Desde las polis de la Grecia antigua hasta la actualidad la filosofía

Desde las polis de la Grecia antigua hasta la actualidad la filosofía centra su problema fundamental en tratar la relación entre la conciencia y el ser, el pensamiento y la materia, estos son primordiales porque determinan la solución de todos los demás problemas filosóficos. El alemán Engels hace notar que los filósofos se han dividido en dos grandes corrientes, el idealismo y el materialismo, los filósofos idealistas consideran la conciencia, la idea, el espíritu, como el dato primordial, mientras que los filósofos materialistas, tienen como esencia primaria la naturaleza, la materia lo que está, y la conciencia está en segundo plano como derivado de la materia. La solución materialista de los problemas fundamentales de la filosofía es absolutamente opuesta al dualismo, según el cual, la materia y el espíritu existirían individualmente como meollos independientes. Mientras el idealismo alega que sólo nuestra conciencia tiene una existencia real y que el mundo material, el ser, la naturaleza, sólo existen en nuestra conciencia, en nuestras sensaciones, en nuestras percepciones, en nuestras ideas.

Un problema conocido es la existencia de un dios, problema que ha causado una dicotomía entre la religión y la filosofía. El teísmo que defiende la existencia un ente divino y el ateísmo que no acepta la existencia de un ser soberano. Si bien es cierto que no se puede señalar que no exista tampoco se puede indicar que su existencia sea un paradigma. Problemas como este demuestran que para poder conocer lo que nos rodea primero hay que conocerse a uno mismo, buscando el sentido de nuestra propia existencia, identificando los miedos, las debilidades y también las cualidades y fortalezas; esto trae como consecuencia lógica, la aparición de la empatía que fortalece la conciencia social y la ciencia que busca conocimientos sobre una cosa determinada, identificando el fenómeno que la causa y para qué sirve. Esta búsqueda de respuesta genera conocimiento y además tiene un efecto positivo en nuestras relaciones sociales, es decir, en la praxis social desde nuestros pensamientos, acciones, sentimientos y opiniones se define a la filosofía y se solucionan y entienden sus problemas.

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