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De Lo Sentido A La Razon


Enviado por   •  31 de Marzo de 2013  •  624 Palabras (3 Páginas)  •  262 Visitas

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Nos distinguimos de todos los demás seres, en el universo visible, por esa facultad humana -que denominamos razón- en virtud de la cual llegamos al conocimiento de lo universal y necesario. La ratio mide las cosas, como norma o proporción; delimita, sirve de patrón para precisar el ser de los entes y su orden. Se trata de una facultad, pero también de un principio de explicación inteligible de los entes.

Ciertamente la razón capta la realidad, pero se orienta como un conocimiento discursivo y, también, como un conocimiento intuitivo directo de las esencias (Wesenschau) y de sus conexiones esenciales en la conciencia con base ontológica. Santo Tomás distingue -dentro de la unidad- la razón superior, que alcanza las verdades superiores y que constituye la norma de sus acciones; y la razón inferior vertida hacia las cosas temporales. Ambas -advierte el aquinatense- “se refieren a nuestra inteligencia de tal modo que una de ellas es un medio para alcanzar la otra” 1. Más que de dos razones, cabe hablar de una sola razón que tiene la facultad de obrar de distintos modos. Facultad de la mente, pero también exigencias eidéticas para encontrar verdades. Todo ello se da entrelazado.

Nuestra razón es una razón finita, limitada. Pero como no conocemos a priori esos límites, proseguimos razonando siempre, indefinidamente, y razonamos para la vida y para lo que hay más allá de la vida. Se habla de una razón vital, de un raciovitalismo que integra la vida con la razón y la razón con la realidad. José Ortega y Gasset esboza un afán que va más allá de un mero programa. De lo que se trata es de arribar a lo concreto, pero eso no significa para mí que la razón vital tenga que convertirse en una razón histórica carente de principios intemporales. No tenemos por qué lamentamos del fracaso de la razón, sino del fracaso del racionalismo a ultranza. Lo que cabe hacer, una y otra vez, es depurar la razón de los excesos que le eran extraños. Además, cabe advertir que el hombre no es sólo animal racional, sino animal espiritual que es más que la mera razón raciocinante. Soy un sujeto cognoscente, un sujeto comportante, un sujeto valorante y un sujeto creyente; en suma, soy un espíritu encarnado. La razón nos lleva a dominar lo real, a reducir el efecto a la causa, la multiplicidad a la unidad, la opacidad de las cosas a la transparencia del mundo inteligible de la lógica. Los postulados de la racionalidad resultan insoslayables cuando el hombre trata con la realidad a fin de comprenderla y dominarla. Los mejores pensadores de nuestro tiempo han ido más allá del racionalismo clásico y moderno, sin abdicar de la razón para caer en un irracionalismo que a la postre nos lleva al caos. Nuestros razonamientos se fundan en el principio de razón suficiente -descubierto por Leibniz- en virtud del cual consideramos “que ningún hecho puede ser verdadero o existente y ninguna enunciación verdadera,

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