Dark Souls y su filosofía
Enviado por Valdimion • 3 de Enero de 2022 • Ensayo • 2.033 Palabras (9 Páginas) • 667 Visitas
Dark Souls y la Mitificación del Destino
Dark Souls es un juego que parece ser sobre la muerte, la decadencia y la
aniquilación, pero que es simultáneamente un juego protagonizado por un
personaje impulsado por profecías que revive cada vez que muere gracias a una
maldición. Primero echemos un vistazo al contexto de la trama, que es
reminiscente a los trasfondos mitológicos grecolatinos más que los medievales,
aunque también tenga mucho de esto último. Inicialmente, un mundo sin forma,
cubierto de oscuridad, está gobernado por Dragones Eternos. Entonces y, de
manera espontánea, aparece El Fuego, trayendo consigo ambivalencia al
mundo: vida y muerte, calor y frío, luz y oscuridad; y otros conceptos opuestos
similares a la existencia, además de proporcionar atributos (en este caso
llamados “Almas poderosas”) a cuatro seres que habitaban dicho mundo,
encabezados por Gwyn, el Señor del Rayo y la Luz Solar (personaje inspirado
por Zeus y reyes medievales). Gwyn usa dicho poder para destituir el dominio
de los Dragones Antiguos y establecer su reino, comenzando así La Edad del
Fuego. Al inicio de la nueva era todo iba bien, y los dioses gobernaban sobre los
humanos... pero después de mil años, ese fuego comienza a apagarse,
amenazando así el reinado de Gwyn, y este, buscando todas las vías posibles
de prevenir que la llama se apagase, usa su propia alma como combustible y
logra que perdure un tiempo más. Este gran acto de autosacrificio se ha
producido con éxito sólo una vez para cuando comienza el juego, y los dioses
quieren que haya grandes almas a sacrificar para que la preservación de la llama
siga ocurriendo. El personaje-jugador es un humano no-muerto impulsado para
participar en el ritual de autoinmolación por una profecía conocida como “la
profecía del No-Muerto Elegido”: Si el jugador-personaje completa numerosas
hazañas de combate de considerable dificultad, finalmente obtiene acceso a la
Llama Original. Allí, eligen quemarse para prevenir lo inevitable (o permitir que
la Llama muera y la oscuridad se apodere del mundo, pero esto no es algo que
los dioses no tienen pensado que ocurra). En el mundo de Dark Souls existen
dos fuerzas opuestas: los dioses, que son los señores que buscan mantener la
Edad del Fuego; y los que se oponen a esos dioses, que buscan traer una Era
de la Oscuridad (donde, curiosamente, es la humanidad quien posee el poder
latente del Alma Oscura). En el reino de Gwyn (Lordran) está cubierto de una
decadencia e indiferencia que, a su vez, termina siendo el factor clave en esta
historia. Esta es la fuerza que mata a los jugadores sin piedad, la que llena de
veneno y huesos cada charco. También es la fuerza que destrona a los dioses,
ya que incluso su control sobre la naturaleza es limitado. Dado que Lordran está
en una caída inminente y se encuentra en un estado sin una autoridad firme, el
personaje-jugador surge como una especie de héroe existencial, aquel que va a
acabar con la era de oscuridad y revertirá la maldición de los No-Muertos. Se
podría argumentar que el personaje del jugador es el No-Muerto Elegido, que
está destinado a esta búsqueda como dictan las profecías de la historia. Por lo
tanto, el personaje del jugador no tiene libre albedrío, ya que el destino le
predestina a ser el héroe legendario a pesar de lo que pueda buscar. Según esto,
el personaje-jugador no es un héroe existencial, sino un mero peón en la trama
de la historia de Lordran... pero este no es el caso. Desde una comprensión más
precisa de la metafísica de Lordran, ningún destino quiso que el personaje del
jugador hiciera nada. Hay personajes (como el Buscador de Reyes Frampt) que
intentan guiar las acciones del personaje-jugador, y personajes (como Oscar de
Astora) que son catalizadores de la aventura del protagonista, pero es el
protagonista mismo quien finalmente se enfrenta al mundo y a sus dioses,
proclamándose libre de sus leyes y de las leyes naturales que plagan la
existencia (claro, si es que el jugador-personaje está consciente de esta libertad).
Para Jean Paul Sartre, al no existir un Creador, no hay una naturaleza humana
específica ni verdades eternas imbuidas en los humanos, lo que él denomina
“esencia”. Su famosa cita, "la existencia precede a la esencia", significa que las
personas son plenamente responsables de sus actos y que no tienen
propiedades inherentes impuestas... pero esto parecería enfrentar una
complicación inmediata en el caso de Dark Souls, ya que el juego presenta una
profecía al jugador muy cerca de su comienzo. Después de liberar al jugador-
personaje de su celda en el Asilo de los no-muertos al comienzo del juego
jugable (no confundir con el comienzo de la historia del juego), al personaje-
jugador le indican las siguientes palabras:
"Tú, que no estás muerto, eres elegido. Desde el asilo de los no muertos,
haz peregrinación a la tierra de los señores antiguos. Cuando toques la
campana del despertar, el destino de los no-muertos conocerás ".
En la superficie, esto parecería destruir inmediatamente cualquier noción de
existencia que preceda a la esencia en el universo de Dark Souls. Después de
todo, tal vez no haya nada tan esencial y con un propósito como un elegido en
una obra de ficción, ya que mencionar también el "destino" del no-muerto es
algo que precede un propósito ante una existencia... pero entonces, hay que
considerar cuidadosamente lo que dice la profecía y el contexto de su
presentación antes de establecer un juicio.
Primero, se observa que la línea inicial de la profecía contiene una
ambigüedad. Si bien el "tú" es singular, aún no está claro si está destinado a
dirigirse a un no-muerto en particular, o si está destinado a indicar que todos
los no-muertos son elegidos (es decir, la profecía hace referencia a una figura
retórica. La narración presentada al salir del primer nivel es igualmente poco
clara, afirmando que "un día, se elegirá un no-muerto", pero sin describir
ningún mecanismo o autoridad mediante el cual se haría esa elección.
En segundo lugar, y de manera similar, hay una ambigüedad en la línea final:
después de tocar la campana, ¿se sabrá el destino de los no muertos
...