La Ética del educador

Ética del educador

Introducción

        Al convertirnos en docentes debemos tener claro que no somos sólo entes de formación  cognitiva, sino también constructores de proyectos de vida, en particular si trabajamos con la primera infancia. Partiendo de este hecho la definición de ética y moral, nos permite crear códigos de aprendizaje y enseñanza, donde el niño se desarrolla  en un conjunto de valores que lo acompañarán en su proceso cognitivo, socio-afectivo y moral, construyendo así un sujeto integral.

Dentro de los parámetros de formación del siglo XXI, el educador debe partir de la concepción de niño/a como sujeto de derechos; para desarrollar un razonamiento más amplio,  nos debemos trasladar al proceso histórico que ha concebido la ética en el discurso docente, y apoyarnos inicialmente en el significado de ética y moral para  generar una definición propia de la “ética del educador”.

Dentro de la responsabilidad que tenemos como docentes en formación, está el encontrar la manera más adecuada para que el niño/a forme un código de acción, código que le permita deducir desde su propia actividad cognitiva, social, afectiva,  pero principalmente emocional,  procesos de comportamiento, tanto  como persona, como ente partícipe  de un núcleo familiar y social, en el cual destacamos su proceso escolar, pues, es aquí donde nuestra función formativa le dará pautas para el desarrollo de valores.

Dentro de nuestro planteamiento frente a la “ética del educador”, debemos tener en primera instancia la definición de ética y moral, para así comprender los valores y principios que la sociedad educativa imparte a partir de una concepción conjunta entre docentes y alumnos.  

El término ética proveniente del latín ethĭcus, y este del griego antiguo ἠθικός que significa ‘carácter’, designa el comportamiento, la conducta y el actuar del hombre; la ética es la “postura” desde la cual juzgamos y valoramos la forma como se comporta el hombre y al mismo tiempo, la instancia desde la cual formulamos principios y criterios acerca de cómo debemos comportarnos y hacia dónde debemos dirigir nuestra acción.

Al referirnos al término moral podemos  hacer referencia a dos o más definiciones; en primera instancia, moral es el conjunto de normas establecidas o propuestas por los hombres,  por una sociedad y/o época histórica determinada; al igual que se define como el conjunto de juicios relativos al bien y al mal, destinados a dirigir la conducta de los humanos, juicios en los cuales se concretan  normas de comportamiento, que adquiridas por cada individuo, regulan sus actos y su práctica diaria.

Iniciando con nuestra postura frente al significado de la “Ética del Educador”, nos  apoyamos en la filosofía  de algunos pensadores como Sócrates, Platón y Aristóteles que influenciaron, lo que hoy llamamos educación; al identificar sus  planteamientos éticos y morales, conoceremos las pautas que marcan algunas tendencias en la manera de “formar” en las escuelas de hoy.

Al hablar de Sócrates y su proceso como filósofo, encontramos que era un docente innovador, crítico y humilde, que impulsó a sus discípulos, quienes estaban  dispuestos a conversar con él en jardines, calles o plazas, puesto que  enseñaba de manera gratuita, al  considerar que enseñar era una misión sagrada. Decía que la sabiduría se adquiría en las conversaciones, haciéndose preguntas y buscando de esta manera,  las respuestas, por lo cual invitaba a los que conversaban con él, a pensar juntos cual es el objeto del ser humano.  Además no consideraba que se debía  poseer la sabiduría, sino que esta  se hallaba en constante búsqueda. Lo primero para él, era el conocimiento personal, y  luego vendría el conocimiento del universo exterior.

Por otra parte encontramos que promovía en su filosofía el  control de los impulsos, la serenidad de espíritu, el alejamiento del lujo y las pasiones; como  maestro se dedicaba a criticar el discurso que escuchaba de quien conversaba con él, haciéndole ver sus falencias y contradicciones, lo que en los escritos sobre él denominaron “ironía”. Luego encontramos  “la mayéutica” lo que se define como la manera de extraer del alumno los conocimientos que según su teoría cada persona lleva dentro de sí y tan sólo debe descubrir. En este caso lo que nace es la verdad, llegando a la raíz del objeto de conocimiento por un método de dirección. En conclusión el roll de maestro que nos imparte Sócrates, es que somos GUIAS  que orientamos  a quien necesita descubrir por sí mismo el mundo, y no somos dueños del saber.

Platón por tributo a su maestro Sócrates, elige  el diálogo como forma de expresión de su pensamiento. y lo llamó Dialéctica, que es el arte del diálogo y la discusión.

Para platón la fuente del saber, esta sobre lo que es bueno y lo que es malo para el individuo tanto en la sociedad como en la vida personal, argumentaba que hay cosas y acciones que son verdaderas por naturaleza y buenas en sí mismas. El presentó ideas sobre los principios de educación desde dos perspectivas: la atención en el individuo, y la dimensión política sobre la educación;  en la primera perspectiva, la verdadera educación implica alejarse de lo cotidiano, tener una visión nueva, que es verlo desde una óptica diferente. Según Platón “No hay ninguna disciplina que deba aprender el hombre libre por medio de la esclavitud. En efecto, si los trabajos corporales no deterioran más el cuerpo por el hecho de haber sido realizados obligadamente, el alma no conserva ningún conocimiento que haya penetrado en ella por la fuerza”.

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