Administración Por Valores.
Enviado por wiricaido • 25 de Septiembre de 2013 • 1.919 Palabras (8 Páginas) • 316 Visitas
INTRODUCCIÓN
El saber… ¿qué es lo que queremos?, ¿a dónde nos dirigimos?, ¿qué es lo más importante de la vida que nosotros llevamos?, ¿que es lo que deseamos de la vida en sí?…. Estas y otras peguntas son las que originan el leer y comprender el libro “administración por valores”. Pues cuantas maneras este país se ha olvidado por completo de esto que llamamos valores. Algunas familias que aun tienen la fortuna de contar con ellos pero sobre todo de enseñárselo a generación tras generación saben el verdadero esfuerzo y sacrificio que implica el seguir practicándolos y sobre todo ponerlos en práctica.
“Administración por valores” nos muestra el viaje a través del cambio, que muchas veces las personas e incluso nosotros mismos nos negamos a hacer, por miedo o por que simplemente estamos acostumbrados a que lo mismo siempre funciona pero la verdad es que todo cambia a cada momento que pasa, “el tiempo jamás de detiene”. Eso sucede con la empresa Rimco que al ver su estabilidad se confiaron y dejaron de ser lo que eran dejando todo en la comodidad, cuando se dan cuenta de la perdida de clientes realmente grandes buscan el por que de su perdida y como solucionar cada problema hecho.
Dentro de la lectura nos damos cuenta que lo mas importante es empezar por nosotros mismos, si no hay una motivación no podremos enseñar a los demás que los valores son primordial en una empresa.
Palabras Claves: Descubrimiento, Acto, Proceso, Administración y APV
DESCUBRIMIENTO
La vida de Tom Yeomans era impresionante. Antes de cumplir cuarenta años había llegado a ser presidente de una importante compañía manufacturera, muy rentable, líder en su línea y respetada en la comunidad. Tom tenía una hermosa casa, y una esposa y unos hijos de quienes cualquiera habría podido estar orgulloso. Exteriormente, su vida no parecía carecer de ninguna comodidad o bienes de fortuna, mas sin embrago se sentía extrañamente vacío, Tom no era feliz. Tom había fundado con su mejor amigo Barry Lofting la compañía I.:&.Y Manufacturing, próspera fábrica de muebles, todo iba bien, hasta que Tom vendió la compañía a un comprador extranjero, por lo cual Barry nunca lo perdonó. Tom trató repetidas veces de aplacar a su socio, diciéndole que no se quejara pues ya era rico. Sólo cuando trató inútilmente de interesarlo para que lo acompañara en una nueva aventura que proyectaba, comprendió Tom que el dinero no era el verdadero problema. Después de la separación, Tom abandonó la idea de fundar otra compañía y en cambio aprovechó su experiencia y sus conexiones para entrar como vicepresidente regional a RimCo, empresa en desarrollo, fabricante de partes para automóvil. Los años siguientes fueron para él de dura competencia y lucha por el poder, a medida que fue ascendiendo por la escala corporativa de RimCo.
Ahora, habiendo llegado al más alto peldaño como presidente, Tom empezaba a preguntarse a qué había renunciado. Largas horas de trabajo, juntas y reuniones hasta por la noche y viajes frecuentes le habían impedido ser un verdadero miembro de su familia. Su esposa, Leslie se quejaba de que los niños se estaban criando sin él. En los últimos seis meses en el trabajo se le había empezado a hundir el piso que lo sustentaba. Parecía que todo se estaba desbaratando. La compañía había perdido dos cuentas muy importantes que le había quitado un competidor; las quejas de los clientes iban en aumento; los accionistas estaban inquietos por la pérdida de participación de mercado y la moral de los empleados estaba por los suelos. Algunos de los mejores empleados de la compañía se habían retirado. Alarmada, la junta directiva llamó a un grupo de consultores para que estudiara la situación.
Cuando el estudio estuvo terminado, la junta celebró una reunión de todo un día con Lynn, la directora del equipo de consultoría. Tom escuchó malhumorado la lista de recomendaciones del equipo. Era una lista formidable. Tom siempre había creído que él iba a la cabeza de todos, pero mientras escuchaba reconoció que los problemas de RimCo no se diferenciaban de los que experimentaban otras organizaciones en el mercado sumamente competitivo de los años 90.Los consultores recomendaron que la compañía tenía que aligerarse y hacerse más plana. Los gerentes debían facultar a otras personas delegando proyectos completos a equipos autogerenciados. Calidad y servicio tenían que ser el deber de todos, cualquiera que fuera el títulode su empleo. En suma, la compañía debía "reinventarse" de arriba abajo. A Tom le pidieron que presentara a Jack Cunningham, orador de una reunión de su club de servicios. Tom observó el título de la charla de Cunningham: "El viaje de las 500 afortunadas", y sonrió por el juego de palabras. Repasó algunas breves notas sobre el hombre y sus clientes, y luego pasó a los puntos clave que debía tocar en la presentación.
Uno de ellos le llamó la atención. Decía así: "Muchos ejecutivos sostienen que Jim Cunningham no sólo les ha ayudado a cambiar sus compañías sino que también ha influido en su vida privada", lo cual llamo mucho su atención.
LOS ACTOS DE LA VIDA
La charla del Orador hablaba sobre los Actos de la Vida (Realizar –Conectar – Integrar).
El primer acto es Realizar, el cual es un acto natural del ser humano. Este acto tiene que ver con fijarse metas más allá de la supervivencia diaria, básicamente es hacer para ser.
El segundo acto, Conectar, tiene que ver con las relaciones, o estar con otros para ser. El segundo acto consiste en experimentar lo que ofrece a diario el menú de la vida, invertir en su propia vida y en la vida de los demás y compartir su tiempo y sus capacidades en compañía de los amigos, miembros de familia y otras persona”.
Mientras escuchaba esto, Tom pensaba en sus propias relaciones en el hogar y en el trabajo. Empezaba a darse cuenta de que el orador cuestionaba la manera como él había venido manejando su vida. ¿Se había quedado atascado en el
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