Dios Ha Muerto El Hombre Lo Ha Matado
Enviado por Rommyalcantar • 26 de Septiembre de 2011 • 1.466 Palabras (6 Páginas) • 2.489 Visitas
Dios ha muerto….
Se trata de una reflexión sobre los pensamientos que se generan de la muerte de Jesús, todos desde diversos puntos de vista, Friedrich Willhelm Nietzsche filósofo, poeta, músico y filólogo alemán, considerado uno de los pensadores modernos más destacados del siglo XIX trabajo en las críticas sobre diversos aspectos de la cultura, la filosofía y la religión. Esta última es la que nos llama la atención en este momento para reflexionar en ella.
Para Nietzsche la muerte de Dios significaba el que el hombre alcanza su madurez al ya no pertenecer a las disposiciones de un dios, ser libre de cualquier límite puesto a la naturaleza humana. Él hace mención de que la religión y la moral solo puedes frenar la libertad natural del hombre, porque se vuelve un fanatismo, porque vamos solo siguiendo lo que la religión y quiénes la dirigen nos dicen que hacer.
Nieltzsche establecía que esa moral debería ser cambiada por la verdad, pero en realidad ¿qué verdad, de qué habla en realidad? Del buscar solo el beneficio propio, de sentirse un hombre solo, en una sociedad llena de gente, pero al fin; solo. Él no pensaba de esa manera porque decía que el estado perfecto del hombre era el vivir consumado a sí mismo, sin las presiones de la religión, sin Dios.
Y ahora aparece Zaratustra un ermitaño escondido en las montañas que después de reflexionar en su encierro toma la decisión de regresar, Nietzelsch en su escrito: “Así hablo Zaratrustra” en donde dice que dedica y regala ese libro a Zaratrustra, escrito que lleva su pensamiento y el deseo de la libertad del hombre buscando su consumación, solo con la naturaleza, sin la moral.
Dice que la muerte de Dios comienza con el nihilismo; y mencionaremos solo por reafirmar que el Nihilismo se refiere a la etapa en donde los valores perdieron fuerza, en donde muchas de las verdades de esa época perdieron su credibilidad, en donde la realidad era incierta para todos, porque se formaba una sociedad alejada de Dios… ahí es en donde Dios comienza a morir.
Creer en nada, cuestionar todo, daba paso al escepticismo con pasos agigantados y nadie hacia nada por detenerlo: pero él culpa al cristianismo y a la metafísica, quizás podríamos pensar porque mientras el primero seguía con Dios el segundo cuestionaba sus pasos. El primero como consecuencia del segundo, pero ambos culpables. Aunque podríamos pensar que fueron otra serie de acontecimientos, entre ellos el surgimiento de grandes inventos que demostraban a los ojos de los demás la fuerza del hombre creando por sí mismo, y sin la ayuda de Dios.
La muerte de Dios para Nietzsche sucedía en “la mente del hombre”, sostenía que moría porque el hombre buscaba a Dios pero no lo encontraba, pero que en realidad él mismo lo estaba matando porque ya no lo escuchaba, ya no entendía ni aceptaba ninguna verdad y ante esto el nihilismo crecía y con un futuro prometedor para el siglo XX, se sentía ya “la ausencia de Dios”, el no creer el no tener valores, ¿para qué? No pasa nada, cada quién en busca de su propia verdad. Nietzsche proclamándose “el último nihilista”.
Si las cosas estaban así, pues ya no tenía caso pensar, porque la realidad era entonces que las cosas seguirían siendo iguales, repitiéndose cada vez, quizás modernas, pero al fin lo mismo; entonces ya no tendría caso desgastarse por nada. Y era una aceptación total de su parte, que de alguna manera resultaba conforme a su ateísmo. Nada diferente de quien lo profese, aceptar la muerte de Dios y decir que era bueno para esa sociedad.
Pero luego, viene con su reflexión de salir del retorno, de no permitir que las cosas se den siempre de nuevo. Él no creía en Dios solo era una imagen un símbolo al que seguir, quizás hasta necesario para poder continuar, pero nada sin lo que se pudiera vivir; porque establecía que nada había sido creado por Dios, sino por el hombre. Todo era humano.
Pero todo esto que él nos menciona era solo su pensamiento personal, su reflexión atea, porque a pesar de lo que él proyectaba para el siglo XX, nuestras peregrinaciones y manifestaciones a Dios y todo lo que le rodea siguen teniendo fuerza; la religión sigue moviendo masas y de una manera voluntaria, no hay quien
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