CRÍTICA DE LA METAFÍSICA
Enviado por narash dulack • 11 de Julio de 2016 • Resumen • 1.428 Palabras (6 Páginas) • 274 Visitas
NIETZSCHE
TEMA 2.3
CRÍTICA DE LA METAFÍSICA
Para Nietzsche hacer filosofía es polemizar. Su polémica la dirige contra toda la filosofía occidental, no contra un pensador o corriente concretos.
Igual que Hegel, hizo filosofía teniendo en cuenta toda la historia de la metafísica, pero con intención diferente a Nietzsche. Hegel quería salvarla, Nietzsche destruirla.
El mismo Nietzsche dijo a los 23 años que su filosofía era un “platonismo al revés”. Esta será, pues, la intuición fundamental de toda su obra. Interpreta la metafísica como platonismo, pero en realidad el se refiere a toda la metafísica desde Platón hasta Hegel. Luego, la expresión anterior se entenderá como “una metafísica al revés”. Esto supondrá que, al final, el propio Nietzsche no fue capaz de salir de la metafísica, él mismo quedó enredado entre sus mallas.
Para Platón la auténtica realidad es “la idea”, realidad que está más allá de lo físico y es, por ello, meta-física. Es decir, para explicar la realidad material, necesita una realidad inmaterial, la realidad de las ideas. Surge la teoría de los dos mundos: este mundo nuestro, el otro mundo, el mundo de las ideas.
Esta teoría de los dos mundos será la base de toda la metafísica occidental, incluso en el caso de Kant que aparecen como “mundus sensibilis” y “mundus inteligibilis.
Contra lo anterior es contra lo que Nietzsche libra su guerra. Lo que él ataca es la teoría de los dos mundos. El vuelve a plantear la pregunta inicial de la filosofía ¿Qué es la realidad? Nietzsche apunta a la realidad física como la realidad que hay que conocer.
Podemos decir sin miedo a equivocarnos que Nietzsche no es ni un psicólogo, ni un moralista, ni un crítico de la sociedad, ni un poeta, ni un existencialista. Todo esto no designa sino aspectos periféricos de su naturaleza. Él en realidad lo que es, es un filósofo, un cosmólogo, un metafísico. Lo que le preocupa es la realidad material que designa todo lo que es, la physis de los griegos.
De los dos mundos descritos por Platón, el mundo físico, material es el mundo aparente; mientras el mundo de las ideas es el mundo verdadero.
Para realizar su crítica también Nietzsche identifica el mundo verdadero con “Dios”. Afirma esto basándose en la “idea de bien” platónica que, según Platón, es causa de ciencia, verdad y ser. Es decir es causa y fundamento de todo. Es decir, Dios. Para Nietzsche la metafísica tendrá carácter teológico. Esta característica teológica de la metafísica continua con Aristóteles cuando pone “causa no causada” como fundamento de todo. Culmina esta dimensión teológica con el idealismo alemán, donde la propia razón se convierte en Dios.
Estaba convencido que el platonismo, la metafísica, era el sustrato de la historia de occidente.
Sigue los avatares de “ese mundo verdadero” fuera de la filosofía y lo encuentra en el cristianismo al que llamó “un platonismo para el pueblo”. En esta nueva versión de la metafísica, el fundamento ya no será ni la idea del bien platónica, ni la causa no causada de Aristóteles. Ahora el fundamento de todo será un Dios creador.
Así pues, en Platón y Aristóteles la negación del mundo sensible y la afirmación del mundo inteligible se hacía desde una fundamentación metafísica. Ahora en el cristianismo la fundamentación es religiosa. Negamos este mundo material porque aquí no podemos ser felices. Afirmamos el mundo inmaterial porque sólo allí alcanzaremos la felicidad eterna.
Otra modificación del platonismo encontrada por Nietzsche fue el fenómeno de los “ideales”. Estos encierran una negación de este mundo y una afirmación del otro. Tacha al primero de imperfecto y consideran al otro, aunque desconocido, como mejor. Desde el punto de vista subjetivo habrá una tendencia a ir lejos de aquí para aproximarse al mundo ideal.
Igualmente toman la forma de platonismo los imperativos, los llamados valores supremos que establecen una esfera ideal por encima de la realidad. La distinción kantiana entre ser y deber ser no es sino una forma de traducir a la moral la teoría de los dos mundos.
Dicho todo esto podemos observar que en la propia obra de Nietzsche “el crepúsculo de los ídolos” presenta una historia abreviada de lo que él llama el platonismo. El capítulo se titula “Cómo, al fin, el ‘mundo verdadero’ se convirtió en una fábula:
Quizá este texto sea el que mejor expresa el balance de su vida y su obra. Aquí nos cuenta la historia del platonismo al revés.
La estructura de este texto es algo especial. Parece más bien el plan de trabajo de un dramaturgo que va a escribir un drama en seis actos.
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