SÓCRATES (en cap. IV Sócrates y los socráticos menores, libro serio)
Enviado por sabrinar • 7 de Septiembre de 2016 • Resumen • 2.580 Palabras (11 Páginas) • 698 Visitas
SÓCRATES (en cap. IV Sócrates y los socráticos menores, libro serio)
1.1. La vida de Sócrates y la cuestión socrática (el problema de las fuentes)
Sócrates nació en Atenas en el 470/469 a.C. y murió en el 399 a.C., condenado a muerte por impiedad (acusado de no creer en los dioses de la ciudad y de corromper a los jóvenes, pero tras la condena se ocultaban resentimientos y maniobras políticas). No fundó una escuela, pero enseñó en lugares públicos, ganándose aversiones y enemistades entre algunos, y ejerciendo fascinación entre otros.
En una primera fase de su vida se hizo eco del influjo de los sofistas y se planteó sus problemas, llegando a solución que abrían polémica con las de los sofistas mayores.
Sócrates no escribió nada, ya que consideraba que su mensaje se debía transmitir de forma oral, a través del diálogo y la oralidad dialéctica. Sus discípulos establecieron por escrito unas doctrinas que le pertenecen. Platón nos presenta a un Sócrates idealizado, y Jenófonte nos habla de alguien a quien sería imposible que condenasen a muerte. Los escritos más objetivos parecen ser los de Aristóteles, pero este no fue contemporáneo de Sócrates.
Hoy en día existe una perspectiva del antes y el después de Sócrates, que considera que, desde el momento en que Sócrates empieza a actuar en Atenas, la literatura y la filosofía experimentan novedades considerables que permanecen como puntos de referencia. Estas novedades se deberían a Sócrates.
1.2. El descubrimiento de la esencia del hombre (<
Sócrates deja de plantearse las mismas cuestiones que los naturalistas, que se preguntaban por la physis, al ver que sostenían todo y lo contrario de todo. Se centró en el hombre, como los sofistas, pero de una manera distinta. Llegó al fondo de la cuestión y se preguntó por la esencia del hombre.
La respuesta inequívoca de Sócrates identificaba el hombre con su alma. Sócrates entiende por alma el centro de nuestra razón y la sede de la actividad pensante y ética (el filósofo creó así “la tradición moral e intelectual de la que Europa ha vivido siempre”, Taylor).
La tarea del educador es enseñar a concerse a sí mismo, a cuidar su propia alma y no su cuerpo, ya que es el alma, la psyche, la inteligencia, la esencia del ser humano la que se sirve del cuerpo.
1.3. El nuevo significado de <
Lo que hoy llamamos “virtud” se dice en griego arete, y significa aquello que convierte una cosa buena y perfecta en aquello que es o, mejor aún, significa aquella actividad y modo de ser que perfecciona a cada cosa, haciéndola ser aquello que debe ser.
La virtud del hombre será aquello que hace que el alma sea como debe ser, de acuerdo con su naturaleza, es decir, buena y perfecta.
Sócrates revoluciona la tradicional tabla de valores. Los verdaderos valores no son aquellos que están ligados a las cosas exteriores, como la riqueza, el poder o la fama, y tampoco los que están ligados al cuerpo, como la vida o la fuerza física, sino exclusivamente los valores del alma que se hallan todos incluidos en el conocimiento. Los valores tradicionales carecen de valor.
Por sí mismos, riqueza, fama, poder, salud, belleza, ninguno tiene valor; solo pueden ser bienes en sí mismos si están dirigidos por el buen juicio y por la ciencia o el conocimiento. Si los dirige la ignorancia (vicio), se revelan como males mayores que sus contrarios.
1.4. Las paradojas de la ética socrática
La tesis socrática implica dos consecuencias, que fueron consideradas como paradojas, pero que resultan importantes: 1) la virtud (sabiduría, justicia, fortalez, etc.) es ciencia (conocimiento) y el vicio es ignorancia. 2) Nadie peca voluntariamente y quien hace el mal lo hace por ignorancia del bien.
Estas dos proposiciones resumen lo que se ha denominado “intelectualismo socrático”. Se considera imposible conocer el bien y no hacerlo. Este intelectualismo ha influido sobre todo en el pensamiento de los griegos.
1) Los griegos antes de Sócrates consideraban las virtudes como una pluralidad cuyo nexo no sabían captar. Este nexo era lo que convertía las diversas virtudes en una unidad. Además, todos habían considerado que las virtudes eran algo que se basaba en las costumbres, convenciones y hábitos. Sócrates, en cambio, trata de someter la vida humana y sus valores al dominio de la razón.
2) Sócrates ve que cuando el hombre hace un mal, en realidad espera obtener de ello un bien, el bien que busca por naturaleza. Sócrates se equivoca cuando considera que el conocimiento, además de condición necesaria, es condición suficiente para hacer el bien. Esto es un exceso de racionalismo. Se requiere el concurso de la voluntad para llevar a cabo el bien.
1.5. El descubrimiento socrático del concepto de libertad
La manifestación más significativa de la excelencia de la psyche o razón humana reside en lo que Sócrates denominó “autodominio”, esto es, en el dominio de uno mismo durante los estados de placer, dolor y cansancio, cuando uno está sometido a la presión de las pasiones y los impulsos. Se trata de dominar la propia animalidad y que el alma se convierta en señora del cuerpo.
Así entiende Sócrates la libertad, como el autudominio de las pasiones, opuesto a aquel que es esclavo de sus instintos y pasiones.
Relacionado con el concepto de libertad está el concepto de autarquía. El sabio intenta parecerse a Dios en cuanto Dios no necesita nada, y le basta con la razón para ser feliz.
Además, nos hallamos ante nueva visión del héroe, como aquel que ya no lucha contra enemigos externos, sino contra sus propios enemigos internos.
1.6. El nuevo concepto de felicidad
A partir de Sócrates, la mayor parte de los filósofos griegos presentaron su propio mensaje como un mensaje de felicidad.
Según Sócrates, la felicidad no puede venir de las cosas externas ni del cuerpo, es decir, de cosas que sean ajenas a la esencia del ser humano, esto es, el alma. Opina que cuando se es virtuoso se es feliz, y cuando se es malvado o injusto, infeliz; porque la felicidad es esa armonía interior.
La virtud es un fin en sí mismo, por lo que vale la pena ser virtuoso. La felicidad puede alcanzarse en esta vida. El hombre es el artífice de su propia felicidad.
1.7. La revolución de la <
Se ha discutido mucho acerca de las razones que motivaron la condena a muerte de Sócrates. Desde el punto de vista jurídico es evidente que era culpable de lo que se le acusaba: no creía en los dioses de la ciudad, porque creía en un Dios superior, y corrompía a los jóvenes por enseñarles esta doctrina.
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