La Alegoría de la Caverna de Platón desde la perspectiva de la ética y la Deontología

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La Alegoría de la Caverna de Platón

desde la perspectiva de la ética y la Deontología.

        El texto “Alegoria de la Caverna”, presenta de forma implícita y bastante metafórica         los problemas fundamentales de la teoría del conocimiento humano relacionado continuamente su actividad practica o afianzamiento de hábitos, costumbres e ideas con la realidad de su mundo exterior.   Pretender un argumento que explique unilateralmente la naturaleza del conflicto educativo, asumiendo este proceso como la formación integral del individuo para su posterior actuar ético, dentro de la sociedad donde sea participe, resultará un poco ingenuo, pues cada día surgen nuevos elementos y factores que se suman bien sea para favorecer o afectar negativamente la política educativa y cultural del ser humano.

        “La Caverna” del mito no representa otra cosa que el mundo interior del individuo; Un mundo y una cultura que proponen el individualismo y el egoísmo como valores fundamentales para sobresalir y triunfar; que presentan el consumo y el acaparamiento de cosas materiales como medios para alcanzar la autentica realización personal.   Se necesita hoy de una gran ética profesional, entendiéndose por ésta, según lo expresado en el texto El Fundamento de los Valores: La Ética es una ciencia que estudia la moralidad de los actos humanos.   Siendo el objeto material, “Los actos humanos” y el objeto formal “La Moralidad de los mismos”.   De acuerdo a esta conceptualización es urgente asumir este principio de manera intrínseca e individualmente como factor prioritario que va a dar la oportunidad de transformar la vida, que se traduzca en disposición al cambio que represente el servicio a los demás con continencia, sobriedad o moralidad; ética que permite atreverse a ser libres de la inercia existencial, del aburrimiento que carcome sus vidas, haciéndolos cada vez más ignorantes, incultos e ineptos para actuar honesta y honradamente.

        En Alegoría de la Caverna de Platón: “Los prisioneros representan a la mayoría de la humanidad esclava y prisionera de su ignorancia e inconsciente de ella, aferrada a las costumbres, opiniones, prejuicios y falsas creencias de ellas”; expresa como el ser humano vive la vida como si fuera un actor o actriz, vive para los demás, pues cada día se le impone con mayor fuerza la cultura de la apariencia, se habla sin pensar lo que se dice y en la mayoría de los casos se opina lo que los demás dicen, sin llegar a demostrar que se posee capacidad de discernimiento para considerar y determinar lo que es bueno o malo, lo que conviene o no; se trata a los demás de acuerdo a su aspecto, se desprecia y se aleja de los pobres, de los humildes quienes son vistos como amenazas o parias por falsos criterios.

        A pesar de que la formación pedagógica ha evolucionado, no ha sido significativamente posible que el acto educativo logre su cometido, considerándose éste como el perfeccionamiento integral del hombre, concebida como la actividad que tiende hacer “hombres íntegros”, es decir que no carezca de ninguna de sus partes, entendiéndose estas como la integración de cuerpo y espíritu, para el alcance pleno de la felicidad,

        Según el Mito: “La Educación es un proceso largo y costoso, plagado de obstáculos y por o tanto, no accesible a cualquiera”, se difiere un poco de tal afirmación, en nuestra Carta Magna y en el marco de las políticas sociales, La Educación es un Derecho, cuyo compromiso principal le corresponde al Estado, representado por las instituciones públicas y privadas, las que están obligadas a rescatar y fortalecer el valor de aspectos fundamentales como la ética y las virtudes cívicas; lamentablemente no se evidencian resultados que satisfagan este fin.

        Ahora bien, si la ética es una ciencia normativa cuya función se ejecuta a través de la Deontología y según Gómez (1982-111) Deontología: “Es la práctica de virtudes válidas en cualquier profesión, como la veracidad, la lealtad y la diligencia, resultando vigentes los deberes Morales”, la palabra “práctica en el texto tiene como acepción lo que el individuo realiza en su día a día, es decir que solo es posible la adquisición, internalización y aplicación de tales virtudes si se lucha y se esfuerza por construirlas en su propia vida, las mismas no pueden ser enseñados si no se viven, el ser humano debe asumir el compromiso a representarlos en el actuar cotidiano; Si bien es cierto que los padres, educadores y adultos deben ser modelos de vida para sus hijos, estudiantes y jóvenes en general, de modo que puedan ser percibidos como personas comprometidas en continua superación, y quienes reciben estos ejemplos de vida deben esforzarse por levantarse de sus debilidades y comprometerse cada día a actuar mejor.

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