EL LADO INHUMANO DE LAS ORGANIZACIONES.
Enviado por Sandra Qe • 26 de Septiembre de 2016 • Ensayo • 1.862 Palabras (8 Páginas) • 376 Visitas
PRESENTADO POR: SANDRA QUISTIAL ENRIQUEZ
MODULO: CIENCIAS HUMANAS Y GESTIÓN
DOCENTE: DIEGO VARON ROJAS
EL LADO INHUMANO DE LAS ORGANIZACIONES
Biografía
Fernando Cruz Kronfly, Doctor en Derecho y Ciencias políticas de la Universidad La Gran Colombia de Bogotá, nació en Buga el 8 de Abril de 1943, en el año 1996 la Universidad del Valle le otorga el Doctorado “Honoris Causa” en Literatura y la distinción de maestro de las juventudes. Fue Jefe del Departamento de Literatura e Idiomas en la Universidad Santiago de Cali (1970-1972), Director de la revista Fin de Siglo, editada por la Universidad del Valle durante sus primeros cuatro números. Fue profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Santiago de Cali desde el año 1970 a 1977, y de la Universidad Libre de Colombia, Seccional Cali, hasta la década del 90. De 1972 a la actualidad ha sido catedrático de la Universidad del Valle. Autor de una amplísima obra, tanto en lo relativo a la literatura, como a la investigación de diversos campos de las ciencias sociales y administrativas.
Ahora bien, al analizar el capítulo el “EL LADO INHUMANO DE LAS ORGANIZACIONES”, Fernando Cruz hace un recuento del problema social de la exclusión en diferentes momentos de la historia de la cultura universal, haciendo hincapié en la falta de reconocimiento de la humanidad del individuo en el campo organizacional por parte de los dirigentes, manifestado en el trato inhumano a los subalternos.
Haciendo un recuento desde el punto de vista filosófico, psicológico e histórico, el ser humano tiene implícito un grado de inhumanidad que por más que se hayan creado mecanismos de control y de castigo, no ha podido eliminar ni entender el génesis de dicho deseo de superioridad y de inhumanidad que tiene el hombre cuando está en mejor “posición” que el resto.
A juicio del autor, soportado en otros autores, lo inhumano en el hombre no tiene origen animal, sino que proviene de la forma con la cual psíquicamente se asume la diferencia cultural que el “otro” representa. Las teorías de humanismo planteadas en el psicoanálisis especifican que el hombre, por su naturaleza irracional, esta llevado a realizar actos inhumanos por diferencias motivacionales, culturales, sociales, de poder y el narcisismo individual, (definido por Freud como la actitud caracterizada por el delirio de la grandeza, subestiman del poder, de sus deseos y de sus actos psíquicos).
Por lo tanto es importante resaltar que este fenómeno propio de la identidad humana se remonta a tiempos antiquísimos en que el ser humano por el ánimo de contar con privilegios ha realizado hechos egoístas y destructivos para el resto de humanos en todos los aspectos de la vida, como las guerras, la esclavitud, la dominación, entre otros. De igual forma no queda ajeno el ámbito organizacional en el que finalmente convergen un gran número de seres humanos para la realización de funciones y ejercer responsabilidades que redunden en un bien común aunque con matices diferentes.
El texto desarrolla un análisis interesante sobre el comportamiento del hombre dependiendo de la posición jerárquica que se encuentre enfatizando en la dicotomía entre la parte racional y emocional que enfrenta en la toma de decisiones como para el trato hacia sus semejantes dentro de la organización. No tiene discusión que un buen trato entre todos los empleados de la empresa redundará en productividad y eficiencia, el tema es que si ese buen trato está camuflado y es el estrictamente necesario para obtener resultado que favorezca únicamente al empresario o por el contrario es un sentido de “hermandad” real entre seres de la misma especie.
Por esta razón, las escuelas humanistas han estudiado el comportamiento humano enfatizando en el “trato más humano”, sosteniendo que las organizaciones están conformadas por seres humanos los cuales aportan de manera orquestada al logro de las metas y objetivos. Es por ello que el papel del dirigente debe basarse en incrementar la motivación por el trabajo, el sentido de pertenencia, la autoestima para aumentar positivamente el rendimiento y compromiso con las tareas de la organización.
Sin embargo, de acuerdo a lo expuesto por Cruz Kronfly, el “trato humano” hacia el subordinado, es solo de grado, en cuanto si bien el subordinado es para la organización alguien necesario, resulta siempre sustituible, intercambiable, cosificable. Jamás dejara ser ese al que puede decírsele adiós en todo momento, que solo merece el reconocimiento por tener una concordancia de humanidad que todos tenemos. La porción de humanidad que se reconoce en términos administrativos es solo la tolerable para mantenerlos comprometidos, motivados y dando alto sentido de pertenencia y responsabilidad con el cumplimiento de la tarea.
Es así, como la práctica inhumana en las organizaciones, es un aspecto oculto, comúnmente observable en maniobras de manipulación y dominación a los subalternos para motivar y llevar al logro personal de un directivo o un buen resultado productivo, por lo tanto existe una marcada relación de compañerismo “hipócrita” entre superiores y subalternos o entre los mismos niveles de jerarquía, que camufla una rivalidad profesional y competencia para mejorar el posicionamiento en la organización entre otras.
Ahora bien, la indiferencia por parte del subordinado ante este tipo de situaciones es común encontrarla, la mayoría de veces prima la necesidad de una fuente fija de ingresos al sometimiento o abusos de superiores con respecto al tiempo, trabajo o maltrato verbal. Este tema me causa un poco de gracia, tomando como referencia un artículo de administración en el que se argumenta que si como subordinado se está inmerso en una situación en la que el jefe es inflexible e incluso grosero en sus tratos es necesario autocontrolarse, y continua diciendo que después de todo tratar de sobreponerse al poder de facto que él tiene resultará imposible y probablemente se terminará con los pies en la calle; recomienda que es necesario mantener una actitud que permita tener las mayores posibilidades de éxito, en algunas ocasiones lo mejor será romper las reglas para entregar los resultados que espera, en otras lo mejor será apegarse a ellas para demostrar lo limitantes que resultan, otras tantas ser fuerte y decidido y algunas otras calmarte y esperar el mejor momento para actuar. Después de leer esta serie de recomendaciones cuestiono si el dirigente es visto como un ser humano con iguales derechos y deberes que tiene el subordinado sino visto como un hombre que merece toda condescendencia por el simple hecho de depender de manera económica de este olvidándose de la propia dignidad.
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