Claudio Avado
Enviado por 20131502 • 19 de Noviembre de 2013 • 818 Palabras (4 Páginas) • 342 Visitas
Claudio Abbado: 80 años de música y compromiso social
Claudio Abbado no sólo ha adquirido fama mundial como director de orquesta, sino también por su compromiso social y por el fomento de músicos jóvenes. El maestro cumple 80 años este 26 de junio.
Claudio Abbado.
Claudio Abbado, el director celebrado desde hace décadas por un entusiasta público en diversas salas de concierto del mundo, suele buscar la soledad entre concierto y concierto. Uno de sus refugios predilectos se encuentra en la costa occidental de Cerdeña, donde cultiva un jardín con exuberantes buganvillas y bananos. En ese idílico lugar, a medio camino entre Italia y España, carga energías para su ajetreada vida laboral.
Nacido en Milán el 26 de junio de 1933, tuvo contacto desde pequeño con la música. Su padre, Michelangelo, violinista y profesor del conservatorio, solía tocar música en su casa con amigos. La madre, María Carmela, pianista y autora de libros infantiles, le inculcó el amor por el piano. “Crecí con la música de Schubert, Brahms y Beethoven”, recuerda Claudio Abbado, quien a los siete años de edad tuvo una “revelación” musical en la Scala. “Cuando escuché los Nocturnos de Claude Debussy, sentí de inmediato el deseo de poder generar esa magia de la música”, dice.
Los primeros pasos
A los 16 años, Abbado emprendió sus estudios de piano, composición, armonía, contrapunto y, posteriormente, también de dirección orquestal. Tras haberse titulado en 1953, emprendió giras con distintos grupos de cámara.
Todavía no aspiraba a una gran carrera; en lugar de ir a Viena a instancias de Zubin Metha, asumió por primera vez una cátedra de música de cámara en Parma. Pero luego recibió dos renombrados premios de dirección, fue asistente de Leonard Bernstein y debutó en los festivales de Salzburgo. En 1968 fue contratado por la Scala. Así se sentaron las bases de su incontenible ascenso.
Claudio Abbado soñó desde niño con ser músico.
Maestro del diálogo
Claudio Abbado se ha presentado en los grandes escenarios del mundo, en Milán, Londres y Chicago, Viena y Berlín. A diferencia de Arturo Toscanini, que era temido en la Scala de Milán, no cultiva un estilo autoritario, sino que propicia el diálogo con los músicos. “Lo más importante es que todos se escuchen entre sí”, afirma. Abbado no necesita palabras rimbombantes, sino que se comunica sobre todo por medio de miradas y gestos. Cuando con su mano izquierda da forma sutilmente a los matices del sonido, y con la derecha marca el ritmo, produce justamente esa magia con la que soñó de niño.
A fines de la década del 70, Abbado fue uno de los padres de la orquesta juvenil de la entonces Comunidad Europea. En 1986 fundó la orquesta juvenil Gustav Mahler, que ya antes de la caída del Muro de Berlín agrupaba a músicos de Europa oriental y occidental.
Música
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