Como Usamos Nuestros Sentidos Para Decir Que Algo Es Bello O Feo

A lo largo de la historia, la belleza ha sido un tema que ha generado controversia. El hecho de que existan ideas y convicciones distintas, ha permitido al hombre plantearse interrogantes, respecto al concepto de aquello que infunde en una persona deleite espiritual, aquello abstracto, que es agradable a nuestros sentidos. Pero principalmente, la variedad de gustos y cambios en la percepción respecto a un objeto o persona han permitido al ser humano evaluarlos mediante sus sentidos. A pesar de que el hombre se considere libre y suponga de su criterio y percepción algo propio, termina notando que en realidad, estos son heredados. Tomando en cuenta, todos estos factores y eventos, la humanidad no ha sido capaz de aclarar ciertas dudas respecto a los valores estéticos. Tomando en cuenta que vivimos en un mundo de seres limitados y por consiguiente inevitablemente defectuosos, puede la fealdad considerarse un estigma, algo carente de valor? ¿Hay algo en el universo que no sea bello, algo que no tuviera nada de hermoso?

DESARROLLO:

La belleza podría remontarse a la propia existencia de la humanidad como una de sus cualidades mentales, ya que esta existe únicamente en la mente del sujeto que la percibe, de modo que se la considera subjetiva.

La escuela pitagórica vio una importante conexión entre las matemáticas y la belleza. En particular, notaron que los objetos que poseen simetría son más llamativos. La arquitectura griega clásica está basada en esta imagen de simetría y proporción. Según Platón, la belleza terrenal es la materialización de la belleza como idea, y toda idea puede convertirse en belleza terrenal por medio de su representación. La belleza, generalmente, se ha asociado con el bien. De la misma manera, lo contrario de la belleza, a menudo se ha relacionado con el mal.

Sin embargo la simetría de la que hablamos, constituiría un factor muy importante dentro de la percepción de la belleza externa, pues si algo tiene proporción y armonía, en el caso de una persona, por ejemplo, se lo consideraría un resultado de la buena salud y ausencia de defectos visibles, lo que podría debérselo a los instintos, pero esta aún más vinculado a la apreciación de la cultura a la que pertenezca el individuo.

Los artistas griegos y romanos también tenían el estándar de belleza masculina en la civilización occidental. El romano ideal fue definido como un jefe alto, musculado, de piernas largas, con un pecho lleno de pelo grueso, una alta y amplia frente -un signo de inteligencia-, grandes ojos, una nariz fuerte y perfil perfecto, boca pequeña, y una mandíbula poderosa. Esta combinación de factores produciría una mirada impresionante de hermosa masculinidad. Con las excepciones notables del peso corporal y los estilos de moda, las normas de belleza han sido bastante constantes en el tiempo y el lugar.

El ser humano ha concebido dos tipos de belleza que constituyen

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