Comparación de corrientes éticas filosóficas
Enviado por daisy. • 9 de Mayo de 2016 • Ensayo • 1.454 Palabras (6 Páginas) • 464 Visitas
ENSAYO 1
Comparación de corrientes éticas filosóficas
La ética es la más complicada de las filosofías sin embargo una de las más importantes ya que es personal; porque se fundamenta en poder dar sentido al porqué de nuestros propios actos. “El sentido de lo humano…reside pues en perturbar la mismidad de este, en sacudirlo éticamente”; (Ética e Infinito: Emmanuel Levinàs)
Lévinas, desde su punto de vista nos propone un despojo absoluto del “yo”. Sin embargo bajo esta postura, como en todas las demás, hay discrepancias.
Desde la filosofía levinasiana debemos actuar con desinterés, no usar a las personas como un medio para mi conveniencia sino más bien para un fin, sin esperar nada a cambio. Y esta teoría es aceptable porque si no existe el otro no hay un tal “yo” o este no tiene ningún sentido, por ende la relación es recíproca sin mi “yo” tampoco existen otros. “Todos somos responsables y de todos ante todo, y yo más que todos los otros” (Dostoievski; citada por Emmanuel Levinàs en Ética e infinito).
El hecho de no recibir nada a cambio es un tanto limitado, ya que el simple hecho de que un acto hacia otra persona me haga sentir bien, estoy obteniendo ya algo a cambio.
Sin embargo creo que hay algo esencial detrás de esto último y es que desde mi punto de vista todo radica en el hecho de pensar antes de actuar, si no pensamos antes de actuar hacia las personas no sabemos si esto nos producirá satisfacción o felicidad, sino este sentimiento vendrá después, pero ahora ya sabemos que tal acción nos produce esta satisfacción por ende no podemos volver a hacer este mismo acto sin saber, por experiencia, que este nos produce tal satisfacción. Sin embargo este hecho es válido para actos buenos hacia las otras personas, porque el pensar antes de actuar implica ponerme en el lugar de la otra persona y pensar en si a mí me gustaría que alguien lo hiciera conmigo, es decir si me afectaría. “…yo soy responsable del otro sin esperar la recíproca, aunque ella me cueste la vida.” (Ética e Infinito: Emmanuel Levinàs)
Y es allí donde se encuentra esta discrepancia de hacer algo hacia los demás con total desinterés porque solo en casos muy limitados no recibiremos algo a cambio.
Desde un punto de vista cristiano o bíblico, y según el mandamiento fundamental del mismo, el cual da a entender que debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos “…amaràs a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas.”(Mt.22:39; Reina Valera 1960); lévinas dice que a través del otro me veo a mí mismo, por la forma en que actúo, incluso ante situaciones en el que el otro afecte a mi “yo”.
Pero tomándolo desde este punto de vista ese otro que me está afectando a mí no está cumpliendo con el despojo total de su “yo” y está actuando de una manera egocéntrica e interesadamente.
Porque el despojo de mi “yo” para poder sobreponer al otro implica que “yo” no sea libre ni feliz o que desde otro punto de vista mi libertad y felicidad ni siquiera importe. “El modo de estancia en el mundo es promovido por su interpretación de sí mismo con el mundo y las estructuras que otros designan sobre su mundo.”(Emmanuel Levinàs: Totalidad e infinito)
Por otro lado el hedonismo dice que debemos buscar el placer por placer desde una conducta puramente individual además que no creen que exista una vida después de la muerta sino que la muerte es el fin de todo; en el extremo máximo del hedonismo invita a una actitud radical con una libertad absoluta de poder hacer cualquier cosa que la persona quiera y que incluso no importan las consecuencias; sin embargo si lo vemos desde este punto de vista los placeres que se buscan es porque causan un felicidad momentánea y si yo puedo hacer todo lo que quiera, mi felicidad en algún momento se verá estancada probablemente por las consecuencias que alguno de mis placeres puedan producir. “…la muerte no es nada para nosotros, puesto que el bien y el mal no existen más que en la sensación, y la muerte es la privación de sensación.” (Epicuro: carta a mèneco)
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