Corazon De Tinta
Enviado por tanilokita • 13 de Octubre de 2013 • 396 Palabras (2 Páginas) • 418 Visitas
UN EXTRAÑO EN LA NOCHE
La luna brillaba en el ojo del caballo balancin y en el ojo del raton cuando tolly lo saco de debajo de la almohasa para contemplarlo. El reloj hacia tictac, y en medio del silencio el creyo oir unos piesecitos desclzoz corriendo por el suelo, luego risas contenidas y cuchicheos y un sonido como si estuvieran pasando las paginas de un libro grande.
Aquella noche llovia. Era una lluvia fina, murmuradora. Incluso años y años despues, a meggie le bastaba cerrar los ojos para oir sus dedos diminutos tamborileando contra el cristal en algun lugar de la Çobscuridad ladraba unperro y maggie no podia conciliar el sueño, por mas vueltas que diera en la cama.
Guardaba debajo de la almohada el libro que habia estado leyendo. La tapa precionaba su oreja, como si quisiera volver a atraparla entre las paginas impresas.
- Vaya, seguro que es comodicimo tener una casa angulosa y dura debajo de la cabeza - le dijo a su padre la primera vez que descubrio que el libro debajo de su almohada -. Admitelo por las noches te susurra su historia al oido.
- A veces .contesto maggie-. Pero solo funciona con los niños pequeños – como premio me lo pellizco la nariz.
aquella noche –en las que tantas cosas comenzaron y cambiaron para siempre- maggie guardaba debajo de la lmohada uno de sus libros predilectos, y cuando la lluvia te impidio dormir, se incorporo, se despabilo frotandose los ojos y saco el libro de debajo de la almohada. Cuando lo abrio las paginas susurraron comprometedoras. Maggie opinaba que ese primer susurro sonaba distinto en cada libro, dependiendo de si sabia lo que le iba a relatar o no. Sin embargo, ahora lo fundamentas era disponer de luz. En el cajon de su mesilla de noche escondia una caja de cerillos.
Su padre le habia prohibido encender velas por la noche. El fuego no le gustaba.
- El fuego debora los libros –decia siempre, pero al fin y acabo ella tenia doce años y era capas de controlar unh par de velas.
A maggie le gustaba leer a la luz de las velas. En el antepecho de la ventana tenia tres flores y tres candeleros. Cuando estaba aplicando el cerillo ardiendo a una de las mechas negras, oyó pasos en el exterior. Asustada, apagó el cerillo de un soplido -¡con que precision lo recordaba todavia muchos años despues¡
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