Cuento de filosofía FUGA A LAS IDEAS
Enviado por Emilio Pichardo • 25 de Octubre de 2015 • Tarea • 425 Palabras (2 Páginas) • 124 Visitas
CUENTO FILOSOFÍA
Emilio Pichardo
FUGA A LAS IDEAS
Un día Platón, loco enamorado, comenzó a platicar a sus amigos, su manera de ver al amor. El tipo hablaba sobre un sentimiento perfecto, ideal, racional, sin embargo casi imposible. De sus palabras, sus amigos reían, no comprendían el porqué de estas, pues para ellos, el amor era algo tan normal, tanto que se podía amar lo que sea, sin embargo no había perfección, pues existía la infidelidad, los gritos, las mentiras y traiciones.
Platón, ante la negativa de todos, decidió marcharse, no pensó en las consecuencias de su escape, ni en el dolor de sus padres o sus seres queridos, se sentía incomprendido, se sentía excluido de la opinión pública, un ente equivocado al ver como la mayoría del pueblo pensaba diferente. En estos tiempos, Platón sería un hater total de lo comercial, de lo que la gente dice porque otra la dice así, y de la gente que no expone sus ideas, y prefiere vivir en el absolutismo del todo.
Platón dio marcha a la fuga, caminó horas, tan solo víveres para sobrevivir escasos dos días.
En el camino Platón pensó mucho, y en varias ocasiones se cuestionó si no sería el, el que estaba mal. Su cabeza daba vueltas y vueltas, porfin llegaba a una teoría cuando de pronto, deshacía y volvía a empezar a pensar… ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué’ ¿Por qué?
Cansado y con dolor de cabeza, se encontró en medio de la nada, hacía un frío irritable, quedarse en la intemperie sería un suicidio. Platón caminó hacía unas cavernas, descendió unos metros y se encontró inmerso en agujero sin salida. La muerte era lo único que podía esperar.
Sin más esperanzas, se quedó dormido. Pesadillas, hombres que no querían ayudarlo, pasivos al ver como el hombre moría en las cavernas, alado de todos. Pesadillas, hombres indiferentes, estancados en las cavernas, estoicos puros en las cavernas. Y ahí, a lo lejos de todo una luz, una luz que le incitaba a salir. Una voz a lo lejos que clama ‘Razón’.
Platón despertó sudando, pero con las ganas de vivir más puestas que nuca. Escaló el muro, se las ideó y salió de las cavernas, aún era de noche.
Platón observó como el sol salía a su lado, y a la vez sentía la mente despejada, sabía perfectamente que el en sus sueños había recibido la invitación de formar parte del mundo de las ideas, aquel que no es para todos, aquel que perfecciona.
De aquí Platón es que regresa puro, y platica “El mito de la caverna”
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