesto. El campo de concentración, de exterminio terminó, pero aún quedan secuelas en la mentalidad de las personas, en las estructuras personales e institucionales. Cuando logremos superar las propias esclavitudes y ver a la otra persona como un igual, como persona en su integralidad podemos acabar con el terror de Auschwitz, mientras tanto seguiremos luchando sin armas efectivas y seguiremos nadando sin saber hacerlo. “hemos aprendido a nadar como peces, a volar como pájaros, pero aún no hemos aprendido a vivir como hermanos.”

...