Resumen de "El último testigo"

ULTIMO TESTIGO - RESUMEN

Esta película está rodada y basada en la época de los ochenta, en pleno auge de las tecnologías cada vez más integradas en la sociedad y cada vez más necesitadas. Aún así, hay comunidades, como los amish, que intentan evitar que todo esto influya en sus vidas. La historia comienza con una familia perteneciente a una comunidad amish que acude al funeral de Jacob Lapp, marido de Rachel y padre de Samuel, un joven de 8 años.

Tiempo después, los dos viajarán a Baltimore para que el pequeño Sam vea como es el mundo fuera de la cultura amish, en la estación los despide Daniel, un hombre también de la cultura amish, que está intentando conquistar a Rachel ahora que su marido no está, lo cual queda claro por sus miradas y como les sigue a caballo hasta perderlos de vista.

Ya en Filadelfia, son avisados de que el tren de enlace hasta Baltimore lleva tres horas de retraso, y tienen que quedarse en la estación en la que encontramos un Samuel sorprendido con todo lo que le rodea, desde las paredes y suelos hasta un sencillo grifo para beber.

Cuando el niño llega al servicio, su curiosidad por observarlo todo le permite fijarse en un hombre mientras se mira al espejo, otro que entra y va hacia el orinal, y un tercer hombre de raza negra con traje que se acerca poco a poco, y al colocarse a la espalda del primero, le agarra del cuello y lo mata. Sam pierde los nervios al ver esto y en un error da un golpe contra algo, al escuchar el ruido uno de los asesinos, el de raza negra con traje, empieza a abrir cada puerta de las cabinas particulares, y cuando el hombre abre la de Sam, justo consigue colarse en la de al lado por el hueco del suelo.

En la siguiente escena, ya con la policía, se presenta a cargo de la investigación el capitán John Book, al que dirigen hacia Samuel como único testigo del suceso, por lo que lo interrogará explicándoles al niño y a su madre que el muerto era también policía. El niño entonces explica de una forma que da a entender que no ha visto mucha gente de raza negra en su vida, que el asesino era un hombre muy grande y parecido a otro compañero de John, precisamente refiriéndose al color de la piel. Esto hace que les dirijan a la madre y al niño con ellos a un bar frecuentado por gente de color, y tras sacar de mala manera a un hombre ante ellos, les pregunta si fue él. El niño lo niega y dejan al sospechoso en libertad.

Para evitar que vuelvan a su comunidad amish o que sigan hacia su destino. John decide que los dos se queden en casa de su hermana Elaine. Al día siguiente en la comisaría hacen que Sam señale en una rueda de reconocimiento quien fue el asesino, pero no encuentra allí al hombre que él vio.

Tras invitar al niño y a Rachel a comer unos perritos calientes, por la tarde continúan con la investigación, mostrándole montones de fotografías.

Mientras John atiende una llamada, el niño, de nuevo víctima de la curiosidad, empieza a andar por la oficina observando que hace cada policía, como funcionan las cosas, en intentado ver cada detalle, hasta que llega a una vitrina donde exhiben todos los trofeos conseguidos por la comisaría. En una de las fotos, aparece un policia llamado McFee al que se le conmemora por sus éxitos en la lucha contra el narcotráfico, y el joven Sam reconoce a ese policía como el asesino de la estación.

Cuando el capitán John se da cuenta de que el muchacho ha reconocido al culpable, sale rápidamente de allí con él y su madre, llevándolos de nuevo a casa de su hermana para luego llamar a informar del asunto a su superior, el jefe Paul Schaeffer. Le hace entender que 4 años antes McFee confiscó 2.200 litros de una sustancia necesaria para la elaboración de anfetaminas con un valor de 5.000 dólares el cuarto de litro, y que comprobó que dicha sustancia nunca llegó a estar en los almacenes policiales y nunca llegó a registrarse, lo cual al cálculo supone que con su venta pudieron conseguir 44 millones de dólares.

John pide que le asignen personal ajeno al departamento de narcóticos para investigar a McFee, y Schaeffer parece estar de acuerdo, e incluso propone poner todos los medios a su alcance, pero advirtiéndole que nadie más debe estar enterado del asunto.

El mismo día al llegar al parking de su hermana se da cuenta de que alguien lo sigue, y al reconocer a McFee, empiezan un tiroteo en el que John sale por los pelos e incluso acaba herido.

Aún sangrando, le pide el coche a su hermana y tras recoger al testigo y su madre, salen de la ciudad lo más rapido posible. En cuanto puede llama a su compañero, el sargento Elton, y le avisa de que el jefe Schaeffer está involucrado en lo que estaban investigando sobre McFee y le pide que le de unos días para investigar sin que él haga nada sospechoso y que quite los nombres de Rachel y Samuel de la ficha para que no puedan encontrarlos.

El jefe Schaeffer va a interrogar a la hermana de John, después de descubrir al registrar el coche que el capitán Book está herido, y le hacen ver a la mujer que necesitan saber dónde está para ayudarle, pero su hermano ya la había avisado que pasaría algo así y no consiguieron que ella les dijera nada.

Cuan por fin llegan a su casa en la comunidad amish, John asegura a Rachel y a Samuel que volverá a por ellos cuando todo esté resuelto para testificar, pero cuando se dispone a irse para seguir con su investigación, al seguir herido del tiroteo, debido a la perdida de demasiada sangre pierde el conocimiento, choca contra una pajarera y tiene que ser atendido por Rachel y por su suegro, Eli Lapp, al que ya vimos acompañando a los dos al principio de la película a la estación.

Cuando avisan al curandero de la comunidad amish, después de ver su herida asegura que debe ir a un hospital, porque tiene fiebre y corre peligro de infección, a lo que él les dice que no pueden hacerlo, porque la herida es de bala y en el hospital están obligados a hacer un reporte de ello a la policía y los hombres que lo buscan descubrirían dónde está, y, aunque el curandero y el suegro son contrarios a la mentira por cultura, cuando ve que corre peligro la vida de su nieto decide ayudar a John, cuidándolo en su casa con las instrucciones que les deja el curandero, y escondiendo su coche en el granero.

Mientras el jefe llama al sheriff local, dejando claro que no podía entender que en pleno siglo XX no haya manera de localizar a una persona, a lo cual responde el sheriff que lo haga el mismo pues hay más de 14.000 amish en ese condado, de los cuales Lapp es uno de los apellidos más comunes, y además no podían hacer una investigación a conciencia desde los despachos pues solo hay un teléfono para todo el pueblo.

Con el tiempo, se ve que los cuidados y remedios del curandero a manos de Rachel dan resultado y John se va recuperando. Al despertar se encuentra rodeado de los jefes de la comunidad amish muy contentos con su recuperación, y aliviados pues no sabían qué hacer con el muerto en caso de que esto sucediera, y aunque se muestran un poco inquietos por su presencia, le instan a seguir curándose poco a poco hasta sentirse mejor y tomarse su tiempo.

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