Eureka. (Reseña al libro “eureka” de Edgar Allan Poe)

Eureka.

(Reseña al libro “eureka” de Edgar Allan Poe)

Usualmente cuando nos hablan de física; del universo o de las leyes de la naturaleza, nos imaginamos, aburridos gráficos o formulas complejas y difíciles de entender, pero no pensamos en que estas expresan hechos que hacen parte de nuestra cotidianidad, como calentar el almuerzo, correr, mover un objeto, en fin, la vida misma está basada en fenómenos físicos como la luz, la gravedad, etc.

Y quien o que es responsable de estos fenómenos, todo esto ocurre según la voluntad de ese ser al que llamamos Dios actúa directamente en todo desde el movimiento de las aguas hasta el más ligero aleteo de la mariposa, desde una explosión cósmica hasta el surgimiento de una flor.

Todo está basado en la voluntad divina y ¿qué somos nosotros? ; somos parte de sus sentimientos, sus pensamientos de su alegría o su tristeza de  su tensión o de su calma. Todo esto se explica en esta magistral obre de Poe en la cual la fe y la ciencia se encuentran en la más bella armonía.

“Eureka”, frase que dijera hace cientos de años el filósofo y científico griego Arquímedes y que hoy en el presente repito alegremente al llegar a esta placentera verdad y descubrir la realidad que estaba justo en frente mío y no  lograba evidenciar.

Por esto y muchas más cosas es que “Eureka “me ha impactado y ha logrado mostrarme la más simple verdad a través de la más compleja realidad.

Anexo: Frases que llaman la atención

• “No me importa que mi obra sea leída hoy o por la posteridad. Puedo esperar un siglo a mis lectores si el mismo Dios espero seis mil años un observador ¡triunfo! He robado el secreto de oro  de los egipcios. Me entrego a mi furia sagrada”

• “Un hombre puede dar un salto de diez pies con menos dificultad que uno de veinte; pero la imposibilidad de su salto a la luna no es un ápice menor que la de saltar a Sirio.

• “No conocemos nada acerca de la naturaleza o de la esencia de Dios; para saber que es se necesita ser Dios  mismo”

• “Cada ley de la naturaleza depende en todo punto de todas las otras leyes y todas no son sino el ejercicio primario de la voluntad divina”

...