La integridad en el hombre de Dios
Enviado por JOMAGATO • 16 de Agosto de 2011 • 5.900 Palabras (24 Páginas) • 864 Visitas
Título: La integridad en el hombre de Dios
Base Bíblica: Job 31:1-40
Introducción:
Hay un concepto que es fundamental que definamos. Se trata de la Integridad. En términos sencillos podemos decir que "Es la capacidad de todo ser humano de ser probado en cualquier área de su vida y salir airoso". Si usted y yo estamos andando en el temor del Señor, sin duda estaremos dando solidez a la Integridad. Un segundo concepto es temor del Señor. No es el fruto de mirar a nuestro amado Dios como un Dios castigador sino como un Padre amoroso. Y andamos en el temor del Señor cuando no cumplimos los preceptos que Él dispuso para su pueblo por obligación sino por amor. Integridad y caminar en el temor del Señor se reflejan en un hombre recto, transparente.
I.- Dios se agrada de quien decide caminar en rectitud delante de Su presencia.
1.- Se agrada de quien se guarda en integridad moral (v. 1).
2.- Se agrada de quien se guarda de ceder a los deseos de la carne (vv. 9, 10).
3.- Se agrada de quien reconoce que el pecado no glorifica a Dios (vv. 11, 12).
4.- Se agrada y bendice a quien le honra (vv.2, 3).
II.- Dios conoce la intimidad de nuestro andar diario
1.- Absolutamente nada queda oculto en Su presencia (vv. 4, 5).
2.- Él conoce la integridad de nuestro ser (v. 6).
a.- ¿Está usted dispuesto a que pongan a prueba su integridad? (vv.7, 8).
b.- ¿Ha guardado los principios trazados por Dios?
III.- Dios se agrada de quien obra en justicia
1.- Se agrada de que reconozcamos los derechos del prójimo (vv.13, 14, 21).
2.- Se agrada de que reconozcamos que en Su presencia somos iguales (vv.15, 16).
3.- Se agrada de que el amor lo traduzcamos en hechos (vv.17-19).
IV.- Dios se agrada de quien anda en temor delante de Su presencia.
1.- Se agrada de quien reconoce Su grandeza (v. 23).
2.- Se agrada de quien confía en Él y no en las riquezas (vv. 24, 25).
3.- Se agrada de quien depende del poder divino y no del ocultismo o soluciones humanas (vv.26-28).
4.- Se agrada de quien desecha la venganza (vv.29-30).
Conclusión:
El hombre íntegro y que camina en el temor del Señor, agrada a Dios. Es quien ha comprendido la grandeza del Padre quien nos amó de tal manera que sacrificó a Su Hijo Jesús en la cruz por nuestros pecados y para reconciliarnos con Él. El cambio se refleja en nuestro crecimiento personal y espiritual.
Título: Caminando en victoria con el Señor Jesús
Base Bíblica: Hebreos 11:39, 40; 12:1-3
Introducción:
Caminar hacia la meta final que es la eternidad con Dios es posible cuando damos pasos firmes y sostenidos, asidos de la mano del Señor Jesucristo. Avanzar no se logra dependiendo de la fortaleza personal sino afianzados de la fortaleza divina.
Es probable que las circunstancias adversas desprendan temores, inquietud e incertidumbre; sin embargo estamos llamados a seguir caminando en fidelidad a Dios. Nos anima la esperanza de que nuestro amado Padre cumplirá aquello que nos ha prometido y que es: en el presente muchas bendiciones, y mañana: la vida eterna.
I.- Caminando hacia la eternidad con Dios (11:39, 40).
1.- Nuestro tránsito terrenal con Dios amerita que tengamos fe (v. 39).
2.- Puede que no veamos ahora la materialización de las promesas divinas, pero debemos seguir caminando firmes (v. 39).
3.- Como los hombres de fe que describe la Biblia, estamos llamados a guardar la esperanza, confiando en la veracidad de las promesas de Dios (v. 40).
II.- Es posible dar pasos hacia la victoria con ayuda del Señor Jesús (12:1)
1.- Con ayuda del Señor Jesús podemos despojarnos del temor, las dudas y la incertidumbre que nos impiden avanzar (v. 1 a).
2.- Con ayuda del Señor Jesús podemos vencer la tentación que inclina nuestra naturaleza al pecado (v. 1 b).
3.- Con la ayuda del Señor Jesús podemos avanzar en el camino de fe con perseverancia (v. 1 c).
III.- El secreto de avanzar hacia la victoria es poner nuestra mirada en el Señor Jesús (vv.2, 3).
1.- Nuestra mirada no puede estar puesta en las circunstancias, sino en la sagrada meta (v. 2).
2.- El Señor Jesús es Quien nos fortalece con la fe necesaria para vencer (v. 2 b).
"puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe".
3.- El Señor Jesús es quien nos anima cuando llegan los momentos difíciles (v. 3).
Conclusión:
Los cristianos estamos llamados a caminar en victoria con la ayuda del Señor Jesucristo. Él nos guía, ayuda y fortalece para seguir adelante, por encima de las circunstancias. Cuando llega el desánimo, Él nos anima; si nos asalta la incertidumbre, nos llena de seguridad, y si el cansancio toca a nuestra puerta, Él nos fortalece. ¡Usted puede dar pasos firmes hacia la victoria caminando de la mano del Señor Jesucristo!
Título: El padre espiritual cuida de sus hijos
Base Bíblica: Filipenses 1:1-11
Introducción
Con frecuencia limitamos nuestra responsabilidad a predicar el evangelio, desconociendo que si bien el hecho de que alguien acepte a cristo en su corazón es un paso de gran significación, debe ir acompañado de un segundo paso: el acompañamiento para que el nuevo creyente alcance crecimiento espiritual y personal.
Usted y yo somos padres espirituales de los nuevos creyentes y no podemos ser ajenos a tal responsabilidad.
Pablo y Timoteo, autores de la carta a los creyentes de Filipos, tenía claro su compromiso, de ahí que oraban por los filipenses (vv.3-6). Otro aspecto de particular importancia radica en que, si estamos abiertos al obrar de Dios, Él concluirá el proceso que inició en nosotros.
I.- El padre espiritual intercede por sus jijos (vv.3-5).
1.- El padre espiritual se acuerda de sus hijos (v. 3).
2.- El padre espiritual tiene presentes a sus hijos en las oraciones (vv.3, 4).
3.- El padre espiritual pide por el crecimiento espiritual de sus hijos (v. 5 a).
II.- El padre espiritual anima el crecimiento de sus hijos (v. 6).
1.- El padre espiritual estimula la fe de sus hijos (v. 6).
2.- El padre espiritual revela a sus hijos el proceso de transformación de Dios en cada ser (v. 6).
"...el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará..."
3.- El padre espiritual comparte a sus hijos cuáles son sus convicciones de fe (v. 6).
III.- El padre espiritual no descuida la responsabilidad que tiene con sus hijos (vv.7-11).
1.- El padre espiritual no descuida—bajo ninguna circunstancia—a sus hijos (v. 7).
2.- El padre espiritual
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