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Resumen El Personalismo - Mounier


Enviado por   •  23 de Mayo de 2017  •  Resumen  •  2.441 Palabras (10 Páginas)  •  495 Visitas

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Resumen “El Personalismo” Emmanuel Mounier

  1. Las estructuras del Universo Personal:

  1. La Existencia Incorporada

“El hombre, así como en espíritu es también un cuerpo” (E. Mounier, 1962, p. 12), esta visión de Mounier del hombre se contrapone con ambas visiones Materialista e idealista del ser humano. La primera visualiza y posiciona al humano reduciéndolo a un mero objeto material mientras que la segunda niega que el hombre sólo es materia, sino que es una reflexión del espíritu, reduciéndolo a una apariencia del espíritu humano que se reabsorbe en él por una actividad puramente ideal.

Para Mounier, el hombre no es simplemente un objeto material, pero tampoco es sólo espíritu, es más bien una unión indisoluble entre alma y cuerpo y que constituye el eje del pensamiento cristiano,  el hombre no puede existir sin el cuerpo y sin su espíritu que es finalmente quien nutre al pensamiento, alma y soplo de vida los cuales se fusionan y determinan su existencia.  Dicho de otra manera, el hombre no existe en cuanto a espíritu puro, por lo que no tiene una existencia verdadera sino en y con un cuerpo.

Para el personalismo, independiente de qué tan elevado sea nuestro nivel espiritual que nos permita llegar a otros niveles, es necesario considerar la materialidad con una existencia “…irreductible, autónoma, hostil a la conciencia.” (E. Mounier, 1962, p. 15).

Mounier señala esta importancia al describir que el Cristiano tiende a hablar con desprecio del cuerpo y la materia, ignorando que para alcanzar la más alta realidad espiritual y a Dios mismo, es necesario atravesar la materia.  

Mounier plantea además que  “El hombre es un ser natural; por su cuerpo, forma parte de la naturaleza, y allí donde él esté está también su cuerpo” (E. Mounier, 1962, p. 12). El hombre de acuerdo al autor se singulariza por una capacidad de romper con la naturaleza, es capaz de conocer y a la vez transformar el universo. Por lo tanto, el hombre ya no siente un bloqueo en su destino causado por el determinismo, sino más bien, esta dualidad en sus capacidades permite que surja a raíz de eso una constante lucha entre dos tendencias contradictorias, la exteriorización versus la aspiración de convertirse en un hombre pleno en todos los niveles incluida su interioridad. A esto Mounier lo denomina como la predisposición permanente a la despersonalización versus este movimiento de personalización.

La primera es la que detiene la vida social y la del espíritu debido al hábito de la rutina y las ideas universales, mientras que la segunda tendencia comienza desde el mismo hombre y aparece como una acumulación de energía que se observa a través de la historia del universo.

De esta manera, el hombre por su cuerpo se sitúa en la naturaleza y también es parte de ella pero también debido a esta doble capacidad no se conforma sólo con soportar la naturaleza de la cual surge, por lo que puede romper con ella y trascender, imponiendo su universo personal, humanizándola para un beneficio personal como para el de otros.

  1. La Comunicación

Si desde el primer momento hemos fijado nuestro centro en el hombre y su desarrollo, también es importante el carácter relacional de la persona, ya que esta se define también por este factor.

Para Mounier, “La vida de sociedad es una guerrilla permanente” (E. Mounier, 1962, p. 19). Para él, las relaciones entre personas se desarrollan entre sí en base a una permanente provocación a la lucha, a la adaptación y a la superación, lo que indica que la construcción de mi mundo se verá provocado a avanzar a raíz de la visión del mundo de los otros. Mounier señala “La mirada del prójimo congela mi universo, la presencia del prójimo congela mi libertad, su elección me traba” (E. Mounier, 1962, p. 19).

Esto quiere decir que la comunicación se ve intervenida y limitada por la sola presencia del individuo, quien genera un sistema de costumbres, sentimientos e ideas que organiza para defenderse y aislarse (Individualismo).  Por lo que  para que exista comunicación, es necesario una apertura hacia el otro descentrándose de sí mismo, es decir, una persona puede desarrollarse correctamente solo si se purifica del individuo de hay en ella, debe lograrse volviéndose disponible al resto y no centrarse en él mismo, así logrará ser más transparente, tanto para sí misma como para el resto (Personalismo).

Destaca además que el primer acto de una persona es el “movimiento hacia otro”, transformándose en una presencia hacia el mundo y hacia otros, mezclándose con ellos, por lo que el resto no limita su mundo, más bien lo impulsa a desarrollarme. Por lo que primeramente la persona debe “suscitar con otros una sociedad de personas” (E. Mounier, 1962, p. 21) cuyas estructuras, costumbres y sentimientos se vean marcadas por su propia naturaleza que lo hace ser persona.

Esta serie de actos originales que son propios de la persona y que no tienen un equivalente en el universo, se fundan en base a que la persona pueda: Salir de sí (que la persona pueda descentrarse de sí misma para ser disponible para otros), de Comprender (Entender el punto de vista del otro, no sólo desde el mío, considerándolo como singularidad), de Tomar sobre sí (sentir empatía con el otro, asumir el destino, la pena y la alegría de otros, lograr sentir junto al otro),  Dar (dar sin medida y sin esperanza de devolución, ser generoso y tener gratitud, que anula la soledad del sujeto) y Ser Fiel (la consagración de la persona, del amor y la amistad, la fidelidad personal es una fidelidad creadora).

Sin embargo, la comunicación puede verse afectada por varios factores, entre estos el deseo de poseer y de someter o porque es inevitable que exista algo de otro que escapa de nuestro esfuerzo de comprensión. Además de que internamente existe algo en cada uno que impide en parte la reciprocidad.

  1. La Conversión Intima

Estamos centrados en el hombre y sus relaciones humanas, indicando que aunque la persona es originariamente un movimiento hacia el otro, ésta se caracteriza por tener un mundo de subjetividad, de vida interior o de interioridad. Esto no significa que es una oposición a la comunicación, sino más bien un punto complementario.

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