Acontecimientos Mas Importantes En La Educacion Dominicana 1865.1924
Enviado por yovelis • 1 de Abril de 2014 • 1.908 Palabras (8 Páginas) • 788 Visitas
Fundamento filosóficos e historia de la educación dominicana
Enumera y explica los acontecimientos más importantes de la educación dominicana, durante el período 1865-1924.
Debes tener en cuenta: fechas, sucesos, personajes involucrados, reformas a la educación, ideologías en que se sustentan.
Lucha guerrillera, el escaso desarrollo urbano, la falta de comunicaciones terrestres y la carencia de un verdadero mercado nacional, el caudillismo regional o caciquismo predominó en la escena social y política dominicana.
Esta Después de la Restauración de la República y como efecto del carácter local de la vez las fuerzas se polarizaron entre los seguidores de Báez, que muerto Santana representaba a los grandes hateros y una burguesía comercial todavía esencialmente extranjera y anexionista. Constituyendo el partido conservador o rojo, y los liberales o azules, quienes tuvieron en Luperón su máximo líder, con el respaldo de los agricultores derl Cibao, la pequeña burguesía comericial, los intelectuales jóvenes y la nueva burguesía criolla.
Inicialmente predominó el baecismo, el cual durante la dictadura de los seis años (1868-1864), trató de imponer la anexión del país a los Estados Unidos de América; pero gracias a la lucha de guerrillas y la denuncia internacional encabezda por Luperón, Pimentel y José Gabriel García, ésta fue rechazada por el Senado Norteamericano con la ayuda del senador Charles Summer. Ese fracaso y la falta de recursos externos para mantener bajo control a los caudillos regionales, precipitaron su caída.
A partir de entonces (1874), el Partido Azul de Luperón fue aumentando su influencia junto con el crecimiento de la agricultura, el comercio manejado por dominicanos organizados en "juntas de crédito" y la educación básica y profesional de mayores núcleos de dominicanos, hasta que en 1879 éste encabezó una insurrección desde Puerto Plata, que dio origen a una verdadera revolución liberal en el país.
El gobierno de Luperón y los tres regímenes bienales bajo su influencia: Meriño, Heureaux y Billini-Woss y Gil, continuaron una línea política de nacionalismo y de fomento de la agricultura y la industria, que a la postre prosujeron un importante crecimiento económico del país, aunque también tuvo la virtud a largo plazo de incrementar la dependencia del país de las metrópolis capitalistas. Durante ese período se desarrolla asimismo la educación normalista y profesional bajo la orientación de Hostos y Meriño, y surgen en el país grandes valores nacionales en las letras y el derecho.
La automarginación de Luperón de las tareas de gobierno y su falta de apoyo a las pretensiones anticivilistas de los caciques regionales, dieron paso a que el principal lugarteniente del primero (Ulises Heureaux), se aliara con estos caudillos y con la creciente burguesía comercial, para lo que obtuvo nuevos empréstitos extranjeros y estableció una dictadura personal, en la que dió vigencia además a los hateros y burgueses baecistas para neutralizar a los liberales de su viejo partido.
La paz forzada del régimen de Heureaux (Lilís) y su administración ineficiente y corrupta, crearon las condiciones de un superior desarrollo de la agricultura y particularmente de la industria azucarera; pero terminaron sumiendo al país en la insolvencia monetaria y la creciente dependencia financiera y política hacia norteamérica.
La quiebra del comercio y de la agricultura, la baja en los precios del azúcar, la falta de recursos económicos para mantener bajo control a los caudillos locales, y la fatiga del país de su dictadura, precipitaron su asesinato y la posterior caída de su régimen residual en 1899.
A la caída de Heureaux el caudillismo regional se acentuó, aunque bajo el ropaje de dos nuevos caudillos nacionales: Juan Isidro Jiménes, comerciante de Montecristi que recibió el apoyo de lo viejos caciques, los hateros, la Iglesia Católica y la burgusía de Santiago; y el Gral. Horacio Vásquez, quien se apoyó en los nuevos caudillos, los agricultores del Cibao, los intelectuales positivistas forjados por Hostos, la burguesía de la capital, Puerto Plata y Este y por el imperialismo norteamericano.
Tras el derrocamiento de Jiménes por el horacismo en 1902, el país fue cayendo en un estado de guerra civil casi permanente, mientras las exigencias norteamericanas por un mayor control económico y político que le permitieran la libre expansión de sus intereses, fueron agudizando la situación.
A fin de cuentas, luego de un segundo gobierno provisional de Horacio Vásquez (1902-03) y otro de una coalición de jimenistas y antiguos lilisistas encabezado por el Gral. Alejandro Woss y Gil, tomó el poder el Gral. Morales Languasco, jimenista quien con apoyo de los horacistas abandonó a su caudillo para quedar aislado y marginado del poder por éstos, y ser sustituido finalmente por el vicepresicende horacista Gral. Ramón Cáceres en enero de 1906.
Bajo Morales y sobre todo con Ramón Cáceres, el gobierno se plegó totalmente a las exigencias financieras, políticas y de mayor penetración económica norteamericana; sus ingenios azucareros operaban sin pagar impuestos de exportación e importación, el transporte marítimo fue monopolizado por la empresa Clyde de esa nacionalidad y los productos de dicho país desplazaron casi totalmente a los europeos.
Luego de una Convención Domínico-Americana firmada en 1905 que no llegó a aprobarse en el senado norteamericano, acaso por su carácter ultracolonialista, se concertó ésta por fin en 1907, en virtud de la cual los Estados Unidos no sólo pasaron a controlar todas las aduanas del país y retener por lo menos el 40% de sus ingresos, sino que establecieron la prerrogativa del gobierno norteamericano de entregar el resto de lo recaudado al gobierno dominicano que éste reconociera como legítimo y la prohibición de que se contrajeran nuevos empréstitos sin su consentimiento.
En el orden político, ese régimen, llamado por algunos de "despotismo ilustrado", gozó del pleno respaldo norteamericano, que lo hizo patente con su incursión militar y ametrallamiento de Villa Duarte y de los sitiadores jimenistas en febrero del 1904, lo cual permitió a Morales vencer la formidable insurrección que se le oponía. Pero también contó con el apoyo firme de los intelectuales,
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