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Conociendo El Conocimiento


Enviado por   •  27 de Octubre de 2013  •  7.902 Palabras (32 Páginas)  •  362 Visitas

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Ulrich Beck

LA SOCIEDAD DEL RIESGO GLOBAL

Las pautas colectivas de vida, progreso y controlabilidad, pleno empleo y explotación de la naturaleza típicas de esta primer modernidad han quedado ahora socavadas por 5 procesos interrelacionados: la globalización, individualización, la revolución de géneros, el subempleo y los riesgos globales. El reto de esta segunda modernidad es qué debe hacer frente a todos estos desafíos.

El autor enfatiza de que no se trata de posmodernidad, por lo que se debe reformar la sociología para que pueda proporcionar un nuevo marco para la reinvención de la sociedad y la política.

Por una parte, observamos el desarrollo de sociedades multireligiosas, multiétnicas y multiculturales, la multiplicación de soberanías, etc. Pero, por otra parte se observa, la extensión del sector informal de la economía y la flexibilización del trabajo, la desregulación legal de grandes sectores de la economía y de las relaciones laborales, la pérdida de legitimidad del estado, etc. Estos aspectos implican que la sociedad del riesgo global requiera de un nuevo marco de referencia para poder entender la dinámica y las contradicciones de la segunda modernidad (4).

¿Qué significa riesgo? Riesgo es el enfoque moderno de la previsión y control de las consecuencias futuras de la acción humana, las diversas consecuencias no deseadas de la modernización radicalizada. Es un intento de colonizar el futuro.

El concepto de riego y sociedad del riesgo combina lo que en tiempos era mutuamente excluyentes: sociedad y naturaleza, ciencias sociales y ciencias de la materia, construcción discursiva del riesgo y materialidad de amenazas (5).

En la sociedad del riesgo global la política y subpolítica de la definición del riesgo se hace extremadamente importante. Los riesgos se han convertido en una de las principales fuerzas de movilización política, sustituyendo muchas veces, por ejemplo, a las referencias a las desigualdades asociadas a la clase, la raza y el género (6).

En la sociedad del riesgo global, áreas de intervención y acción política que aparentemente carecen de importancia están cobrando extraordinaria relevancia, y cambios “menores” sí inducen transformaciones básicas a largo plazo en el juego de poder de la política del riesgo (7).

La globalidad del riesgo no significa, una igualdad global del riesgo, sino todo lo contrario: la primera ley de los riesgos medioambientales es: la contaminación sigue al pobre (8).

En la sociedad del riesgo financiero global, así como en la sociedad del riesgo global:

• Existe una interrelación entre dos conflictos, dos lógicas de distribución: la distribución de bienes y la distribución de males;

• Los fundamentos del “cálculo de riesgo” han sido socavados: no es posible compensar financieramente daños como millones de desempleados y pobres; no tiene sentido asegurarse frente a una recesión global;

• La “explosividad social” de los riesgos financieros globales se está haciendo real;

• La institución del estado-nación se colapsa;

• El riesgo implica siempre el tema de la responsabilidad, y la necesidad de “globalización responsable” se convierte en un tema público y político de alcance mundial;

• Surgen nuevas opciones: proteccionismo nacional y regional, instituciones transnacionales y democratización.

Este libro se concentra principalmente en los problemas ecológicos y tecnológicos del riesgo y en sus implicaciones sociológicas y políticas. La tesis del autor es que tenemos una “política de la Tierra” que no teníamos hace algunos años y que puede entenderse y organizarse en función de la dinámica y las contradicciones de una sociedad del riesgo global.

Vivimos en una era de riesgo que es global, individualista y más moral de lo que suponemos. La ética de la autorrealización y logro individual es la corriente más poderosa de la sociedad occidental moderna. Elegir, decidir y configurar individuos que aspiran a ser autores de su vida, creadores de su identidad, son las características de nuestra era.(11-13).

¿Somos una sociedad del “primero yo”? Uno podría pensar que sí considerando los tópicos que dominan el debate público: la disolución de la solidaridad, la decadencia de los valores, etc. La sociedad moderna vive de recursos morales que es incapaz de renovar (14).

La modernidad lleva en su seno un manantial de significado que es la libertad política. La modernidad desde ese punto de vista, significa que un mundo de certidumbre está pereciendo, a la vez que es sustituido, por un individualismo legalmente sancionado para todos.

En la primera modernidad, la cuestión de quién y quién no tenía derecho a la libertad se zanjaba recurriendo a aspectos tales como la “naturaleza” del género y la etnicidad; las contradicciones entre afirmaciones universales y realidades particulares eran resueltas mediante una ontología de la diferencia. Por tanto, hasta comienzos de los años setentas, a las mujeres se les negaban derechos civiles (15).

En la segunda modernidad, las declaraciones de la libertad empiezan a convertirse en hechos y a desafiar a las bases de la vida cotidiana, así como a la política global. Siendo hijos de la libertad, vivimos en unas condiciones de democracia radicalizada para las que muchos de los conceptos y fórmulas de la primera modernidad se han hecho inadecuados (16).

El nuevo juego de poder entre actores políticos territorialmente fijos y actores no territoriales es el elemento central expresado en la política de la incertidumbre y el riesgo. V.gr. el capital es global, el trabajo es local. En todo el mundo el trabajo frágil aumenta.

Asimismo, esto se vincula con el fin de la sociedad del trabajo a medida que un número cada vez mayor de seres humanos es sustituido por tecnologías inteligentes. El creciente desempleo ya no puede atribuirse a crisis económicas cíclicas, sino al éxito del capitalismo tecnológicamente avanzado (17). Por consiguiente, cuanto más se “desregulan” y “flexibilizan” las relaciones laborales, tanto más rápidamente se convierte la sociedad del trabajo en un sociedad del riesgo que no es susceptible de cálculo por parte de los individuos o de la política (19).

La globalización implica el debilitamiento de las estructuras estatales, de la autonomía y del poder del estado. La idea de una “responsabilidad global” implica como mínimo la posibilidad de un nuevo humanismo militar occidental: imponer los derechos humanos en todo el mundo. Entre mayor sea el éxito de las políticas neoliberales en el nivel global, es más probable que surja una “fachada cosmopolita” para legitimar la intervención militar occidental. La subordinación

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