Dialéctica De Lo Concreto
Enviado por annecoto • 7 de Noviembre de 2013 • 2.574 Palabras (11 Páginas) • 347 Visitas
Primeramente podemos decir cómo nos menciona en el libro, que la dialéctica trata de la cosa misma, pero esta cosa misma no se manifiesta de manera directa ante el hombre, no es pues una representación tan simple y perceptual, sino que para ello hay que pasar cierto proceso donde el autor nos expone como el hombre concibe su realidad, como le es conocida esta de forma muy diferente y especial, la realidad de humano social. Por eso el pensamiento dialectico distingue entre representación (que se puede decir que es la forma) y concepto de las cosas (por esto se entiende no solo dos formas y grados del conocimiento de la realidad, sino dos cualidades de la praxis humana).
Un ser que actúa objetivamente y prácticamente, la de un individuo histórico que despliega su actividad practica con respecto a la naturaleza y los hombres, y persigue la realización de sus fines e intereses dentro de un conjunto determinado de relaciones sociales.
El mundo fenoménico tiene su estructura, su propio orden y su propia legalidad que puede ser revelada y descrita. Pero la estructura de este mundo fenoménico no capta aún la relación entre el mismo y la esencia, el fenómeno no es radicalmente distinto de la esencia, y la esencia no es una realidad de orden distinto a la del fenómeno. Comprender el fenómeno de alguna determinada cosa significa indagar y describir como se manifieste esta cosa en dicho fenómeno, y también como se oculta al mismo tiempo, es por tanto que el fenómeno es algo que a diferencia de la esencia oculta y se manifiesta inmediatamente.
La filosofía es una actividad indispensable de la humanidad, ya que la esencia de las cosas, la estructura de la realidad, la cosa misma no se muestra directa e inmediatamente, la filosofía puede ser caracterizada como esfuerzo sistemático y critico tendiente a captar la cosa misma, la estructura oculta de la cosa, y describir el mundo de ser del existente,
Los fenómenos y las formas fenoménicas de las cosas se producen espontáneamente en el pensamiento cotidiano como realidad pero no porque sean más superficiales y estén más cerca del conocimiento sensible, sino porque el aspecto fenoménico de la presenta la objetividad en que el hombre se objetualiza.
El mundo de la pseudoconcreción lo componen el conjunto de fenómenos que llenan el ambiente cotidiano y la atmósfera común de la vida humana. La regularidad de estos fenómenos, su inmediatez y evidencia penetra en la conciencia de los individuos asumiendo un aspecto independiente y natural. A él corresponden a) el mundo de los fenómenos externos que se desarrollan en la superficie de los procesos realmente esenciales (la locura del hombre, los medios de comunicación, las guerras, la aplicación del derecho, etc.); b) el mundo del traficar y el manipular (el intercambio comercial, la publicidad, las propias mercancías, las ideas, etc.; c) el mundo de las representaciones comunes (las ideas, los prejuicios, las predeterminaciones, etc.) d) el mundo de los objetos fijados, que dan la impresión de ser condiciones naturales (las mercancías, la bolsa mexicana de valores, las instituciones
Kosík parte del mundo de la pseudoconcreción, el mundo de la cosificación, de la enajenación, de la falsa conciencia, donde impera una suerte de realismo ingenuo; el mundo de la praxis fetichizada, en el que los hombres y las cosas son objeto de manipulaciones. Es el mundo de la división del trabajo y las clases sociales.
El Autor descubre en la razón racionalista de Descartes el origen de ese proceso: acertó al suponer que el individuo puede servirse de la razón para todo, rechazando así toda autoridad y tradición, pero su error fue ignorar el hecho de que el individuo no es sólo sujeto que pone, sino también que es puesto, y de que la razón del individuo atomizado, apenas se realiza produce necesariamente la sinrazón, ya que parte de sí misma como algo inmediatamente dado y no abarca práctica ni teóricamente la totalidad del mundo
Hasta aquí, nuestro autor retoma muchas de las cuestiones planteadas por Marx en el primero de los Manuscritos. Kosík rescata el Marx filósofo y retoma muchas de las cuestiones que el genio dejara planteadas en sus obras principales y manuscritas.
Kosík sostendrá que para que pueda surgir conocimiento verdadero, el mundo de la pseudoconcreción debe ser destruido. Para esto, será entonces fundamental tatar dos problemas: el ontológico y el gnoseológico. Principalmente, este último; es decir: el problema del conocimiento.
La cuestión es que la teoría del conocimiento como reflejo de la realidad que impera en el marxismo dogmático nos retrotrae a cuestiones que el mismo Marx ya había superado ampliamente. Kosík necesita hacerse imperante en su época, del yugo, la asfixia y esclerosis del pensamiento que imponía el “diamat” en la Unión Soviética. El hombre, dirá Kosík junto a Marx, conoce porque crea la realidad humano-social por la vía de la praxis.
El hombre concreto no puede ser reducido a una variable dentro del sistema, algo así como el “homo economicus”. Esa reducción responde a la cosificación capitalista. El hombre concreto se halla por encima del sistema. Kosík quiere todo el tiempo agarrarse del pensamiento dogmático sin dejar de lado el rol principal del proceso de trabajo y la estructura productiva como eje o punto de partida para el estudio de lo social.
La economía clásica, por tanto, describe el mundo cosificado como un mundo auténtico y, en consecuencia, transforma la realidad objetiva en realidad objetual, en un mundo de objetos.
De lo que se trata es de evitar por todos los medios caer en el reduccionismo economicista por una parte y en el determinismo por otra.
Ahora bien, esto exige emprender un estudio que retome la filosofía. Kosík insiste en que el mismo Marx nunca la abandonó y que en sus trabajos, el estudio de las categorías económicas ocupada sólo un rol dentro de la filosofía de la praxis.
Si bien el estudio y la profundización en los aspectos económicos son importantes, las categorías económicas deben ser vistas como expresión de la actividad subjetiva de los hombres y sus relaciones sociales.
La totalidad, no significa todos los hechos, sino que, la realidad como un todo estructurado y dialéctico, en el cual puede ser comprendido racionalmente cualquier hecho. Los hechos son conocimientos de la realidad si no son átomos inmutables, indivisibles e in derivables, cuya conjunción constituyen la realidad, sino que son concebidos como partes estructurales del todo. La dialéctica de la totalidad es una teoría de la realidad y de su conocimiento como realidad.
El principio metodológico de la investigación de la dialéctica de la realidad social es el punto de vista de la realidad concreta,
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