Introducción obra Cicerón

La obra Las leyes de Marco Tulio Cicerón escrita entre los años 52 y 45 a.C  supuso ser una de las fuentes más importantes habidas en la antigüedad sobre derecho, pues dentro de la obra se encuentra el origen posterior del pensamiento jurídico recopilados en los datos añadidos en su interior. Estos datos son de mucha importancia, como por ejemplo los datos históricos al enumerar las leyes religiosas y civiles con sus defensas y justificaciones, o las teorías filosóficas sobre el origen de las leyes y la referencia de filósofos y escuelas a los que somete a una discusión favorecida por la forma de diálogo.

Aunque en el texto hay  multiplicidad de temas y variables, también tiene una identidad propia a lo largo de los tres libros, pues en todos ellos hay un permanente elogio y admiración hacia Platón, que es su modelo a seguir, y una alabanza de las virtudes del pueblo romano.  Además  para Cicerón el hombre es un ser que está encaminado a la sociedad, y por ello ve la razón para la formación del Estado que extrae un beneficio común para los hombres. La unidad entre los hombres arraiga en un fundamento infinitamente superior a la unidad que se da en cualquier animal. Nadie se parece tanto a sí mismo como los hombres se parecen, y por eso nace la amistad natural entre los hombres.

La estructura de la obra es visible en varios libros, de los cuales me voy a centrar en los primeros.

Como toma de contacto, en el libro primero Cicerón nos despierta la naturaleza del derecho y naturaleza del hombre. El autor señala un cierto gobierno providente y hace referencia a la semejanza con la que los Dioses hicieron a los hombres y crearon con sus dones: la razón, por lo tanto están unidos con vínculos de amistad. Para Cicerón esto es la participación de la naturaleza racional del hombre y lo relativo al vínculo de sociabilidad, cuyo principal instrumento es la palabra. Existe un mismo criterio de conducta en los hombres. Todos ellos están unidos por vínculos naturales por una ciudad común: una comunidad de derecho.

Además indaga de lo que es justo por naturaleza. Una primera justificación es el testimonio universal, y otra justificación lo es por reducción a lo absurdo. Si nosotros solo definimos el bien por la opinión, no hay una norma de naturaleza, por lo tanto, nuestros resultados son absurdos.

Más ampliamente, Cicerón va a moldear una idea de los estoicos, los cuales anunciaban que todo lo llamado derecho positivo, era

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