DIOS A MUERTO

Introducción

El tema que vamos a abordar es relacionado a la muerte de Dios, según la teoría de Nietzsche.

Aquí les hablaremos primeramente de cómo en un principio se le temía y respetaba a Dios, un ejemplo de esto es como nuestros antepasados lo habían vívido, y bueno de esto nos podemos dar cuenta claramente haciendo la comparación de que en el pasado se adoraba y veneraba al Dios, y hoy en la actualidad nos acordamos cada día menos de él.

Dios ha ido marcando ciertos puntos en la vida del hombre, puesto que el nos ha ido guiando, Dios siempre ha estado con nosotros.

Y dicho de esta forma a sido como una referencia a ciertos eventos, sucesos y en varias cosas similares a estas, a Dios lo hemos tomado además como nuestra conciencia, más que nada como el miedo y respeto por nuestras acciones, pues si cometemos algo incorrecto él nos castigara, y eso a la gente le ocasionaba cierto temor que no quería poner en duda el poder de Dios.

Pero a medida que pasa el tiempo se han ido notando cambios drásticos, como el simple hecho que le vallamos perdiendo el miedo a Dios, y más que vencer un miedo es crear un caos pues Dios está en ese lugar para controlar y mantener una estabilidad o diciéndolo de otra manera, mantener el equilibrio.

Aunque nosotros no nos hemos dado cuenta de lo que ahora estamos haciendo a tal grado de que ahora dios está muerto.

Pues nosotros al ir disminuyendo la credibilidad al irnos apoderándonos completamente de nuestras acciones y respaldándonos en nosotros mismos, hemos cometido errores que nos han dañado y dejándonos guiar por los impulsos, deseos y caprichos.

Esto nos hace remarcar el que no seguimos los pasos de Dios al irnos por cosas materiales o que en realidad no nos sirven de nada, más que para hacernos miserables queriendo obtener más y amargándonos y dejando a un lado a Dios, separándonos de su camino.

Dios a muerto

Una primera y elemental aclaración es que cuando Nietzsche predica la muerte de Dios no quiere decir que Dios haya existido y después haya muerto (un absurdo).

Lo que él nos dice acerca de que Dios ha muerto es porque el hombre ya no cree en Dios, puesto que dios ha ido muriendo en el corazón del hombre, porque el hombre de hoy solo dice creer en Dios, cuando no se ha dado cuenta de que no cree en Dios.

¿Y como podemos afirmar que el hombre de hoy ya no cree en Dios?, pues porque no tratamos de ser, de pensar, en algunos aspectos o bien ya sea imitarlos.

Un ejemplo es Si no amamos a los demás, ni deseamos servirles… como Dios lo hace ¿Dios está realmente en mí? ¿En mi corazón?

Al contrario no podemos hacer estas cositas tan simples como él, al contrario hacemos lo que él nunca haría y la verdad es algo ilógico, decir que creemos en ese alguien cuando realmente hacemos lo contrario a él a Dios.

Dios ha sido la metáfora para explicar “La verdad y el bien”, explicar cosas o acontecimientos y encontrar de cierto modo un sentido a la vida y explicarla.

Para muchos Dios ha sido una barrera que ha ido controlando, manipulando o negociando de tal manera a nuestros impulsos y deseos, poniéndoles un hasta aquí.

Pero el hombre al dejar de creer en Dios todo ese control, ese poder, se ha borrado sea a muerto con Dios.

El hombre de hoy vive desorientado, ya que ahora le es más difícil distinguir lo que supuestamente es algo sumamente esencial, el saber diferenciar entre lo malo de lo bueno, la verdad de la mentira.

Muchísimo más claro Dios era quien nos ayudaba a separar lo bueno y lo malo y nos ayudaba a tomar este caso de decisiones.

Y ahora hablando drásticamente Dios ya no está en nosotros, ni en nuestro corazón, ya no es capaz de controlar nuestros impulsos, el hombre ahora haces cosas para obtenerlas por el simple gusto o deseo, demostrando su superioridad.

Por lo mismo esto ha ido ocasionado varias crisis en estos tiempos los cuales son:

-Crisis de valores

-Crisis económica

-Crisis social

-Crisis de inseguridad

Dios era esa voz en nuestra cabeza, era la que nos decía “que no hagamos eso porque está mal”, como ya dije Dios era el que marcaba la diferencia entre el bien y el mal, y nosotros seguimos el curso que él nos marcaba

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