DURKHEIM CIUDAD

¿Qué represento el pensamiento de Durkheim en el análisis y crítica de la sociedad industrial?

Durkheim se interesa en la ciudad como morfología social; en la ciudad se presentan problemas sociales que se hacen evidentes en la concentración, dispersión y volumen de la población, así como del conjunto de las actividades sociales. En su obra Las formas elementales de la vida religiosa,  Durkheim señala que “la concentración espacial se traduce en una exaltación de los sentimientos colectivos, en la medida en la que los hombres tienen la posibilidad de una mayor proximidad y de una intensificación del contrato social. Esta forma de exaltación de la vida colectiva, que posibilita la concentración espacial, adquiere su mayor expresión en las grandes ciudades.

        La ciudad es pensada por Durkheim bajo un doble aspecto. Primero, como un ámbito que posibilita el progreso social motivado por la división del trabajo. Segundo, como deterioro de la condición humana. En la ciudad y como resultado de esta división del trabajo, se produce un relajamiento de la moral social. El protagonista de la vida moderna en Durkheim no es la ciudad, pero es el escenario en donde opera la verdadera fuerza que rige la vida moderna, esta es la división social del trabajo y aparece como contraparte y determinante del individuo. El paso de la solidaridad mecánica a la orgánica, que se da por la aproximación material de los miembros del grupo, por el paso de la vida nómada a la sedentaria, por la formación de las ciudades, por el aumento de las comunicaciones y por el incremento de volumen en la sociedad, produce también un proceso paulatino de liberación del individuo del yugo de lo colectivo. Este fenómeno surge al producirse la extensión del medio social, lo cual hace que la conciencia colectiva, mediante  un proceso de abstracción, que separe las cosas concretas. Es la extracción  y concentración de la sociedad lo que independiza al individuo de ella, apareciendo una personalidad individual. Esta individualización, a su vez, lleva al hombre a especializarse funcionalmente, lo cual genera la nueva forma de cohesión y el consenso social que caracteriza a las sociedades modernas; esta se sustenta en la independencia funcional que se establece entre unos y otros y que imposibilita toda forma de vida que no sea mediada por la sociedad (Durkheim, 1990: 188-213; 415-429).

        Finalmente, en su obra El suicidio, 1897, pretende encontrar las causas sociales de esta forma de la conducta patológica que se presenta en mayor medida en la vida urbana. El problema central, presente en esta patología, es el de la integración social y sus fallas para lograr la cohesión de grupo y del individuo. A menor integración en los ámbitos religiosos, domésticos y políticos, mayor es la tasa de suicidios en las ciudades modernas. De nuevo, el problema es un resultado de la forma que asume la división del trabajo en las sociedades de solidaridad orgánica, no propiamente de la ciudad (Durkheim, 1974).

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