Breve Historia De La Ciencia
Enviado por Gabrieled • 12 de Diciembre de 2013 • 2.855 Palabras (12 Páginas) • 365 Visitas
Breve historia de la ciencia.
Los eruditos islámicos distinguían dos grupos principales en el conocimiento científico, ninguno de los cuales se corresponde claramente con las disciplinas científicas modernas. Una de las estrategias era seguir a Pitágoras y continuar el orden matemático que se hallaba en el corazón del universo mediante el estudio de cuatro disciplinas de carácter cuantitativo: aritmética, geometría, astronomía y música.
Otros estudiosos optaban por una vía más aristotélica y descriptiva. Además de observar los animales, las plantas y los minerales, dedicaban esfuerzo al estudio de temas que actualmente se incluirían como parte de la física; especialmente de la óptica. Desde un punto de vista teológico, estos intelectuales abrazaban la idea de Aristóteles de un cosmos teleológico, con un objetivo, puesto que se correspondía con la creencia islámica de que Dios creó el universo expresamente para la raza humana.
Álgebra, algoritmo, cero eran las tres palabras conocidas de origen árabe. Alos musulmanes les atraían las matemáticas de Pitágoras, porque concordaba con su propio gusto por la armonía y su búsqueda de un orden universal. El arte y la arquitectura tradicionales en el Islam revelan claramente esa fascinación por la geometría y la simetría.
Los matemáticos islámicos buscaban trascendencia cósmica y numérica en los cuadrados mágicos, cuyas filas, columnas y diagonales suman el mismo resultado. Sus libros de texto sobre matemáticas y astronomía se utilizaron durante siglos, y también alcanzó fama como historiador y por su exhaustivo estudio de las distintas religiones.
Los objetivos de los astrónomos eran múltiples. Por un lado pretendían medir el universo con mayor precisión y recopilar catálogos estelares completos, pero también aspiraban a lograr la pureza religiosa demostrando la perfección de los cielos. Muchos europeos concibieron también un cosmos matemático, armónico y pitagórico como parte de la creación de Dios. Los matemáticos musulmanes visualizaban los números como formas geométricas con un sentido simbólico. Ellos originaron la idea de introducir medidas en la música, una innovación que revolucionaría el canto gregoriano cristiano en la Europa del siglo XII.
La importancia de las astronomías matemáticas se extendía a sus usos prácticos, como la elaboración de horóscopos para los gobernantes que tenían que tomar decisiones transcendentales. La fe islámica imponía condiciones especiales, y las actividades que ahora se perciben como científicas tenían, en realidad, una motivación religiosa. Los calendarios debían satisfacer los requisitos del ayuno ritual.
Al haber adoptado y adaptado la astronomía griega, los expertos basaban sus estudios esencialmente en el Almagesto de Ptolomeo, en el que se hace hincapié en la importancia de la observación. En sus trabajos, los astrónomos islámicos desarrollaron sofisticados instrumentos, que más tarde fueron imitados en Europa., para poder efectuar medidas más precisas y recopilar nuevos catálogos de estrellas.
Aunque los astrónomos islámicos siguieron los pasos de Ptolomeo, también lo criticaron y, lo que es más importante, mejoraron su trabajo. Mediante la recopilación exhaustiva de datos de gran precisión, modificaron sus descripciones acerca de los movimientos aparentes del Sol y de la Luna e introdujeron métodos trigonométricos más eficaces para el cálculo de coordenadas estelares. Un grupo decidió revisar el modelo de Ptolomeo mediante el desarrollo de procedimientos geométricos similares a los introducidos por Copérnico; expertos modernos están revisando la historia euro céntrica tratando de demostrar que Copérnico conocía estas ideas islámicas.
La astronomía islámica no era una disciplina única. Tanto los matemáticos pitagóricos como los filósofos aristotélicos miraban hacia Ptolomeo, pero lo hacían desde direcciones distintas. Los matemáticos trataban de describir y cuantificar el comportamiento del mundo, no de explicarlo; en cambio, los filósofos aristotélicos aspiraban a generar una versión más realista y sólida del universo de Ptolomeo, que casase en mayor medida con los conceptos islámicos.
Alhacén intentó imponer la realidad física a los modelos cosmológicos introduciendo esferas concéntricas, tal como había sugerido Aristóteles. Imaginaba un cielo exterior sin estrellas, dentro del cual gira lentamente una esfera que transporta las estrellas fijas. Dentro de ella, afirmaba, cada planeta estaba asociado con su propio conjunto de esferas de lenta rotación.
El legado principal de Alhacén fueron sus duraderos trabajos en óptica. Incluso durante el Renacimiento, los experimentadores veían los conocimientos griegos a través de los ojos de Alhacén. Se le suele considerar el más importante de los físicos musulmanes. En lugar de reservar el estudio de la vista humana a los anatomistas y los fisiólogos, Alhacén lo relacionaba con los fenómenos atmosféricos y con los experimentos sobre lentes y espejos.
Algunas de las teorías modernas sobre reflexión y refracción tienen su origen en la obra de Alhacén. Alhacén, como Newton, pulía sus propias lentes, estudiaba la anatomía del ojo humano y reflexionaba acerca del iris. También como Newton, creía que Dios era la Luz de los cielos y de la Tierra, una imagen coránica de resonancias bíblicas. Más allá de todo ellos, Alhacén creó una nueva teoría de la visión.
La edad media se inventó en el Renacimiento; cuando Galileo provocó su controversia, a principios del siglo XVI, ya había quedado relegada a una página en blanco de la historia. Igual que Galileo y sus contemporáneos, numerosos historiadores han desestimado la Edad Media como un lamentable interludio de arcano escolasticismo, un obstáculo al progreso de la ciencia, que dio comienzo alrededor del siglo V y que finalmente se esfumó ante el huracán de inspiración del Renacimiento. Durante esos siglos suprimidos tuvieron lugar transformaciones cruciales, pero no los estudios de los eruditos, sino en los campos, las forjas, las iglesias y los monasterios. La ciencia es un asunto práctico, no solo teórico, y en su origen no solo se añaden ideas, sino también objetos. Los cambios políticos, científicos y económicos son inseparables.
A finales del siglo XIII, Europa occidental ya no era un territorio rural empobrecido, sino que se había convertido en una próspera región comercial en la que la educación florecía en las ciudades independientes.
Las invenciones técnicas que ahora nos parecen humildes tuvieron un impacto revolucionario en la sociedad, tanto como la máquina de vapor varios siglos más tarde.
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