Estructura Amori Líquido, Bauman

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Introducción

Un elemento necesario para el ser humano a lo largo de la historia ha sido el amor, y no solo necesario, sino el motor que lo impulsa a superarse a sí mismo y ser capaz de encontrarse con los otros, que lo ha hecho darse cuenta de que es un ser social y que de alguna forma le ha asegurado la supervivencia de su especie mediante relaciones no solo físicas y sexuales, sino también afectivas y racionales que le permiten expresarse como un ser superior a los animales capaz de adquirir compromisos.

Zigmunt Bauman, en su obra Amor Líquido, nos hace ver que la forma de vida actual ha llevado al ser humano a convertirse en un ser que considera el amor como un elemento innecesario en su vida, reemplazándolo por el placer y la autosatisfacción egoísta de las propias necesidades sin tomar en cuenta al otro y volviéndolo prácticamente un ser ermitaño, cuya forma de relacionarse es líquida, es decir inconsistente, instantánea e insatisfactoria para aquellos que se relacionan con él.

Somos seres sociales, necesitamos relacionarnos, pero esto nos da miedo. Amar significa abrirle la puerta a ese destino, a la más sublime de las condiciones humanas en la que el miedo se funde con el gozo en una aleación indisoluble, cuyos elementos ya no pueden separarse, abrirse a ese destino, significa en última instancia, dar libertad al ser; esa libertad que está encarnada en el otro, el compañero en el amor.^[1]

En este libro encontraremos pues, la postura de Bauman al respecto de los cambios de la condición humana en torno al mundo globalizado en el que se desarrolla y su postura en torno a las relaciones humanas.

Esquema del Libro

Encontraremos en este libro una división en torno a cuatro títulos que expresan directamente con la forma de relacionarse del hombre, estos cuatro temas son los siguientes:

1. Enamorarse y desenamorarse

1. En este primer capítulo trata la importancia fundamental de las relaciones amorosas y cómo influyen éstas en el desarrollo del hombre, sin embargo, lo contrasta con el tema de las actuales relaciones de bolsillo que pueden secarse y guardarse a voluntad.

1. Fuera y dentro de la caja de herramientas de la socialidad

1. En este segundo capítulo nos habla del homo consumens, un hombre cuyas necesidades afectivas y relacionales las satisface por medio del consumismo material y social, estableciendo relaciones líquidas basadas en su necesidad y que debido a la desesperación no podrán ser satisfechas.

1. Sobre la dificultad de amar al prójimo

1. Habla sobre la dependencia en las relaciones y la victimización en las mismas, donde la dignidad de la persona se pone en riesgo y la moralidad puede considerarse innecesaria.

1. La unión desmantelada

1. Aquí se trata la marginación social desde la perspectiva del mundo globalizado y los países del tercer mundo, además de las relaciones interpersonales suprimidas y reemplazadas por las conexiones, donde realmente se vuelve cada vez más fácil pulsar desconectar.

Y de ésta forma explica Bauman la liquidez de la sociedad que trata de exponer en su obra.

Desarrollo

En la modernidad el hombre tiene un fuerte deseo que frecuentemente expresa, ese deseo es el deseo de relacionarse, de ser feliz al lado de los demás y de poder establecer relaciones duraderas, sin embargo ese deseo se ve frustrado por el miedo que los hombres muestran precisamente a mostrarse vulnerables, y convierten sus propias relaciones en elementos livianos y de poco peso para poder quitárselas de encima en el momento en que les incomoden, les estorben o se vuelvan demasiado pesadas, sin pararse a pensar un momentos si es que aquello que están desechando no será precisamente, lo que siempre están buscando.

        En cambio, las relaciones profundas del hombre, que son un fundamento de su ser persona, se están viendo sustituidas por la cultura del desecho, donde ante la decepción o soledad a la que se enfrenta, busca amigos instantáneos o se consuela con objetos materiales que se vuelven el centro de su autosatisfacción, aunque éstos últimos no serán capaces de brindarle al hombre, la felicidad que busca.

En nuestro mundo de rampante “individualización”, las relaciones son una bendición a medias. Oscilan entre un dulce sueño y una pesadilla, y no hay manera de decir en qué momento uno se convierte en la otra. Casi todo el tiempo ambos avatares cohabitan, aunque en niveles diferentes de conciencia. En un entorno de vida moderno, las relaciones suelen ser, quizá, las encarnaciones más comunes, intensas y profundas de la ambivalencia. Y por eso, podríamos argumentar, ocupan por decreto el centro de atención de los individuos líquidos modernos, que las colocan en el primer lugar de sus proyectos de vida^[2].

Hoy podemos hablar de un nuevo planteamiento sociológico sobre el fenómeno relacional referente a la generación de una nueva identidad conforme a lo que las personas quieran aparentar o a la idea que ellos mismos desean transmitir, mejor dicho presentar a los demás, que la mayoría de las veces no coincide exactamente con las personas reales, es decir las que se encuentran fuera de las redes sociales e intentan enfrentarse a un mundo que no parece ser tan benévolo como desearían y las conduce a la fabricación de estos perfiles aparentes que generalmente construyen una imagen inconsistente e insostenible fuera del mundo virtual.

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