Creer, Saber, Conocer- Resumen Villoro
Enviado por Belm12 • 30 de Noviembre de 2021 • Resumen • 4.616 Palabras (19 Páginas) • 3.872 Visitas
Capítulo 1. Dos concepciones de creencia
La creencia es descrita por Villoro como el comportamiento “subjetivo” del saber, puesto que creer es el acto mental sobre una cualidad en específico. Dice que para Descartes es un acto de voluntad, Hume dice que es un sentimiento peculiar, mientras que Locke un acto de asentimiento.
Villoro distingue dos tipos de creencias: las “creencias básicas” que conforman el trasfondo y el supuesto de nuestro entendimiento del mundo y las creencias de las que damos razones y que se adquieren por otras creencias o por nuestra experiencia en el mundo.
En general, las doctrinas que explican y tratan de caracterizar a las creencias, son de tipo “mentalista” e “idealista”, por el hecho de determinarlas como ocurrencias o datos guardados en el consciente individual. Entonces, se entiende por creer al sentimiento o acto específico que ocurre en la mente de un individuo; y que, por lo tanto, esta es accesible únicamente a su poseedor. Es por esto que todas las concepciones para caracterizar a la creencia, son referidas a cualidades subjetivas y privadas.
El autor menciona que en muchas creencias somos incapaces de señalar su inicio y termino, ya que no podemos asegurar o decir si estas se encuentran actualmente sucediendo en nuestras mentes. De acuerdo con esto, dice Villoro que no existe un momento o situación en que “ocurran” la mayoría de nuestras creencias y de nuestros saberes. Villoro no niega la existencia de actos mentales de creencia, sin embargo, menciona la nula existencia de objetividad para llegar a una definición mucho más razonable y compartible.
Las ventajas de ver a las creencias como cualidades mentales, según se menciona en el texto, son cuatro: el hecho de tener creencias “latentes”, “potenciales” e “inconscientes” manifestándose en un solo lapso de tiempo, la objetividad comprobable a través del comportamiento colectivo o individual, el uso del término creencia como algo teórico que ejemplifique un estado de suposición en el sujeto que explique ciertos hechos observables y por último, las creencias “reales” sean conscientes o no, estén o no expresadas verbalmente, y las creencias “profesadas”, lo que cada quien confiesa.
Capítulo 2. Creencia y actitud
La actitud surge como concepto, explica Villoro, de la necesidad para explicar la acción de tipo social que esta dirigida intencionalmente y no instintiva entre los seres humanos, creando dos disposiciones, de tipo afectiva y de tipo valorativa. Menciona que el método experimental no resulta eficaz para explicar la actitud ya que ésta se da en el interior del sujeto, por lo que no puede ser observable. Mientras que el enfoque conductista nos puede dar ejemplos de respuestas, pero no nos dice el porqué de estas respuestas.
Su primera definición aportada por Thomas y Znaniacki (1918), nos dice que es tipo de “estado mental del individuo dirigido hacia un valor” en el cual el sujeto involucrado en el proceso está dirigido hacia un objeto de relevancia social que determina las respuestas del mismo, es decir, que el papel del individuo dentro de la sociedad desempeña en cierto punto la actitud del sujeto.
Martin Fishbein busca explicar el comportamiento de creencias, actitudes afecto valorativas e intenciones con un enfoque unidimensional. Para que exista una actitud tiene que estar de por medio la creencia, ya que, si tenemos disposiciones hacia un objeto, por lo menos necesitamos creer que existe. Mediante esta creencia se da la relación afectiva y evaluativa, que genera la actitud.
Mientras que la creencia es un aspecto objetivo de la disposición. En la creencia la determinación que se genere por el objeto va a ser común y compartido, mientras que en la actitud la pulsión que la genere va a tener propiedades distintas en cada sujeto. En la actitud tiene que haber una relación afectiva y evaluativa con el objeto. La actitud es un estado intermedio entre estímulo y respuesta, compuesta por la creencia, el afecto y la intención.
Todos los conceptos de creencia y actitud, se restringen a el lenguaje ordinario, ya que son simples estados internos individualistas, y mientras no contemos con una teoría que pudiera reducirlos y ejemplificarlos a estados físicos o neuronales.
Capítulo 3. Definición de creencia
La creencia según el autor, tiene una disposición “objetiva”, en la cual se genera el hecho de que cualquiera la pueda compartir; tiene su origen en lo que se considera
Un acontecimiento dentro del mundo común, determinado por el objeto y la acción de ser congruente a este. Villoro también lo define como la necesidad de saber si el objeto produce una actitud que conforma parte del mundo real, ya que no existe actitud sin creencia y sin los conceptos de: verdad, saber, objeto y realidad.
En la creencia real se puede creer en algo, pero no creer en la creencia de ese algo. La creencia no se debe confundir con el estímulo que provoca una respuesta concreta. Hay creencias que ya damos por sentado que son reales. Cualquier objeto que no es contradicho, es puesto como una realidad absoluta, mientras que la disposición del sujeto tiene que estar determinada por el objeto o la acción. Es el resultado de un “querer” ya sea un objeto o una acción posible de una creencia. También está determinada por la pulsión hacia un objeto o situación. Para que se pueda actuar, se necesita la intención y la actitud de hacerlo.
Por ello, el comportamiento puede ser descrito y cito: “como una expresión de una actitud afectiva o de una intención.” Es decir, como la exteriorización de emociones fuertes como el miedo o el deseo de seguridad, esta disposición de tipo afectiva llena el vacío de una necesidad personal o el hecho de querer algo. En ambos casos, el comportamiento es descrito como una disposición subjetiva. De igual manera, se puede entender como una indicación de una creencia, en la que los mismos comportamientos están descritos como una disposición objetiva.
En resumen, se puede decir que para toda creencia existe un estado disposicional alcanzado y que causa un conjunto de respuestas coherentes y determinadas por situaciones objetivas, sin negar a las ocurrencias individuales que acompañen a las creencias.
Creer no implica directamente actuar como se cree o debería de ser, ya que, para realizar la acción concreta, se debe tener una intención a un fin y emociones involucradas. Pero en caso de que el saber sea una especie de creencia, se puede tomar como una forma disposicional que afecta la práctica del objeto a la hora de determinar su estado ante el mundo real.
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