De la naturaleza del espíritu humano, que es más difícil
Enviado por Francisca Francisca • 7 de Octubre de 2015 • Apuntes • 1.105 Palabras (5 Páginas) • 268 Visitas
MEDITACIÓN SEGUNDA
De la naturaleza del espíritu humano, que es más difícil
De conocer que el cuerpo
La meditación en que me sumí ayer ha llenado mi espíritu de tantas dudas que difícilmente podré deshacerme de ellas. Y, sin embargo, no veo el modo de resolverlas. Como si hubiera caído en un pozo, no hallo terreno firme para poner la planta, y mis esfuerzos por llegar a la superficie son vanos. Haré todo lo que pueda y seguiré el camino en que entré ayer, alejándome de lo que me ofrezca la más pequeña duda, como si fuera completamente falso; continuaré por ese mismo camino hasta que encuentre algo cierto, o al menos hasta que me convenza de que nada cierto hay en el mundo.
Arquímedes, para transportar el globo terrestre de un lugar a otro, no pedía más que un punto firme e inmóvil; yo tendré derecho a concebir las mayores esperanzas si soy bastante feliz para encontrar una cosa, nada más que una, cierta e indudable.
Supongo que todos los objetos que veo son falsos; me persuado de que nada ha existido de lo que mi memoria, llena de falsedades, me representa; pienso que carezco de sentidos; creo que el cuerpo, la figura, la extensión, el movimiento y el lugar son ficciones de mi espíritu. ¿Qué hay, pues, digno de ser considerado como verdadero? Tal vez una sola cosa: que nada cierto hay en el mundo.
¿Hay alguna otra cosa, diferente de las que acabo de reputar inciertas, de la cual no pueda caber la menor duda?¿No hay algún Dios o algún otro poder que haga nacer en mi espíritu estos pensamientos? No es eso necesario porque puedo producirlos yo mismo. Yo por lo menos, ¿no soy algo? Ya he negado que yo tenga cuerpo y sentidos; vacilo, no obstante; ¿Qué se sigue de aquí?¿Dependo del cuerpo y de los sentidos, de tal manera que sin ellos no puedo existir? Pero yo me he persuadido de que nada hay en el mundo: ni cielo, ni tierra, ni espiritus, ni cuerpo. ¿No me he persuadido también de que yo mismo no existía? Sin duda, yo era, puesto que me he persuadido o he pensado algo. Pero hay un no sé que muy poderoso y astuto que emplea toda su industria en engañarme siempre. No hay duda de que soy, si él me engaña; y me engañe todo lo que quiera, no podrá hacer que yo no sea, en tanto pienso ser alguna cosa. De suerte, que después de pensar mucho y examinar cuidadosamente todas las cosas, es preciso concluir que esta proposición: yo soy, yo existo, es necesariamente verdadera, siempre que la pronuncio o la concibo en mi espíritu.
René Descartes, Meditaciones Metafísicas
ANALISIS
MEDITACION SEGUNDA
RENE DESCARTER
- Para transportar el globo terrestre de un lugar a otro, él no pedía más que un punto firme e inmóvil.
- El puede lograr ser feliz si encuentra una cosa, nada más que una, la cual sea cierta e indudable.
- El piensa que todos los objetos que ve son falsos.
- Cree que lo que existe en su memoria, está llena de falsedades y que carece de sentidos.
- El cuerpo, la figura, la extensión y el movimiento, son ficciones del espíritu.
- Para el nada es cierto en el mundo, por lo tanto hay algún Dios o algún poder que hace nacer de nosotros estos pensamientos.
- Cree que no es necesario ya que puede producirlos el mismo
- Ha negado que tenga cuerpo y sentidos, pero vacila.
- Ya que Depende del cuerpo y de los sentidos, de tal manera que sin ellos no puede existir
- El se convence de que nada hay en el mundo: ósea ni cielo, ni tierra , ni espíritu, ni cuerpo.
- Pero es preciso concluir que esta proposición de yo soy, yo existo, es necesaria y siempre la pronuncia y concibe en su mundo.
EL DERECHO,
¿ES EL OBJETO DE LA JUSTICIA?
Objeciones por las que parece que el derecho no es el objeto de la justicia:
Dice, en efecto el jurisperito Celso, que el derecho es ‘’el arte de lo bueno y de lo equitativo’’. Ahora bien: el arte no es objeto de la justicia, sino que, por si mismo, es una virtud intelectual. Luego el derecho no es el objetivo de la justicia.
Más aún: como dice Isidoro, en el libro Etymol., la ley es una especie de derecho.
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