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POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO FILOSOFÍA


Enviado por   •  19 de Noviembre de 2017  •  Informe  •  4.132 Palabras (17 Páginas)  •  236 Visitas

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FACULTAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES

ESCUELA ACADEMIA PROFESIONAL DE CONTABILIDAD

FILOSOFÍA

TEMA:

POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO

AUTORES:

ANGELES MILLA, Miki Yerson

CRUZ TREJO, Yajaira Rosario

NUÑEZ QUITO, Jheniffer

RODRIGUEZ ALBERTO, Heimer

ROSAS DOMINGUEZ, Yoisy

ASESOR:

SALDARRIADA YOVERA, Jose

Huaraz – Perú

2017

Posibilidad del conocimiento

El dogmatismo

Entendemos por dogmatismo (de δόγμα = doctrina fijada) aquella posición epistemológica para la cual no existe todavía el problema del conocimiento. El dogmatismo da por supuesta la posibilidad y la realidad del contacto entre el sujeto y el objeto. Es para él comprensible de suyo que el sujeto, la conciencia cognoscente, aprehende su objeto. Esta posición se sustenta en una confianza en la razón humana, todavía no debilitada por ninguna duda.

Este hecho de que el conocimiento no sea todavía un problema para el dogmatismo, descansa en una noción deficiente de la esencia del conocimiento. El contacto entre el sujeto y el objeto no puede parecer problemático a quien no ve que el conocimiento representa una relación. Y esto es lo que sucede al dogmático. No ve que el conocimiento es por esencia una relación entre un sujeto y un objeto. Cree, por el contrario, que los objetos del conocimiento nos son dados, absolutamente y no meramente, por obra de la función intermediaria del conocimiento. El dogmático no ve esta función. Y esto pasa, no sólo en el terreno de la percepción, sino también en el del pensamiento. Según la concepción del dogmatismo, los objetos de la percepción y los objetos del pensamiento nos son dados de la misma manera: directamente en su corporeidad. En el primer caso se pasa por alto la percepción misma, mediante la cual, únicamente, nos son dados determinados objetos; en el segundo, la función del pensamiento. Y lo mismo sucede respecto del conocimiento de los valores. También los valores existen, pura y simplemente, para el dogmático. El hecho de que todos los valores suponen una conciencia valor-ante, permanece tan desconocido para él como el de que todos los objetos del conocimiento implican una conciencia cognoscente. El dogmático pasa por alto, lo mismo en un caso que en el otro, el sujeto y su función.

Con arreglo a lo que acabamos de decir, puede hablarse de dogmatismo teórico, ético y religioso. La primera forma del dogmatismo se refiere al conocimiento teórico; las dos últimas al conocimiento de los valores. En el dogmatismo ético se trata del conocimiento moral; en el religioso, del conocimiento religioso.

Como actitud del hombre ingenuo, el dogmatismo es la posición primera y más antigua, tanto psicológica como históricamente. En el periodo originario de la filosofía griega domina de un modo casi general. Las reflexiones epistemológicas no aparecen, en general, entre los presocráticos (los filósofos jonios de la naturaleza, los eleáticos, Heráclito, los pitagóricos). Estos pensadores se hallan animados todavía por una confianza ingenua en la capacidad de la razón humana. Vueltos por entero hacia el ser, hacia la naturaleza, no sienten que el conocimiento mismo es un problema. Este problema se plantea con los sofistas. Éstos son los que proponen por primera vez el problema del conocimiento y hacen que el dogmatismo en sentido estricto resulte imposible para siempre dentro de la filosofía. Desde entonces encontramos en todos los filósofos reflexiones epistemológicas bajo una u otra forma. Cierto que Kant creyó deber aplicar la denominación de "dogmatismo" a los sistemas metafísicos del siglo XVII (Descartes, Leibniz, Wolff). Pero esta palabra tiene en él una significación más estrecha, como se ve por su E 19 definición del dogmatismo en la Crítica de la razón pura ("El dogmatismo es el proceder dogmático de la razón pura, sin la crítica de su propio poder"). El dogmatismo es para Kant la posición que cultiva la metafísica sin haber examinado antes la capacidad de la razón humana para tal cultivo. En este sentido, los sistemas prekantianos de la filosofía moderna son, en efecto, dogmáticos. Pero esto no quiere decir que en ellos falte aún toda reflexión epistemológica y todavía no se sienta el problema del conocimiento. Las discusiones epistemológicas en Descartes y Leibniz prueban que no ocurre así. No puede hablarse, por tanto, de un dogmatismo general y fundamental, sino de un dogmatismo especial. No se trata de un dogmatismo lógico, sino de un dogmatismo metafísico.

Aproximación y origen

El dogmatismo es una deformación ante la verdad, tan radical como la del relativismo, pero en el extremo opuesto, y sus consecuencias son tan nocivas como él. Con este término se puede designar a la persona que da la impresión de que todas sus afirmaciones tienen carácter de dogma, que son verdades absolutas e infalibles, aun cuando la cuestión sea de poca importancia. A menudo se trata de una persona muy emotiva, apasionada, dominante, propensa a la precipitación, arrebatada y poco reflexiva. Una persona cae en el dogmatismo (5) cuando atropella los principios que el sentido común otorga a la observación de la realidad por nuestra inteligencia; cuando se sobrevalora la propia capacidad intelectual y se considera que es fácil conocer la verdad, y al mismo tiempo se desconoce la propia limitación intelectual; cuando se desconoce que la realidad puede ser compleja; cuando se tiende a reducir y simplificar su contenido, empobreciendo su riqueza; cuando se piensa que la verdad está en el pensamiento antes que en las cosas, lo cual es un mal uso de la razón, y a esa actitud se le llama indebidamente racionalismo.

En resumen, dogmatismo es el convencimiento de que la inteligencia humana puede conocer siempre la verdad, con facilidad y plena certeza, sin necesidad de fundamentarla ni tampoco confrontarla con la realidad.

Actualidad y causas

Sobrevaloración de la inteligencia. Esto acarrea una exagerada seguridad subjetiva de conocer la verdad. Las consecuencias para la persona son: autosuficiencia que hace que se prescinda de la opinión de los demás y se aislé del mundo; quien actúa así con frecuencia se hace inflexible y rígido. Esto en el manejo de un equipo de trabajo acarreará tarde o temprano conflictos que, al no tener recursos para manejarse, provocarán una tensión que al contacto con la rigidez aumentará hasta la explosión y el rompimiento de la personalidad. Otra consecuencia para la persona es la tendencia a opinar de todo, sea el tema importante o banal, sea de su propia especialidad, en la que puede haber tenido éxito, o sea de una especialidad ajena a la propia. Por esta causa, quien es dogmático pretende imponer sus ideas, no da cabida al diálogo, no facilita el trabajar en equipo y produce rechazo en los demás.

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