Belleza Novelesca Y Belleza Romántica (Eco)
Enviado por cokemon_1989 • 13 de Agosto de 2013 • 1.334 Palabras (6 Páginas) • 620 Visitas
“[…] original es […] el vínculo entre las distintas formas, dictado […] por el sentimiento y la razón.” (pág. 299)
Si no tenemos presente lo que Eco califica como la esencia del romanticismo no entenderemos la relación que establece entre la belleza romántica y la novelesca. Para Eco es importante hacernos notar el cambio que la novela ha sufrido, una época donde podría hacerse literatura de corte caballeresco , sin embargo se ubicará a esta como vieja, como anterior a su época y ahora se está ante una nueva época donde la fantasía y las gestas heroicas no tienen cabida. En esta época ya no tenemos a héroes batallando contra grandes misterios que el bosque, los reinos lejanos o la fantasía encierran. Ahora los héroes son seres más cercanos, más humanos; en esta nueva época no persiguen la gloria, los triunfos, conquistar nuevos reinos, ni vanagloriar su ego; los héroes de esta actualidad buscan otro tipo de cosas, otro tipo de meta es su objetivo. Perseguir (literariamente) lo que el medievo tanto pregonó es cosa de las “viejas novelas” (pág. 304).
Sin embargo ¿Se ha cambiado el viejo ideal de belleza por el correcto? Choderlos de Laclos sugiere que el ideal de belleza no se subordina a cánones ya establecidos de ésta, sugiere un ejemplo acerca de la belleza femenina que se ve mutable entre distintas culturas y sugiere también que lo bello puede ser revalorizado por el admirador. Esto, explica Choderlos de Laclos, es posible gracias a que la belleza puede reconocerse a través de signos —podría decirse— inmanentes, a la vez que temporal y culturalmente trascendentales: “[…] comenzará a recuperar el gusto por la frescura, la elevación y la fuerza que son en todas partes signos de belleza” (pág. 304)
“[…] se mezclan pasión y sentimiento” (pág. 304)
Para esta nueva época las necesidades del público exigen algo más, se han cansado de las fantasías y de mirar al mundo a través de la pasión desenfrenada, buscan ahora un nuevo noble ideal. Así es como surge el conflicto que le daría vida al romanticismo, una insoldable contradicción entre la pasión y la razón. Así es como el héroe de esta nueva novela no es ya aquella noble persona tan alejada del vulgo que arriesgaría al ser amado por salvar a su nación, el héroe en la novela romántica es aquel que manda al demonio su nación, su linaje, su reputación y todo si el estar con su ser amado está en peligro: ama románticamente.
“Su vestido transparentaba los contornos de su cuerpo angelical, y mi alma lo contemplaba y… ¿qué más puedo decirte? El ímpetu y el éxtasis amoroso me habían inflamado y arrebatado” (pág. 305)
¿Qué puede hacer el indefenso protagonista cuando la belleza lo cerca de esa forma, cómo escapar a una situación que es por demás trágica? En realidad el protagonista no tiene demasiadas opciones cuando esta interacción se le presenta, aunque quisiera huir no podría. No le resta sino sucumbir ante las pasiones. Y es que el personaje de esta nueva novela no tiene posibilidades si se encuentra entre la encrucijada de la razón y la pasión, siendo la primera tan distinta de la otra, sus intereses entrarán en conflicto.
“La primera —Amélie— conquistaba el amor con su belleza. Eugénie debía encender en el corazón de uno solo una pasión fuerte, digna… de los héroes.” (pág. 306)
En el fragmento anterior, Napoleón pareciera sintetizar el contraste y el cambio hacia la concepción de la belleza, en este caso romántica; donde Amélie representa el objeto bello per se, aquel objeto que no necesita del juicio de quien lo mira para obtener un valor que —en el caso particular de Amélie— ya encierra en sí mismo; sin embargo cuando se refiere a Eugénie existe ese componente romántico de la significación, de pronto no sugiere que la belleza de Eugénie sobresalga por su atractivo visual —o belleza—, en Eugénie la belleza juega un papel dinámico, la belleza provoca, pero provoca un gusto en particular, provoca el gusto que de la pasión
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