¿Cómo obtendríamos una sociedad más democrática, justa, axiológica, pensante y humana, partiendo del legado independentista, colonialista y de la conquista para tiempos cambiantes y pos-modernistas?

¿Cómo obtendríamos una sociedad más democrática, justa, axiológica, pensante y humana, partiendo del legado independentista, colonialista y de la conquista para tiempos cambiantes y pos-modernistas?

Esta es una pregunta que desde el momento de la creación de la república de Colombia nos venimos planteando tanto los ciudadanos del común así como los grandes dirigentes , filósofos, políticos y demás pensantes de la historia de nuestro país. Sin embargo precisamente por la diversidad de ideologías, pensamientos, movimientos políticos y demás, el país se ha visto sumergido en guerras absurdas, quiebras económicas y hasta perdidas de territorio como es el caso de Panamá en 1903, donde Estados Unidos aprovecho la inestabilidad y necesidad de un país que apenas un año acababa de salir de la llamada Guerra de los mil días, para separar este territorio de Colombia.

Desde entonces y durante todo el siglo XX el país se sumergió en conflictos entre partidos políticos, ascenso de dictadores como es el caso del General Rojas Pinilla en 1953, creaciones de grupos terroristas como las FARC, ELN, y grupos paramilitares, así como aparición del narcotráfico y grandes poderosos de estos negocios ilícitos como el caso de Pablo Escobar, dejando como resultado una pésima reputación del país en el mundo, inequidad social y un desplazamiento masivo tanto hacia y desde el interior del país así como en el exterior, dejando todo esto como resultado un estado a punto de declararse fallido, y ya lo decía William Ospina en su libro ¿Dónde está la franja amarilla? “Colombia se convirtió en un país incapaz de construir algo propio en que reconocerse”.

No quiero ser pesimista hablando de lo mal manejado que ha estado este país por sus dirigentes desde su creación como nación pero ya lo decía Napoleón Bonaparte ¨Aquel que no conoce su historia, está condenado a repetirla¨, así que para empezar a dar una respuesta a la gran pregunta lo primero que diría es eso, no debemos olvidar ni borrar de la historia de Colombia todo su pasado para no tener que pasar por lo mismo,  haciéndonos responsables de que todos somos hijos de un mismo pueblo así como también de tener una identidad como nación, y aún más en este momento donde Colombia pasa por un proceso de paz y de a poco nos estamos también  convirtiendo en uno de los países que está dando ejemplo de progresismo e igualdad de derechos en el mundo. Ya lo dijo hace unos días el secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki Moon mientras se firmaba el cese bilateral del fuego y el fin del conflicto en Colombia con las FARC  “Trabajemos juntos para que la promesa de la paz sea una realidad”.

Somos un país con pérdida de confianza, perdida de esperanza, con falta de carácter y negándonos a la difícil pero prometedora transformación que no está exigiendo la historia, dice William Ospina en su libro ¿Dónde está la Franja Amarilla?, es cierto en un país con tantos conflictos con tanta corrupción en sus entidades, con tanta sangre de inocentes derramada, es algo complejo volver a creer pero debemos volver a darnos la oportunidad de surgir, de no sentirnos inferiores frente al otro, debemos dejar de tener la mentalidad de que lo mejor está afuera y que aquí no se puede lograr nada, no en vano Colombia se ha convertido en una potencia económica en la región, ejemplo en derechos igualitarios e incluso tenemos a una colombiana entre las científicas más importantes de la NASA donde ya ha liderado 4 proyectos de conquista espacial, y es que ya lo dice Héctor Abad Faciolince “En un mundo lleno de malas noticias, ¡Colombia es la buena noticia!”.

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