Del Racionalismo Al Empirismo: Síntesis Crítica.

La filosofía desde su origen ha pretendido encontrar respuestas a preguntas esenciales del mundo y de la vida. La evolución del pensamiento fue especializándose en la medida que cada corriente agregaba una forma más compleja de pensar e interpretar el mundo. Parece que dos percepciones distintas fueron marcando de manera decisiva el desarrollo de la filosofía. La primera y más antigua colocaba a Dios como el centro de la reflexión (Teocéntrica) la otra situaba al hombre (Antropocéntrica). Este debate filosófico confrontó a la escolástica y al renacimiento. Después la confrontación se daría entre materia y espíritu y es en este proceso donde entrarían en conflicto conceptual y epistémico el racionalismo y el empirismo. Podemos identificar cuatro diferencias sustantivas entre estos modelos paradigmas; la primera de ellas es que los racionalistas privilegian la razón como la forma más eficaz para comprender la realidad y los empiristas plantean que no existe otra manera de conocer el mundo que la experiencia a través de los sentidos; otra diferencia es que los racionalistas asumen una sola sustancia: la mente y el cuerpo desde la cual Dios puede ser pensado; para los empiristas las sensaciones son la única realidad del mundo; una tercera es que para los racionalistas la existencia material del mundo no está en duda; mientras que para los empiristas abre la posibilidad de que la precepción del material del mundo sea falsa; una cuarta y última nos revela que los racionalistas se mueven por el principio de la certeza a través del método y los empiristas son escépticos porque los sentidos nos pueden dar una imagen de algo que no existe. Entre las semejanzas caben destacar las siguientes: La primera es que los dos modelos son formas elaboradas para comprender al mundo a través de explicaciones lógicas, mediante la razón y la experiencia; una segunda nos demuestra que en los dos paradigmas encontramos la presencia de Dios, como eje ordenador del mundo; una tercera alude a la necesidad percibir el mundo desde el sujeto que razona o que experimenta y una última coincidencia tiene que ver con que los dos modelos son un esfuerzo superior del intelecto humano para explicar la relación entre materia, sujeto y Dios. Tal vez por ello, la síntesis Kantiana resuelva de un modo inteligente este separatismo filosófico al plantear que los dos modelos pueden ser utilizados desde una perspectiva del imperativo categórico originado en una estructura del sujeto que percibe y piensa; para Kant lo fundamental es que los seres humanos nunca obremos por razones ajenas a la moral, porque es justo de la moral de donde proviene la naturaleza de Dios mismo.

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