La vida de catulo
Enviado por Anette Cuapio • 23 de Octubre de 2020 • Ensayo • 1.413 Palabras (6 Páginas) • 377 Visitas
Lopez Cuapio Areli Annete
Catulo: Sus obras como tragaluz de su vida personal.
Cuando se habla sobre la vida de Catulo a veces es complicado distinguir entre su obra y su vida, ya que esta es la fuente más directa que explica lo que acontecía en su vida diaria, además de las escasas narraciones de San Jerónimo en su Crónica, que tomó de Suetonio y éste a su vez de Cornelio Nepote, amigo del poeta[1]. Sin embargo, no se tiene información suficiente por dichos autores, así que, ante las varias bibliografías existentes hubo que elegirse una. A medida que leí las distintas compilaciones fue siendo algo que me parece no debe perderse de vista a la hora de redactar la biografía; primero, que nuestro autor es naturalmente una persona de carácter explosivo y con tendencia hacia la irracionalidad[2], y por lo tanto, no se puede tomar su obra como fuente directa para su vida, pues se cae en el problema de que su visión de los hechos es un tanto exagerada. Bajo esta premisa, tomé la bibliografía ofrecida por Miguel Dolç en su edición de poesía de Catulo, puesto que posee conjeturas correctamente explicadas, y de ahí se puede reunir los datos imprescindibles para los objetivos de este trabajo, a excepción de los que se indiquen.
OBRA A LESBIA
El poema se presenta con el número ciento nueve en el orden de la edición utilizada, y está compuesto, en su versión original latina de versos faleucos o endecasílabos, los cuales tienen su origen en la literatura griega, sobre la cual Catulo fue instruido. En cuanto a la obra catuliana en su totalidad y forma[3], se conserva en una ordenación que la divide en tres secciones, sin embargo, para propósitos académicos, se han revisado los poemas desde diversos puntos de vista. Uno de ellos es de los dedicados a Lesbia, para los que Rubén Bonifaz Nuño ofrece un orden cronológico[4], además de una breve descripción de cada uno.
Es visible a través de los poemas que nuestro autor celaba a Lesbia en exceso, y para ello tenía sus razones: a ella, por ser una mujer cercana al poder, no le hacía falta popularidad, y con ello, los otros amantes: Rávido, Rufo, Alfeno, Furio, Aurelio, Egnacio, Emilio, Gelio, Socratión, Vectio, Galo, su propio hermano[5], etc, de los cuales sabemos a través de los cantos catulianos. Este celo es un elemento esencial y presente en toda la obra referente a Lesbia, de manera que hace evidente el dolor que para él trae consigo el amor. Sin embargo, parece ser que más adelante en su vida distingue claramente su exageración y la causa de ella, es decir, sus celos: “Admite, en atormentada inconsistencia, que su estimación y su amor no dependen ya de la conducta de la amada”[6]. Catulo le pide a su amante en el poema del cual nos toca hablar, con una actitud que aunque pareciera totalmente contraria a los celos y al enojo, lo hace con la misma intensidad y locura de estos en una eterna promesa, en donde le suplica a los dioses que ese amor, esa complicidad sea no solo sincera, sino también imperecedera. Por eso me parece importante leer más de sus poemas, pues nos dan una visión más clara de todo lo anterior que he mencionado y no solo dejarnos llevar por un fragmento leve que pareciera pecar de amor inocentón. Por ejemplo, en el poema once ( el cual no nos toca estudiar) denota que la amante le muestra cariño, más allá de placeres sexuales, pero no lo ama de verdad, siendo ésta otra razón más para que Catulo se desespere y tenga tan alteradas reacciones contra aquellos que le hacen algún daño.
También es continua la idea del rapto repentino, de la apropiación de lo que a un sujeto no le pertenece naturalmente, y se refleja en los poemas 86 y 89. Así, teme que le sea robada Lesbia, por lo que se previene de aquellos que los aojan, es decir, aquellos que puedan hurtar lo pasional de su amor.
La cabellera de Berenice
Este poema forma parte del conjunto de poemas de gran extensión hechos por el mismo Catulo. Originalmente del poeta alejandrino Calimaco, siendo el Ítalo quien nos lo hace llegar gracias a su imitación.
La cabellera de Berenice es un poema votivo con el cual se relata el ofrecimiento de Berenice quien era la esposa del rey de Egipto Ptolomeo III Evergetes (el Bienhechor), de la dinastía ptolemaica. Cuando Ptolomeo subió al trono, su primera misión consistió en ir a Siria para luchar contra el rey Seleuco II y vengar el asesinato de su hermana y de su sobrino (que era el heredero al trono de esta región de Asia). Combatió largamente y obtuvo muchas victorias, pero en su ausencia, su esposa Berenice languidecía y estaba llena de temores por la vida de su esposo. En su desconsuelo, un día fue al templo de Afrodita y allí juró ante la diosa que sacrificaría para ella su hermosa cabellera (que era la admiración de todos cuantos la conocían), en el caso en que Evergetes regresara vivo y vencedor. Así fue, y ese mismo día, el día de su regreso, Berenice cumplió su promesa.
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