Vivir en la realidad para ser feliz

RESEÑA

VIVIR EN LA REALIDAD PARA SER FELIZ

JUAN PABLO LÓPEZ GARAY

El tema central de este libro; escrito por el Doctor mexicano en filosofía Francisco Ugarte, parte del análisis de un problema cada vez más creciente en la sociedad actual. Una crisis, no económica y de bienes tangibles, si no algo que afecta más allá, que provoca una escases intrínseca en los humanos. Habla el Doctor Ugarte de una crisis de valores en los hombres del siglo XXI.

El problema presentado radica en el no conocimiento de los valores y comienza por el subjetivismo que se vive y que afecta el pensamiento contemporáneo. Hoy todos los sujetos creen ser poseedores de mi verdad, sin darle prioridad a La Verdad. Sin embargo se ha caído en el problema de que no se le da valor a los valores, por que no causan un bien inmediato o un placer. Es por eso que el autor recomienda que es preciso aceptar la objetividad de los valores con el uso de la inteligencia y comprender que el valor vale por si mismo.

Después de definir la crisis de valores de la que se partió se procede a analizar otros factores con consecuencias negativas en el humano. Entre ellas se encuentra el relativismo, una postura de aquella personas que carecen de convicciones, que todo les ‘’da igual’’ y en realidad, viven dentro de una comodidad, ya que no tienen compromisos y viven superficialmente. En el otro lado se encuentra otra postura llamada el dogmatismo, al que corresponden las personas que no sueltan una idea que posiblemente no comprende del todo, pero se cierra aceptar otras posibilidades, lo que lo convierte en alguien que se cree poseedor de algo absoluto e infalible.

Lamentablemente cada vez es más común encontrar personas que viven dentro del relativismo, lo que trae consecuencias como el debilitamiento de la verdad, los lleva a vivir en una superficialidad, sin una base firme sobre la cual sustenten su actuar y vivir.

 Por lo que difícilmente le encuentran un propósito a su vida, son personas que al no importarles mucho las cosas, carecen de objetivos y metas, viven por vivir y buscan solo placeres momentáneos.

Y es cierto, todos los extremos son malos, por lo que de igual manera la postura del dogmatismo  puede traer consecuencias. Se considera que creer y confiar en algo no es malo, lo malo viene cuando no se conoce y se aferra a eso como la única verdad existente, lo cual es un error. Dice el autor que la filosofía realista afirma que la verdad consiste en la adecuación de la inteligencia con la realidad. Y volvemos al problema del dogmatismo, y es que se considera muy fácil conocer la verdad, de igual manera es una postura muy cómoda y se sobrevalora la inteligencia, ya que los practicantes hacen todo simple al cerrarse a conocer algo más y no conocer la verdad, por creer que ya están en ella.

Posteriormente la obra literaria del Doctor Ugarte nos sitúa en una postura en la que se sitúa la verdad, esta es llamada realismo. Esta corriente está convencida que la verdad es objetiva y universal y tiene valor en sí misma. Según el autor el realismo es la vía a la plenitud conocida como felicidad. Y para llegar a esto se necesitan cumplir diferentes condiciones, entre ellas se encuentran:

1. Reconocer que las cosas poseen su propia verdad.
2. El convencimiento de la suficiente capacidad de la inteligencia humana para conocer la verdad con objetividad.
3. Admitir que la realidad es compleja y la inteligencia es limitada.
4. El realismo exige profundidad para un conocimiento objetivo.
5. Escuchar más opciones de lo que puede ser verdad, para llegar a una conclusión certera.
6. El realista solicita el consejo de los demás. Para no estancarse en una opinión personal.
7. Tener una capacidad de crítica positiva que permite desechar errores y aceptar los aciertos entre las influencias.
8. Dialogar para profundizar la verdad.

Después de cumplirse estas condiciones. Llegan beneficios al practicante del realismo, entre ellos se encuentran el convertirse en una persona con apertura, flexibilidad, capacidad de admiración, Humildad, sobre todo intelectualmente hablando. También la sinceridad, te convierte en una persona valiente y a fin de cuentas, llega una necesidad de vivir siempre de acuerdo a la verdad.

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