Albert Camus Y Su Moral

Albert Camus, fue un pensador bastante crítico; al que para llegar a entenderlo, primero se debe tener en cuenta su triple condición: provinciano, hombre de la frontera y miembro de una minoría. Ya que estas tres cosas fueron las que contribuyeron en su manera de pensar, sentir y escribir.

En una de sus obras, llamada “paisaje”, Camus hace notar la raíz esencial de su filosofía, la cual era aquel vínculo sentimental que unió a Camus con los paisajes recorridos en su vida, los que, según el, debido a su hermosura y calidez natural, no sólo contentaban al cuerpo del hombre, sino que también lo purificaban espiritualmente, ayudándolo a reencontrarse con el mismo y alcanzar la perfección.

Su ateísmo se debía principalmente a que, la otra vida (religiosa) no le pareció incomprensible, sino que innecesaria. En su ateísmo, él encontró suficiente plenitud, goce y belleza para colmar al ser humano; ya que su ateísmo no era materialista, sino que una especie de religión pagana en la que el espíritu resulta el estadio superior, es decir, una prolongación de los sentidos del hombre. En resumen, el ateísmo fue su “religión propia”, a la que permaneció fiel toda su vida.

Albert era distinto al resto de los pensadores que se regían en que toda solución a los problemas del hombre se encontraba en la historia, ya que él, a diferencia de los otros, pensaba distinto. Aunque sin negar la dimensión histórica del hombre, ya que siempre sostuvo que “La historia no explica ni el universo natural que existía antes de ella, ni tampoco la belleza que está por encima de ella”.

Camus siempre fue enemigo del cristianismo y el marxismo, ya que pensaba que éstos rebajaban la dignidad del ser humano. Debido a esto, fue muy criticado por católicos y marxistas que solían llamarlo “pesimista”, algo que lo indignaba. Afirmando que con qué derecho lo acusaban de pesimista ellos, si fueron los que inventaron la miseria, la maldición divina, la condenación a niños sin bautismo, entre otros.

Para él, lo humano es esencialmente una totalidad donde el cuerpo y espíritu tienen las mismas ventajas, donde está prohibido que la razón o imaginación se crean superior a los sentidos o músculos del ser humano. Esto no quiere decir que Camus desconfíe de la razón, sino que siempre sostuvo que si a ella sola se le asignaba la función de explicar y orientar al hombre, el resultado sería inhumano, debido a que no vendría desde la naturalidad del hombre.

Debido a esto, Albert Camus creó la “Moral de los límites”. La cual consistía en admitir que un adversario pudiese tener razón, en dejarlo que se exprese y en aceptar reflexionar sobre sus argumentos.

Su pensamiento moral, se basó principalmente, en un rechazo frontal del totalitarismo, definido éste como un sistema social en el que el ser humano viviente deja de ser fin y se transforma en un instrumento, quitándole

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