Resumen "El espíritu de las leyes"
Enviado por Isaías Arévalo Rangel • 26 de Marzo de 2019 • Resumen • 32.513 Palabras (131 Páginas) • 2.908 Visitas
El Espíritu de las leyes.
En la introducción el autor hace una petición diciendo que desea que no se le juzgue por la lectura de una parcialidad del libro, establece que es necesario leer y entender la totalidad del documento para entender su pensamiento.
Habla de la importancia de entender los principios de las leyes ya que de ellos se derivan las demás. El ejercicio que realiza en el documento es un ejercicio en el que ha dejado de lado sus consideraciones subjetivas para de esa manera realizar un ejercicio serio y objetivo. Considera importante ser un hombre instruido y conocerse a sí mismo y al descubrir sus principios encontró lo que buscaba y pudo entonces escribir esta obra, sin embargo la valía de su obra está en el tema tan trascendente de la misma.
El autor realiza una advertencia y aclara tres cosas: 1. Cuando habla de virtud se refiere a la virtud política, es decir al amor a la Patria y a la igualdad. Considera que la igualdad es la base del gobierno republicano como el honor lo es para la monarquía. 2. No obstante su consideración anterior, aclara que el honor también está presente en la república, como la virtud lo está en la monarquía y 3. Establece que cuando habla del hombre en el libro III, capítulo V, se está refiriendo al hombre de bien político, es decir, del hombre que tiene la virtud política que aquí se refiere.
Libro I. De las leyes en general
Capítulo I. De las leyes con relación a los diversos seres
Las leyes son las relaciones que se derivan de la naturaleza de las cosas. Estas reglas son una relación constante. Paradójicamente cada diversidad es uniformidad, cada cambio constancia.
Los seres inteligentes han creado sus leyes, sin embargo, antes de la creación de las leyes ya existían las relaciones de justicia. La justicia es anterior a la ley positiva.
El mundo físico sigue de manera constante y permanente sus leyes, a diferencia del mundo inteligente que toma decisiones y actúa al margen de las suyas.
Los brutos probablemente estén gobernados por las leyes generales del movimiento o por alguna otra en particular, pero no siguen al pie de la letra ni siquiera sus leyes naturales, si conservan la especie es por el atractivo del placer más no por cumplir con ley alguna. Carecen de ventajas que los hombres poseen pero tienen otras de las que carecemos los hombres.
Nuestros organismos siguen constantemente leyes inmutables, pero de manera consiente violamos las leyes de Dios y modificamos las que dictamos. Los hombres tienden a olvidarse de Dios, de sí mismos y de sus semejantes, por lo que para equilibrar esta situación, Dios creo las leyes de la religión, los filósofos las leyes de la moral y los legisladores las leyes políticas y civiles.
Capítulo II. De las leyes de la naturaleza
Las leyes anteriores a todas son las leyes de la naturaleza y su nombre deriva de la constitución de nuestro ser.
La primera ley natural por su importancia es la conciencia de un creador que nos impulsa hacía él.
Por orden, la primera ley natural es la paz, la segunda es el impulso a buscar alimento, la tercera es la atracción hacia otros seres de la misma especie y la cuarta es el deseo de vivir en sociedad.
Capítulo III. De las leyes positivas
Al vivir en sociedad cesa la igualdad y empieza la guerra. Las sociedades y las personas en lo individual adquieren conciencia de su fuerza y buscan obtener las ventajas de ello, produciendo el estado de guerra.
Este doble estado de guerra es la causa para establecer las siguientes leyes entre los hombres:
- Derecho de gentes
Para normar las relaciones entre los pueblos. Se basan en el principio de que las diversas naciones deben hacerse el mayor bien en la paz y el menor mal en la guerra.
- Derecho político
Para regular la relación entre gobernantes y gobernados. En el que se busca que el gobierno esté constituido de forma tal que se adapte de mejor manera a la constitución del pueblo al que pertenezca.
- Derecho civil
Para atender las relaciones de los ciudadanos entre sí.
La ley es la razón humana que gobierna a todos los pueblos de la tierra y las leyes políticas y civiles de cada nación son los casos particulares en los que se aplica la misma razón humana.
Estas leyes son solo adecuadas y convienen al pueblo para el que se dictan, ya que se adoptan considerando diversas circunstancias particulares de cada pueblo.
Dice el autor que todas estas relaciones en conjunto forman el espíritu de las leyes.
Libro II. De las leyes que se derivan directamente de la naturaleza del gobierno
Capítulo I. De la naturaleza de los tres diversos gobiernos
Tres son las especies de gobierno:
- El republicano
Es aquel en el que el pueblo o una parte de él ejercen la potestad soberana.
- El monárquico
Aquel en el que gobierna uno solo con arreglo a leyes fijas y establecidas.
- El despótico
Aquel en que uno solo, sin ley ni regla, dirige a capricho.
Capítulo II. Del gobierno republicano y de las leyes propias de la democracia
En la república, cuando el poder soberano se ejerce por el pueblo es una democracia, cuando se ejerce por una parte del pueblo es una aristocracia.
En la democracia, el pueblo ejerce su poder a través del sufragio, es indispensable establecer el universo de votantes para de esa manera conocer si el pueblo se ha manifestado a través del voto o solo una parte.
El pueblo que tiene el poder soberano debe hacer por si mismo todo lo que le pueda hacer bien, lo demás lo realizará a través de sus ministros o magistrados, los cuales deberán ser nombrados por el pueblo mismo.
Es menester que el pueblo sea dirigido por un consejo o senado, cuyos integrantes sean nombrados de manera directa por el pueblo o a través de sus magistrados.
El pueblo tiene plena capacidad para elegir a quienes confía la autoridad, sin embargo no posee la capacidad para dirigir un negocio, es necesario que quien dirija los negocios tome decisiones con conocimiento de los asuntos lo cual no podría realizar el pueblo en su conjunto.
En el estado popular el pueblo se divide en clases, de esta división ha dependido la duración y prosperidad de las democracias, distinguiéndose por a grandes legisladores por la división realizada. De esta manera Servio Tulio al organizar las clases siguió el espíritu de la aristocracia, poniendo el derecho del sufragio en manos de 93 centurias, las cuales integro consideración su riqueza, dejando así a la gente pobre un solo voto al dejarlos a todos en una sola centuria, dando las 92 restantes a las personas ricas.
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