BARUCH SPINOZA. ¿Cómo se relaciona la idea de felicidad, libertad y servidumbre en torno a la razón?
Enviado por Patricia080386 • 3 de Agosto de 2016 • Ensayo • 1.747 Palabras (7 Páginas) • 449 Visitas
ENSAYO QUE PARA OBTENER EL DIPLOMADO EN
FILOSOFÍA PRESENTA:
MPHV
[pic 1]
Autor elegido: Baruch Spinoza
25 de julio de 2016
México, Distrito Federal.
Baruch Spinoza
(Amsterdam, 1632 - La Haya, 1677) Filósofo neerlandés. Hijo de judíos españoles emigrados a los Países Bajos, estudió hebreo y la doctrina del Talmud. Cursó estudios de teología y comercio; por la fuerte influencia que ejercieron sobre él los escritos de Descartes y Hobbes, se alejó del judaísmo ortodoxo. Su crítica racionalista de la Biblia provocó que fuese por último excomulgado por los rabinos en 1656. Se retiró a las afueras de Amsterdam, como pulidor de lentes.
¿Cómo se relaciona la idea de felicidad, libertad y servidumbre en torno a la razón?
Spinoza pone de manifiesto la idea de que los afectos crean servidumbre, debido a que encadenan como parte natural de su curso. Las afecciones son modificaciones del cuerpo, provocadas por causas externas y que se corresponden con ideas inadecuadas. Para Spinoza la libertad es el poder hacer lo que queremos y lo que queremos es lo que necesitamos. La diferencia entre un hombre libre y otro que no lo es, es que el primero está autodeterminado y el segundo está determinado por lo externo; es decir, que de lo que se trata es de saber si se está determinado interiormente, lo cual te lleva a la acción, o si está determinado por los otros, lo cual te lleva a la reacción. El hombre forma parte de la Naturaleza, es decir de Dios o la Substancia Única, y es, por tanto, una parte de la Totalidad de todas las cosas finitas. En este sentido, el hombre está siempre sujeto a las pasiones, que son ideas inadecuadas, siendo necesario conocer la posición que el humano tiene con respecto a ellas, si es capaz de distanciarse o está encadenado a ellas. Cuando uno se distancia de la pasión, la idea inadecuada que la sostiene se va transformando en adecuada: la pasión irracional se transforma en deseo racional. Seguir el deseo, cuando es racional, es lo mismo que actuar bien, de manera virtuosa, y de potenciar la alegría. El amor y el deseo puede ser malos cuando tienen un carácter excesivo, irracional. El placer puede ser malo y el dolor bueno porque, a diferencia de los anteriores, que son estados globales del cuerpo estos últimos tienen un carácter parcial.
¿En qué consiste para Spinoza la alegría y la felicidad?
El pensamiento político de Spinoza se desarrolla en torno a un concepto de libertad que viene derivado de la metafísica de la necesidad. Nos encontramos ante una libertad necesaria que se encuentra en las antípodas de una libertad entendida como indiferencia. El hombre libre no es aquel que se ve envuelto en procesos de decisión o deliberación, sino el que vive ineluctablemente sometido al frío dictamen de la razón. Lo propio de la razón es conocer las cosas como necesarias y como meramente contingentes. La libertad, por tanto, tendría que ver con la afirmación y conservación del ser propio en ajuste a las leyes necesarias a que tal ser se encuentra sometido. En cuanto a la felicidad, sería una categoría estrechamente relacionada con la teoría del conatus, y consiste, concretamente, en que el hombre pueda conservar su ser. De ahí que se señale que la felicidad no sea el premio de la virtud, sino la virtud misma; ni gozamos de la felicidad porque reprimimos las pasiones, sino que, por el contrario, debido a que gozamos de ella, por ello podemos reprimir las pasiones. El modo privilegiado de llevar a cabo este esfuerzo de perseverar en el ser, esta virtud, consiste en el conocer. El conocer se convierte, pues, en el camino mediante el cual esta felicidad se nos revela y planifica. Así pues, en la vida es primordialmente útil perfeccionar, en la medida que podamos el entendimiento o la razón, y en esto sólo consiste la suprema felicidad del hombre, puesto que la beatitud no es otra cosa que la tranquilidad misma del espíritu, la cual se deriva del conocimiento intuitivo de Dios; y perfeccionar el entendimiento no es más que entender a Dios y los atributos y acciones de Dios, que son consecuencia de la necesidad de la naturaleza misma.
En esta intuición intelectual y amorosa de Dios es donde el hombre encuentra la tranquilidad de espíritu que hemos llamado vivencia de la felicidad.
¿Cómo interviene la razón en los afectos?
El concepto producido por el alma confirma su extensión, de forma tal que tanto la mente como el cuerpo son atributos paralelos (llamémosles manifestaciones) de la misma sustancia. Al negarse a cimentar mente y cuerpo en sustancias diferentes, Spinoza hacía saber su oposición a la opinión sobre el problema de la mente y el cuerpo que era mayoritaria en su época: el espíritu no existe como algo separado y ajeno respecto del cuerpo; sino que es el cuerpo o mejor dicho, la idea del cuerpo. Se trataría de dos aspectos diferentes, paralelos, de la misma realidad, las dos caras de una misma moneda y las dos partes de una misma entidad: el ser humano. Son los afectos que padece el cuerpo aquello que posibilita y provoca el conocimiento, pues el alma se forma ideas de estos afectos, de las afecciones del cuerpo. De hecho, el alma se conoce a sí misma como idea de una cosa singular existente. El alma es entonces una idea que posee la peculiaridad de conocerse a sí misma, de ser autoconsciente. Y esta consciencia de sí misma está indisolublemente ligada al cuerpo. Por tanto, el alma conoce por medio de los afectos, de las afecciones del cuerpo, de las que el alma se forma ideas, y no existe ningún otro "conducto" posible por el que el alma pudiera conocer. Un afecto deja de ser pasión tan pronto como nos formamos de él una idea clara y distinta. Un afecto es la idea de una afección del cuerpo: el apetito por el que se dice que el hombre obra y por el que se dice que padece son lo mismo.
...