ANALISIS DE AD
Enviado por 5684 • 9 de Diciembre de 2014 • 1.091 Palabras (5 Páginas) • 179 Visitas
INTRODUCCIÓN:
América Latina experimenta otra vez un auge económico extraordinario, basado en una combinación inusual de auge financiero mundial, fuerte expansión del comercio internacional, bonanza de los precios de los productos básicos y altos niveles de remesas de trabajadores Este auge fue el más notorio en casi cuatro décadas; en forma más precisa, desde el que experimentó la región a fines de los años 60 y comienzos de la década del 70. Fue un auge generalizado, y de hecho benefició más a las economías de tamaño pequeño y mediano que a las dos más grandes de la región, Brasil y México. En marcado contraste con los patrones que se habían registrado desde la crisis de la deuda (y en algunos casos desde antes), sus efectos sociales fueron, además, muy favorables. El desempleo y la pobreza se redujeron en forma notoria, el empleo creció dinámicamente y mejoró su calidad, y bajaron los niveles de desigualdad en muchos países.
La región no fue afectada de manera determinante por las primeras fases de la crisis financiera internacional que se desató en agosto de 2007 en Estados Unidos, cuando se perdió la confianza en los títulos hipotecarios de baja calidad.
El financiamiento externo para la región se hizo menos cuantioso y más irregular. Los capitales se fugan de la región; las monedas caen y los costos del servicio de la deuda se disparan. Éstos son los ingredientes clásicos de una desaceleración latinoamericana tradicional, y hoy en día muchos de ellos están presentes.
ADMINISTRACIÓN PARA EL DESARROLLO / ULADECH
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RESUMEN:
América Latina ya pasó por eso. Un auge en los precios de las materias primas impulsa el crecimiento económico; las bajas tasas de interés en Estados Unidos (EE.UU.) inundan la región con capital; y luego colapsan los precios de las materias primas y suben las tasas de interés en EE.UU. El impacto de la crisis mundial sobre América Latina suscita tres tipos de discusiones: la incidencia económica inmediata, los efectos políticos de largo plazo y las medidas sociales requeridas para enfrentar el descalabro financiero. La crisis ha producido un generalizado desplome de las Bolsas y fugas capital, que han contraído el crédito. La depreciación de las materias primas induce a la recesión, el desempleo se expande y se agota el crecimiento con desigualdad que predominó en los últimos cinco años. También la esperanza en un desacople se ha diluido y decae la expectativa de evitar el temblor, por haberlo sufrido anticipadamente durante la década pasada. La protección esperada de tres escudos -reservas sustanciales, menor deuda en relación al PBI y superávit fiscal- ya resulta insuficiente. Esas barreras probablemente habrían contrarrestado el desplome internacional acotado que prevalecía hasta septiembre del 2008. Pero el desmoronamiento financiero asumió una dimensión muy superior desde esa fecha. Esta vez América Latina es receptora del tsunami. Soporta desde afuera la conmoción que protagonizó en repetidas oportunidades.
Una señal es que el índice de precios de las materias primas Bloomberg, una referencia para las inversiones de los productos básicos, ha caído a un mínimo de cinco años ahora que la economía de China se ha desacelerado. Otra es cómo la inversión extranjera en la región se redujo en un 23 por ciento en el primer semestre del año, en comparación con 2013, en gran parte debido a una desaceleración de las inversiones mineras. Estos déficits crecientes están presentes a pesar de una desaceleración
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