Cosmos. En la orilla del océano cósmico

Cosmos

En la orilla del océano cósmico

El cosmos se define como todo lo que es, ha sido o será. El primero de los capítulos de la serie nos introduce de lleno en la vida real, que nos lleva a descubrir los secretos del universo, revelando así fenómenos cósmicos, como supernovas, estrellas y cuásares.

Astrónomos y divulgadores científicos como Sagan han intentado concientizarnos sobre el lugar que ocupan tanto nuestro planeta como nuestra especie en el Universo, en un contexto cosmológico que va afinándose con el tiempo. Este primer capítulo, Sagan pone en marcha nuestra imaginación al mismo tiempo que define unas sencillas normas desde las que disfrutar todo el trabajo que va a presentar.

Con el motor de la imaginación, viajamos a millones de años luz, observando desde la lejanía las galaxias, las estrellas, los cúmulos globulares dispersos por el espacio. Sagan nos da una rápida lista de datos sobre los tamaños, las distancias y la realidad del Cosmos en su magnitud más grande: nada es eterno. Incluso los sistemas más grandes nacen, viven y mueren. Y dada la escala inimaginable a la que viven estos sistemas, pronto queda presente la pequeñez incluso de nuestra propia imaginación.

Poco a poco, con la metáfora del océano como apoyo, nos acerca a nuestra galaxia, pasamos por la Vía Láctea y hasta llegar a nuestro sistema solar. Llegados a los planetas que todos conocemos, nos descubre las transformaciones desconocidas de esos mismos vecinos.

Podemos escuchar sobre Plutón y su luna que es casi tan grande como el mismo; sobre Urano y sus anillos casi invisibles; también acerca de Saturno, cuya superficie si es que existe, está escondida por pesadas nubes tóxicas, así hasta llegar a la Tierra, el único modelo de vida que conocemos.

A la tierra Carl Sagan describe como un "Punto azul pálido" nos habla de que tan pequeño puede ser el mundo, pero que tan grande cosas o hechos que se pueden encontrar en él y que cada vez que encontramos una formula ya sea física o científica más misterioso se vuelve el mundo.

Nos transportamos a un lugar conocido, Egipto, donde Sagan nos explica de forma resumida la historia de Eratóstenes y cómo calculó, con pequeñísimo error, el tamaño de la Tierra. En la biblioteca de Alejandría (de la cual Eratóstenes fue director tras estudiar en la Academia de Atenas), Eratóstenes descubrió una historia en la que se contaba, cómo a mediodía del equinoccio de verano, en cierto lugar de la ciudad de Siena, los pilares no daban sombra y un pozo quedaba totalmente iluminado.

Entonces, se preguntó si algo así ocurría también en Alejandría, por lo cual tras muchas averiguaciones encontró que no era así. La única respuesta posible era que la Tierra era curva. Según la diferencia entre las sombras, pudo deducir que había una diferencia de 7º entre la ciudad de Siena y la de Alejandría. aproximadamente, eso es la cincuentava parte del total de la circunferencia de la Tierra. Además, contrató a alguien para que contara cuánta distancia había entre Siena y Alejandría. Resultó haber una distancia de 800 km. Multiplicando, obtuvo 40.000 km que, increíblemente, es la respuesta correcta. Sobre todo hay que reconocer que este cálculo lo hizo hace 2,200 años.

...