Dios Y El Hombre
Enviado por elsurf24 • 5 de Agosto de 2013 • 646 Palabras (3 Páginas) • 514 Visitas
La Creación del Hombre
LOS SEIS “días de la creación” a los cuales se hace referencia en el primer capítulo del Libro de Génesis no se relacionan con la obra original de crear el universo, sino con la preparación de nuestra tierra para sostener la vida, la vida humana en particular. Se nos informa que la tierra ya existió antes del comienzo de estos “días” de la creación.—Gén. 1:2 (A)
En realidad estos días eran épocas largas de tiempo durante las cuales se llevó a cabo la preparación gradual de la tierra para la habitación humana. Fue hacia el final del sexto “día” que el hombre fue creado, a la imagen de Dios, y se le mandó multiplicarse y llenar la tierra. (Gén. 1:26-31) La “imagen de Dios” a la cual el hombre fue creado no significa una semejanza física, sino una moral. El hombre fue dotado con la capacidad de razonar y entender las instrucciones de Dios acerca de lo correcto y de lo incorrecto, de lo bueno y de lo malo. (B)
Ser creado a la imagen de Dios no implica que el hombre fue dotado con inmortalidad, tampoco significa que un “alma inmortal” fue implantada en alguna parte del organismo humano. La expresión “alma inmortal” no aparece en ninguna parte de la Biblia. La palabra “alma” simplemente significa una criatura. La criatura, Adán, consistía de un organismo animado por el “aliento de la vida.”—Gen. 2:7 (C)
La comisión de Dios a nuestros primeros padres para multiplicarse y llenar la tierra revela que el destino divino para el hombre fue que él debe habitar la tierra, la cual fue creada para ser su casa perdurable. (Isa. 45:18) El hombre fue creado como un ser terrenal, perfectamente adaptado al hogar que Dios le había preparado en la tierra. (1 Cor. 15:47) No se dijo nada a nuestros primeros padres sobre la posibilidad de transferirse a otra parte del universo.
Se le dio al hombre el dominio sobre la tierra y sobre los animales inferiores. (Sal. 8:4-8) Él debía “sojuzgar” la tierra, significando esto que debía ponerla bajo su control y hacerla hermosa, útil, y fructífera. En el hogar paradisíaco que el Creador les proveyó a nuestros primeros padres, había belleza así como un suministro abundante de comida que sostenía la vida.—Gén. 2:8,9
Puede asumirse que este maravilloso hogar paradisíaco fue diseñado por Dios para servir como un modelo operativo para el hombre a medida que procuraba realizar la comisión dada a él para llenar la tierra con su prole, y sojuzgarla. Y no es difícil imaginar cómo hubiera sido la situación si el objetivo divino hubiera sido realizado de acuerdo con los arreglos del Creador.
A medida que la familia humana aumentaba en número, aquel hogar paradisíaco que Dios especialmente preparó “en Edén, al oriente” pronto hubiese sido demasiado pequeño, así que sus fronteras tendrían que ser ampliadas según la necesidad. Esto habría continuado hasta que toda la
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