Sentiemiento moral - Ética general
Enviado por rov.987 • 19 de Febrero de 2019 • Trabajo • 1.685 Palabras (7 Páginas) • 345 Visitas
Sentimientos morales
José Ricardo Orduño Vallejo
Objetivo
En el presente trabajo se describirán los aspectos principales de la teoría ética conocida como emotivismo moral. La cual plantea que el fundamento general de la moral, que es fuente del juicio, así como motivación de la acción, no se deriva de la razón sino de un sentimiento. Asimismo, se analizarán los argumentos que defienden a esta teoría de las interpretaciones que la catalogan como relativista.
Con qué fundamentos es que llegamos a determinar nuestros juicios morales, es decir, en qué nos basamos para decir que algo es bueno o es malo; si un acto o serie de acciones observadas, merece nuestra aprobación o nuestra censura. A su vez, quién podría decirnos, y con qué fundamentos, que nuestra aprobación o censura, acerca de las acciones que observamos, es correcta o es incorrecta.
Es importante considerar el fundamento de estos juicios, ya que estos nos motivan, o no, a actuar de cierta manera, nos hacen tomar decisiones y acciones. Así, por ejemplo, una acción que valoramos favorablemente nos motiva a actuar de esa misma manera. Son estos juicios morales los que nos indican si debemos actuar de cierta manera.
Pero ¿en dónde se puede encontrar lo que valoramos como bueno o malo de una acción?, ¿está en la misma acción observada o en lo que ahí se encuentra?
Se puede suponer una acción: donde se observa a un par de personas, que forcejean en la calle. Una de ellas, saca un cuchillo y ataca a la otra persona. Esto causaría en nosotros una reacción de desaprobación. Pero, si se analiza muy meticulosamente lo que observamos, podríamos dar detalle de cada cosa ahí presente: dos personas de cierta edad, con aspectos físicos particulares, así, como los objetos que portan: un portafolio, una mochila, el cuchillo y el lugar donde se encuentran; también, el rojo de la sangre y la fuerza que emplean. Pero, en todo esto que se puede observar y describir de la acción, no se encuentra ese elemento que motiva nuestra desaprobación. No está ahí presente, no es el cuchillo, la sangre, la calle, las personas o sus aspectos. Ya que, si lo fueran, causarían por si solos, fuera de ese contexto, una desaprobación. Si, por ejemplo, ese elemento que causo la desaprobación se encontrara en el cuchillo, cada vez que se observara un cuchillo se valorara de la misma manera, pero no es así. Se puede percibir el color de la sangre, el tamaño del cuchillo, la piel desquebrajándose y cada elemento por separado, sin embargo, no se puede percibir por ninguna parte el objeto malo (o bueno, si es el caso) que causa nuestra censura (o aprobación).
Pues bien, se puede ver que el carácter de buena o mala de una acción o cualidad no es algo que se incluya como un elemento o propiedad real del objeto o cosa que valoramos.
Pero, se puede analizar el hecho de otra manera, no sólo describiendo cada elemento por separado sino describiendo la relación que hay entre cada uno de ellos. ¿se podrá, de esta manera, encontrar el carácter de malo o bueno de la acción?
Empezando por las relaciones más simples, se puede observar la relación calle y personas; persona y persona; cuchillo y persona, en estas tampoco se puede encontrar lo que se busca. Sin embargo, observando los vínculos más complejos, como pueden ser víctima-victimario, que se pueden dar en algunos casos de robo o asesinato, se podría deducir que, tal vez, ahí (en la relación) se encuentre el elemento (o fundamento) que motiva nuestra censura (o aprobación). Aunque, para saber quién de las dos personas desempeña cual papel, tenemos que saber más del hecho, es decir, bien podría ser la víctima quien acuchilla a la otra persona, en un intento de salvar su vida, o podría ser víctima el acuchillado.
Para llegar a formular un juicio de censura o de aprobación, David Hume (1993) nos dice que:
“en las deliberaciones morales debemos tener de antemano un conocimiento de todos los objetos y de todas las relaciones que éstos mantienen entre sí (…). Y si alguna circunstancia material nos es todavía desconocida o dudosa, debemos primero emplear nuestra capacidad de investigación y nuestras facultades intelectuales en asegurarnos respecto a ella.”
Así, Hume concluye que, puede caerse en un error referente a los hechos, al no tener conocimiento de todos los elementos y relaciones que hay entre ellos. Y para no caer en ese error es necesario conocer, por medio de la razón, todos los elementos y relaciones que tienen entre sí. El razonamiento puede otorgarnos un panorama más amplio; y, así, señalar algunos aspectos de la situación para que se les aprecie en forma más completa. “Aquí, por tanto, la razón nos instruye acerca de las varias tendencias de las acciones.” (Hume, 1993). Pero, no encontramos en esas relaciones aquel elemento que determine nuestros juicios morales.
Hume plantea que un acto moral, es un objeto complejo, entonces, se pregunta y demanda: “¿Consiste la moralidad en la relación que sus partes mantienen entre sí? ¿Cómo? ¿De qué manera? Especificad la relación; sed más precisos y explícitos en vuestras proposiciones, y fácilmente veréis su falsedad.” (Hume, 1993).
Aunque, Hume, así como los antiguos griegos, señalan la importancia que tiene la razón en cuestiones morales, no es suficiente para llegar al fundamento de la moral. Es siempre un auxiliar; “…la razón práctica siempre es y debe ser la esclava de la pasión. Esto sería aceptar el tipo de concepción del razonamiento práctico que encontramos en Aristóteles o en Hume.” (Harman, 2009).
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