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ENSAYO FILOSÓFICO.


Enviado por   •  14 de Septiembre de 2016  •  Monografía  •  2.214 Palabras (9 Páginas)  •  287 Visitas

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

Facultad de Filosofía

Instituto de Filosofía

ENSAYO FILOSÓFICO

CURSO                  FILOSOFÍA SOCIAL

PROFESOR        Jorge Martínez Barrera

ALUMNO                José Manuel Molina

-Año 2016-


“VIGILAR Y CASTIGAR”

Michel Foucault


INTRODUCCION

En esta obra, Foucault, expone desde la presencia de las relaciones de Poder, tecnologías de control y microfísica del poder presentes a través de la evolución histórica de la humanidad donde nos ofrece una actitud crítica y pone en manifiesto la evolución de los métodos de castigo-vigilancia desde épocas medievales hasta lo contemporáneo, pasando por la humillación pública, la instauración de la prisión como prohibición del derecho a la libertad, hasta incluso las nuevas formas coercitivas aplicadas en los estratos sociales, culturales y por consecuencia jurídico.

Durante el desarrollo Foucault plantea la evolución del concepto “pena” y como ha sufrido mutaciones que si bien no han sido erradicadas las formas de suplicio y castigo, las transformaciones que sufre la moral que erige los juicios conforme a la situación sociopolítica y económica ha devenido en una objetivación de castigo intangible e incorpóreo a lo que él llama “alma”.

Por   otra   parte   realiza   un   análisis   de   las   técnicas,   elementos,   materiales,   vías   de comunicación y vigilancia que surgen como herramientas de control y Poder.

 


DESARROLLO

La exposición que realiza Foucault en el primer capítulo corresponde a un excelente marco histórico acerca de cómo han ido evolucionando dentro del imaginario colectivo, conceptos que fueron ejes rectores de todo modelo estructural de seguridad e incluso sometimiento social desde el siglo XVIII, mismos que presenta a manera de dualidades tales como: suplicio-castigo, mismo que después de este esbozo desarrolla cada uno por su cuenta en los capítulos siguientes.

Foucault describe como el castigo como espectáculo ha tenido que mutar obedeciendo a un cambio en el objeto castigado como símbolo de redención, es decir mientras que en la historia primitiva se impartía justicia a través de la flagelación del cuerpo como forma de redención y escarnio público, con la instauración de la modernidad, la relajación de la acción directa sobre el cuerpo del delincuente vista ahora como un elemento negativo tiene como eje rector, la búsqueda de un sistema de reglas que dicte una “condena” que se ejecute como un corrector y ya no como un castigo, es decir una “cura”.

La privación del derecho a la libertad, es una medida que a diferencia de la inmediatez de una ejecución satisface la certeza de un suplicio permanente.

Al verse desplazado el cuerpo como objeto de castigo, Foucault advierte en la propuesta de G. B. Mably que ciertamente castigando el “alma” produce un impacto mayor dentro de la sociedad ya que no sólo se castiga la acción o al acto delictivo en sí, ahora se juzga a la persona, al individuo de tal forma que la sentencia esté regulada por una normatividad de juicios morales, éticos y por lo tanto legales. He aquí donde el Poder se abraza al juicio como un hibrido cuyas reglas Foucault las detalla en los siguientes postulados:

1. El   castigo   como   una   función   social   compleja   la   cual   pretenda   como   efectos positivos el uso del Poder.

2. Utilizar los mecanismos de castigo como técnicas de Poder.

3. Hallar una correlación entre el avance de la humanidad y las acciones punitivas.

4. Evitar en la práctica penal que la objetivación del alma no corresponda a una modalidad encubierta del castigo al cuerpo.

Con la implementación de la nueva metodología coercitiva que prioriza el alma sobre el cuerpo es imprescindible no desviar el motivo primordial del castigo que es la sanción política y social de un delito. Por tanto el Poder se regulará a través de los siguientes postulados:

 El Poder no se posee.

 El Poder no se encuentra concentrado en alguna institución o clase social sino es una red de micro poderes.

 Las relaciones de Poder deberán estar supeditadas a una utilidad productividad y sometimiento simultaneo.

 El Poder no es un atributo sino una relación entre dominante y dominados.

 La acción del Poder no siempre es coercitiva, puede emplear otras técnicas no invasivas o violentas.

 El Poder no reviste siempre la forma de Ley.

Foucault define al suplicio no como un salvajismo del poder jurídico, sino como medidas regidas por una serie de normatividades que para ser consideradas de esta forma debería tener una cantidad determinada de sufrimiento, marcar permanente a las víctimas ejerciendo un manifiesto de poder de castigar.

El suplicio puede ser cuantificado con base en el sufrimiento que merece el delito cometido y es directamente  proporcional a la falta cometida. Esta será la gravedad del mismo   quedando perpetuado en la memoria del colectivo con el fin de que cada uno los individuos corrobore su carácter de innegable.

Ahora, esta aclaración conlleva a la aplicación de los métodos correctivos de la conducta y para ello será imprescindible hacer uso de una confesión. Esta tendrá que estar basada en una vía inequívoca de verdad que conduzca sin objeción alguna a la sentencia emitida posterior a la aceptación-confesión del delito, aunque en ocasiones habrá que hacer uso de la   tortura   como   mecanismo   reglamentado   de   la   extracción   de   la   verdad-confesión, produciendo la llamada verdad que surge desde un sometimiento violento como agresión y castigo a un hecho que aún no ha sido comprobado; he aquí la dualidad peligrosa verdad-castigo que tiene encuentro en el cuerpo del acusado.

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