Discurso del Metodo, Rene Descartes
Enviado por Gus1997 • 16 de Mayo de 2016 • Reseña • 862 Palabras (4 Páginas) • 450 Visitas
Análisis de la obra “Discurso del método” de René Descartes
En este texto identificare varios puntos importantes en la obra del señor Descartes que son esenciales para entender dicha obra. Empezare mi ensayo identificando cuales son los niveles de la duda, luego argumentaré porque dudar de dichos aspectos, después explicaré como llega Descartes al “Pienso luego existo” y por último hablare sobre si la conclusión de Descartes es adecuada respondiendo a tres preguntas para argumentar mi opinión.
Los niveles de la duda:
En la obra de descartes se pueden llegar a identificar tres niveles de la duda diferentes. En el primero, Descartes cuestiona nuestros sentidos, cuestiona ciertas clases de percepciones sensoriales, en otras palabras él duda del testimonio de los sentidos, lo cual nos lleva también a dudar de la existencia de nuestro propio cuerpo. En el segundo nivel, Descartes habla sobre la similitud de la vigilia y el sueño y la falta de criterio que tenemos para poder distinguirlos, lo cual hace que dudemos de que las cosas sean como las logramos percibir en los sueños y con esto Descartes realiza el ejercicio intelectual de hacer la duda lo mas radical posible. Y por último en el tercer nivel de la duda, él nos habla sobre este “genio maligno”, un ser superior extremadamente poderoso el cual es capaz de manipular nuestras creencias, que puede hacernos creer cosas que no son y que nos introduce la total incertidumbre. Estos tres niveles de duda son conocidos mas comúnmente como la duda metódica.
Cuando Descartes duda de estos aspectos logra deducir algo muy importante que es el “cogito, ergo sum” o el “pienso, luego existo”. Esto significa básicamente dos cosas; la mente propia en el acto mismo de pensar y la primera verdad (“pienso, luego existo”). Entonces el cogito viene siendo la primera verdad en el orden del conocimiento, porque es a lo primero que llegamos cuando hacemos uso de la duda metódica y a partir de ella podemos fundamentar todo lo demás. Descartes nota que mientras él esta dudando, esta pensando, pero si piensa es porque esta existiendo, con esta premisa es como él llega al “Pienso, luego existo”. “Así, puesto que los sentidos nos engañan, a las veces, quise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como ellos nos la presentan en la imaginación; y puesto que hay hombres que yerran al razonar, aun acerca de los más simples asuntos de geometría, y cometen paralogismos, juzgué que yo estaba tan expuesto al error como otro cualquiera, y rechacé como falsas todas las razones que anteriormente había tenido por demostrativas; y, en fin, considerando que todos los pensamientos que nos vienen estando despiertos pueden también ocurrírsenos durante el sueño, sin que ninguno entonces sea verdadero, resolví fingir que todas las cosas, que hasta entonces habían entrado en mi espíritu, no eran más verdaderas que las ilusiones de mis sueños. Pero advertí luego que, queriendo yo pensar, de esa suerte, que todo es falso, era necesario que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa; y observando que esta verdad: «yo pienso, luego soy», era tan firme y segura que las más extravagantes suposiciones de los escépticos no son capaces de conmoverla, juzgué que podía recibirla sin escrúpulo, como el primer principio de la filosofía que andaba buscando.” (Descartes, 1637, pp. 59-60)
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