DIALOGO DE CRITON DE PLATON
Enviado por GUACHIMPETA • 5 de Marzo de 2013 • 4.902 Palabras (20 Páginas) • 986 Visitas
CRITÓN
Sócrates, Critón
Sócrates ¿Cómo llegas a estas horas, Critón? ¿No es todavía temprano?
Critón En efecto, es muy pronto.
Sócrates ¿Qué hora, aproximadamente?
Critón La del alba.
Sócrates Me extraña que el guardián de la cárcel haya querido atenderte.
Critón Ya es amigo mío, Sócrates, de tanto venir por aquí, y además, algún que
otro favor se ha sacado también de mí.
Sócrates ¿Llegas ahora, o llevas ya un rato aquí?
Critón Llevo bastante rato.
Sócrates Entonces, ¿cómo no me has despertado inmediatamente, en lugar de
estarte ahí sentado en silencio?
Critón Por Zeus, Sócrates, tampoco yo querría estar en tan gran desvelo y
dolor. Sin embargo, hace rato que me admiro de ver cuán dulcemente
duermes. Y adrede no te desperté, para que pasases el tiempo lo más
agradablemente posible. Sin duda, muchas veces durante toda la vida
envidié tu manera de ser, pero mucho más en la presente desgracia, al
considerar con cuánta facilidad y tranquilidad la soportas.
Sócrates Sin duda, Critón, sería inoportuno indignarme, a mi edad, si es
necesario morir ya.
Critón También otros de tu edad se ven inmersos en situaciones como ésta,
pero en nada les libra la edad de no indignarse por su suerte.
Sócrates Así es, pero ¿por qué has venido tan pronto?
Critón Porque traigo una noticia terrible, Sócrates. No para ti, a lo que veo, pero
sí terrible y dura para mí y para todos tus amigos; por mi parte, no creo
que pudiera recibir otra más dura.
Sócrates ¿Qué noticia? ¿Acaso ha llegado ya la nave procedente de Delos a cuyo
regreso es preciso que yo muera?
Critón Todavía no ha llegado, pero me parece a mí que llega hoy, según lo que
han dicho algunos que vienen de Sunion y la han dejado allí. Según
éstos, es evidente que la nave llega hoy y, por lo tanto, será forzoso,
Sócrates, que mañana pongas fin a tu vida.
PLATÓN, Critón 4
Sócrates Pues si así agrada a los dioses, Critón, que así sea en buena hora. Sin
embargo, no creo que llegue hoy la nave.
Critón ¿De dónde deduces eso?
Sócrates Te lo voy a decir. De alguna manera, según parece, yo he de morir al día
siguiente de aquel en que llegue la nave.
Critón Por lo menos así lo afirman los que tienen autoridad sobre estas cosas.
Sócrates Pues bien, no creo que llegue hoy la nave, sino mañana. Me baso en
cierto sueño que he tenido esta noche, hace un momento. Y has sido
muy oportuno al no despertarme.
Critón Y bien, ¿qué sueño ha sido ese?
Sócrates Me parecía que una mujer hermosa y de noble aspecto se me acercaba,
vestida de blanco, y llamándome me decía:
“Sócrates, al tercer día llegarás a la fértil Ftía".
Critón Extraño sueño, Sócrates.
Sócrates Esclarecedor, a mi modo de ver, Critón.
Critón Demasiado, según parece. Pero, querido Sócrates, aun así, hazme caso y
sálvate. Porque para mí, si murieses, no sería una única desgracia, sino
que, aparte de verme privado de un amigo como jamás encontraré otro
igual, además de eso, muchos de los que no nos conocen bien a ti y a mí,
podrían creer que, siendo capaz de salvarte, si hubiera querido gastar
dinero, lo descuidé. Y ciertamente, ¿qué fama sería más vergonzosa que
ésta de parecer que se estima en más el dinero que a los amigos? Porque
la mayoría no se convencerá de que tú mismo te negaste a salir de aquí,
a pesar de nuestros ruegos.
Sócrates Pero, querido Critón, ¿qué nos importa esa opinión de los demás?. Pues
los más honrados, de los que sí vale la pena preocuparse, considerarán
que esto ha sucedido tal y como tenía que suceder.
Critón Pero ves que es necesario, Sócrates, preocuparse también de la opinión
de los demás. Pues estas cosas de ahora ponen de manifiesto que la
mayoría es capaz de llevar a cabo no sólo los más pequeños males, sino
quizás incluso los más grandes, contra aquel que haya incurrido en su
odio.
Sócrates Ojalá, Critón, la mayoría fuera capaz de hacer los mayores males, para
que también fuera capaz de realizar los mayores bienes. Eso sería
magnífico. Pero ahora no son capaces de hacer ninguna de las dos cosas;
pues, no siendo capaces de hacer a otro ni sensato ni insensato, lo que
hacen lo hacen al azar.
PLATÓN, Critón 5
Critón Bien, sea como tú dices. Pero, Sócrates, dime ¿acaso temes por mí y por
los demás amigos tuyos que, si tú sales de aquí, los sicofantes nos causen
algún daño por haberte sacado, y que nos veamos obligados a perder
toda nuestra fortuna o muchas riquezas o, incluso, a sufrir algún otro
daño además de éstos? Pues, si temes algo de tal clase, olvídate de ello.
Es justo que nosotros, de alguna manera, corramos este riesgo por
salvarte y, si es necesario, aun otro mayor. Vamos, hazme caso y no
obres de otro modo.
Sócrates Me preocupo de todo esto, Critón, y de otras muchas cosas más.
Critón Pues bien, no tengas esos temores; además, no es mucho el dinero que
quieren recibir algunos por salvarte y sacarte de aquí. Y ¿no ves que
estos sicofantes son muy baratos y que no haría falta mucho dinero para
sobornarles. Yo creo que te bastaría con mis riquezas; no obstante, si en
tu solicitud por mí no crees que sea necesario gastar mis riquezas, hay
aquí algunos extranjeros dispuestos a gastar lo que haga falta. Incluso
uno de ellos, Simias el tebano, ha traído dinero suficiente para este
asunto. También está dispuesto Cebes y sin duda otros muchos. De
manera que, como te digo, por temer esto no renuncies a salvarte ni,
como decías en el tribunal, sea penoso para ti el saber cómo has de vivir
al salir de aquí, pues adondequiera que vayas te recibirán bien. Y, si
quisieras ir a Tesalia, tengo allí amigos que te estimarán en mucho y te
procurarán seguridad, de modo que nadie te moleste en Tesalia.
Además, Sócrates, me parece que intentas una acción que no es
justa: entregarte, cuando puedes salvarte, y apresurarte a hacer contra ti
cosas que sólo tus enemigos procurarían y de hecho han procurado,
ansiando destruirte. Además de estas cosas, me parece a mí que
traicionas a tus propios hijos, a los
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