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Dios aristotélico


Enviado por   •  22 de Febrero de 2022  •  Trabajo  •  3.405 Palabras (14 Páginas)  •  185 Visitas

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INTRODUCCIÓN:

Aristóteles fue el filósofo socrático más importante ya que sintetizó las enseñanzas de sus antecesores al pensamiento filosófico, recibió enseñanzas por parte de Platón y en un futuro él fundó su escuela llamada Liceo.

En este trabajo se podrá apreciar sobre el El Dios aristotélico se queda corto con el Dios que se nos ha revelado a partir del cristianismo ya que el dios aristotélico es impersonal, es todo lo activo, todo motor y conocer que se quiera, pero no es una persona. Mientras el Dios del cristianismo es personal, que dona el ser a las criaturas gratuitamente, por amor.

También se verá que existe dos clases de virtudes, la dianética que se origina por la enseñanza mientras que la ética se da por la costumbre y se entiende que ninguna inicia por naturaleza, sino que estas se modifican por las costumbres. Toda virtud empieza con resultado anteriores, de acuerdo con la práctica, pero siempre es bueno tener maestros para que nos orienten hacia un punto correcto y que ayuden a controlarnos por ejemplo en la ira o apetitos ya que puede ser moderado o iracundo.

Uno mismo debe ejercer las virtudes que tenemos apropiadamente y no solo tener la teoría. Pongamos un ejemplo de que un médico recete un medicamento a un paciente, es importante que el enfermo ponga en práctica tomando la medicina ya que, si solo sabe que tiene que hacerlo, pero no lo aplica no se sanará.  

Además, se estará presentando la definición de la recta acción y la relación que tiene con la razón. Asimismo, será claro el poder identificar la relación estrecha que tienen la recta acción con la moderación y el por qué son necesarios.

EL DIOS ARISTOTÉLICO

Evidentemente, el dios de Aristóteles no es el Dios cristiano. Evidentemente, el dios de Aristóteles no es el Dios cristiano. El Estagirita concibe a dios como un Nous, un intelecto, que siempre está activo y en eso consiste su grandeza; es como un Conocer intelectual supremo.

La otra gran noción aristotélica de dios es la de ser el “Motor inmóvil”. Es motor porque mueve a toda la realidad y es inmóvil porque a él no lo mueve nadie. Pero este movimiento no es mecánico, como sucede en el mundo sublunar, sino que mueve como “deseable”, como “objeto de amor”, ya que es la perfección, la actividad más alta.

Con esta noción parece culminar la gran búsqueda de Aristóteles del acto, al cual encuentra inicialmente en la causa formal que es activa. Sin embargo, se da cuenta que aquella causa formal se queda “fijo” al constituirse la sustancia.

El siguiente intento de recuperar ese principio activo es sacando a la sustancia individual a los actos segundos, al movimiento. Pero existen diferentes tipos de movimiento y el que más le logra admirar es el movimiento vital, por eso continúa su búsqueda en el alma de los vivientes, pero como en éstos hay vegetales, animales y humanos, la forma o alma de los dos primeros desaparece con la descomposición del cuerpo, en cambio en el ser humano su alma intelectual es capaz de hacerse con lo permanente: es la teoría o contemplación intelectual, la vida más alta, la finalidad humana

Sin embargo, el dios aristotélico se queda corto con el Dios que se nos ha revelado a partir del cristianismo. El dios aristotélico es impersonal, es todo lo activo, todo motor y conocer que se quiera pero no es una persona. En cambio, el Dios del cristianismo es personal, que dona el ser a las criaturas gratuitamente, por amor.

ANÁLISIS:

Aristóteles usa con frecuencia el adjetivo “divino” y lo aplica a realidades diversas, no sólo a los dioses mismos, sino a otros seres que tienen alguna afinidad a la naturaleza de los dioses, o cierta excelencia por encima de lo usual. En general, Aristóteles califica de divinos a los cielos y a los astros, pero también es importante notar su insistencia en decir que hay algo divino en nosotros los hombres, y que ello es el entendimiento. También a la sabiduría misma se aplica el calificativo de divina.

Dios es la antítesis de lo contingente, en consecuencia todas sus características serán también antitéticas a ello. Así, si lo contingente es "móvil" Dios es "inmóvil" , y si lo contingente es material Dios ha de ser inmaterial, y así se llega a otra característica de Dios: es inmaterial. Por ahora tenemos un ser necesario por sí mismo, no contingente, permanente, "inmóvil", inmutable e inmaterial.

Aristóteles considera que parte de la naturaleza de lo contingente es el "movimiento", pero hay que explicar esta idea, "movimiento", para Aristóteles, no significa un "movimiento físico" sino un "devenir", el "paso de las cosas", en cierta medida es el mismo principio del "todo fluye" de Heráclito, en definitiva, nada es permanente excepto el ser necesario, es decir, excepto Dios. Por contraposición la "permanencia" es una característica de la naturaleza de Dios. Así, Dios, tiene que ser "inmóvil" e "inmutable", en ningún caso puede alterarse o "moverse" en el sentido que lo hace lo contingente.

Aristóteles dice que no hay más mundo que este mundo, no hay ningún mundo más allá de éste, ni en otro ámbito o dimensión, ni ningún plano místico, ni tampoco una "realidad alterna" a la que contemplamos y en la que nos movemos. Debido a esto Dios no puede "ser" en ninguna otra parte que no sea este mundo. Así pues tenemos otra característica o condición de Dios: "aquí" -no está en ningún otro lado-.


LECTURA: DENTRO DE LA NATURALEZA DE LA VIRTUD ÉTICA

  1. La virtud ética, un modo de ser de la recta acción.

La ética de la virtud

En Ética a Nicómaco, Aristóteles presenta la ética de la virtud y explica que estamos orientados por nuestra naturaleza hacia la felicidad, pero ésta sólo se alcanza mediante la práctica de las virtudes. Es decir, actitudes de equilibrio en todos los ámbitos de la vida humana.

Aristóteles define la virtud como una acción. La virtud es la excelencia de nuestra parte esencial que es el alma. Así, distingue las virtudes del alma, o virtudes intelectuales; y las virtudes de la voluntad, o virtudes éticas. Para Aristóteles no es suficiente conocer el bien, también hay que desearlo y hacerlo.

La ética de la virtud es una filosofía que desarrolló Aristóteles y otros grandes filósofos griegos. Tiene que ver con la búsqueda de vivir una vida moral. Esta perspectiva privilegia el carácter moral de las personas, y dicta que adquirimos la virtud a través de la práctica. Al practicar la honestidad, valentía, justicia, generosidad, etc., las personas desarrollan un carácter moral y honorable. Según Aristóteles, al desarrollar ciertos hábitos virtuosos, las personas podrán tomar decisiones correctas cuando enfrenten retos éticos.

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